ESPECTACULOS
‘ECLÉCTICA’

Volver a la libertad, que existía en la infancia, y crear otra vez

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Vivo. El artista da a conocer su nuevo disco Ecléctica, mañana domingo a las 20, en el Teatro Astros. Es un multiinstrumentista tucumano, nacido en Simoca, con varios años en el medio. | GZA. PRENSA KARINA NISINMAN

Soy de Simoca, un pueblo cercano a la capital de Tucumán. Mi casa natal, y donde viví la mayor parte de mi vida es en el campo, en la intersección entre Balderrama y La Rinconada, pero mi vida social siempre fue en Simoca; allí fui a la escuela, mis amigos eran de ahí, y los grupos de folklore con los que empecé a tocar de niño también.

Cuento esto para poner en contexto dónde crecí y cuál era mi universo. Era un niño muy libre, que jugaba mucho a ser artista, a bailar, cantar en escenarios imaginarios, jugar a que me hacían entrevistas, que tenía programas de radio. También me gustaba mucho disfrazarme, lo cual me resultaba normal, y si bien a veces, alguna que otra burla recibía de algún amiguito o familiar por cómo me movía, o por las cosas que hacía –que eran muy diferentes a las de otros niños que estaban todo el día pegándose o jugando al fútbol–, yo seguía siendo un niño muy libre.

Hasta que comencé la escuela primaria, donde empezaron las burlas más fuertes de mis compañeros: el bullying. Como consecuencia empecé a cuidarme de a poquito, de tan chiquito, a no ser tan libre frente a ellos.

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Ya teniendo ocho años comencé a tocar instrumentos, más específicamente guitarra, y luego violín. Comencé a refugiarme fuertemente en la música. Pasé de ser el mariconcito de la escuela, al que tocaba el violín, y eso me salvó de que el bullying fuera más fuerte.

Mi personalidad empezó a fragmentarse, en la escuela y en otros ámbitos a los que concurría (lugares para aprender folklore). Era tímido, apenas hablaba, tenía vergüenza con todos, salvo con dos o tres amiguitos. En mi casa seguía siendo ese niño libre, que jugaba a ser artista y que por suerte, tenía muchos primos y tías que le seguían el juego. 

Pasó el tiempo e iba entrando a otros ámbitos, y en todos, era el mismo chico tímido que en el único momento que iba hacia adelante sin miedo, era cuando estaba haciendo música (siempre folklore, ese era mi contexto): el de la música folclórica, peñas, festivales, chistes machistas, bromas con respecto a la sexualidad, lo normal en esa época. Ese panorama me hacía meterme cada vez más adentro. Tenía plena conciencia de ser gay, lo sabía con toda seguridad, pero esa no era una opción aceptable para mí: me lo negaba a mí mismo y a todo el mundo alrededor. Lo normal en esos años, era que el chiste de cabecera fuera burlarse de alguien por gay, o culpar a alguien por serlo, y hoy, me doy cuenta de que por más que intentaba que no se notara, todo el mundo lo veía: un elefante gigante en la habitación. 

La cuestión cultural en ese momento era más fuerte que lo que yo sentía.

Criarme en un contexto de un machismo, tan arraigado, hizo que me creara una barrera cada vez más dura, yme negué a aceptar mi sexualidad durante mucho tiempo. Fue necesario para mí, salirme por completo de todo lo que tenía que ver con el folklore, menos la música. Dejé de frecuentar los festivales, las peñas, y cualquier contexto en el que sentía que no podía ser yo mismo, pero esto recién pasó cuando llegué al límite de aguantar el personaje que creé para no salir del clóset. Coincidió con la salida de la Ley de matrimonio igualitario, el debate en todas partes hizo que empezara a cuestionarme tanta negación. Vi un poco de luz en medio de tanta oscuridad, y había llegado a un momento de quiebre en mi vida, porque estaba buscando irme lejos para poder ser yo mismo, algo que obviamente, no sirvió, porque la vida no funciona así. 

Un día, después de irme de un trabajo en el que no me sentía cómodo, hice el click: sin preparación, sin ningún evento en particular, mi mente cambió y me animé a volver a ser tan libre como era de niño. Hoy celebro que todo cambió, y aunque falta por mejorar, el ambiente de la música folclórica ya no es tan así, pero la batalla sigue siendo hablar del tema para que ningún niño deje de ser libre por causa del bullying de unos cuantos gauchos machistas. 

*Músico