La escena es conocida: una mala experiencia con fracciones, una corrección en rojo, una clase donde nadie preguntaba para no “quedar mal”. Con el tiempo, ese instante se vuelve etiqueta: no soy de números. Sin embargo, la dificultad más frecuente no es la capacidad, sino la falta de bases ordenadas y de un método que reduzca la ansiedad. Volver a estudiar matemática no es raro: es un acto de autonomía.
Cuando alguien dice “sacá la cuenta en el aire”, solemos responder “soy malo con los números”. No es una confesión; suele ser pedir tiempo. Nos enseñaron a priorizar el resultado y no el proceso. Pero en matemática lo central es el procedimiento: estimar, descomponer, probar caminos, verificar con sentido común. Aprender a pensar así cambia todo.
El malentendido nace muchas veces en la escuela: fórmulas sin comprensión, explicaciones “porque sí”, un 1 en rojo tatuado. La mente arma el mito: yo y los números no congeniamos. La realidad es otra: con bases ordenadas y una secuencia amable, los temas dejan de intimidar y empiezan a servir a nuestras metas personales.
Hay perfiles distintos, pero soluciones simples. Quien se “pelea” con la práctica progresa cuando el error deja de ser fracaso y pasa a ser feedback. Quien tiene huecos necesita reconstruir cimientos con micro-logros encadenados. Quien siente miedo requiere mejor secuencia, pasos breves y objetivos visibles. Quien desea iniciar o retomar una carrera necesita foco y organización semanal: clases cortas, práctica inmediata y claridad de objetivos.
Un buen proceso combina tres ideas: Ruta clara (qué voy a ver y para qué), Entrenamiento guiado (explicación breve + práctica inmediata) y Técnica consciente (procedimientos que se entienden, no que se memorizan). Sumemos comunidad: estudiar con otros multiplica la constancia. En mi academia propongo un Plan Personalizado de cuatro semanas con enfoque R.E.T.O.: diagnóstico, clases en vivo, práctica guiada y acompañamiento cercano. Empezás desde donde estás y terminás sabiendo hacer.
Cumplí tus sueños. Empezá la carrera que querés: la matemática puede ser una puerta abierta; esta vez, del lado de adentro, estás vos.
Lic. Miryam J. Mazzitelli
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