Las urnas hablaron y su mensaje, que ilusiona a unos y decepciona a otros, evidencia la necesidad de un barajar y dar de nuevo en partidos y movimientos políticos italianos, mientras se debate en el Parlamento sobre la agresión contra la sede de la central de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL).
Varias grandes ciudades y más de mil localidades votaron en este mes de octubre para renovar alcaldes y consejos comunales, algún voto regional y otros de elecciones suplementarias, con un total de 15 millones de personas habilitadas para votar.
Roma Capital, Milán, Bolonia, Turín, Nápoles y Trieste concentraron la máxima atención como así también la escasa afluencia de votantes, que en las 63 alcaldías convocadas al segundo turno registró solo un 43,94 por ciento de afluencia. En la primera vuelta al cierre de las urnas había votado el 52,67 por ciento de los habilitados para hacerlo en esta República Parlamentaria donde el voto no es obligatorio.
¿Desencanto, falta de confianza en partidos y candidatos, carencia de programas y debate, lejanía de las necesidades de los habitantes?
¿Desencanto, falta de confianza en partidos y candidatos, carencia de programas y debate, lejanía de las necesidades de los habitantes? Preguntas que desde el túnel del tiempo acercan el pegadizo “total para qué te vas a preocupar” de una melodía difundida en Buenos Aires hace más de medio siglo.
Otra señal preocupante proviene de los grupos contrarios a la vacunación contra el Covid-19 que, al grito de “libertad”, manifiestan con la campaña de inmunización que la ciencia, el gobierno y los datos señalan como buen camino para recuperar el derecho a la salud, el trabajo, las actividades sociales.
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Claro está que manifestar pacíficamente es un derecho, pero enarbolar consignas engañosas o falsas es harina de otro costal. Peor aún cuando se embarra la cancha con violencia, como sucedió el 9 de este mes, cuando la sede de la Central General Italiana del Trabajo (CGIL) sufrió un ataque que Maurizio Landini, secretario general de este sindicato de centroizquierda, calificó de “neofascista” frente a unos 200 mil manifestantes reunidos una semana después en Roma en la Plaza de San Juan de Letrán (San Giovanni in Laterano).
El tema llegó al Parlamento que el jueves debatió mociones para prohibir la reconstitución del Partido Fascista. Andrea De Maria, parlamentario del Partido Democrático (centroizquierda) y secretario de Presidencia de la Cámara de Diputados, sostuvo: “La disolución de los movimientos subversivos de matriz neofascista representa una acción orientada a defender la libertad y la democracia de todos los ciudadanos”.
Otra señal preocupante proviene de los grupos contrarios a la vacunación contra el Covid-19 que, al grito de “libertad”, manifiestan con la campaña de inmunización
En tanto las autoridades comunales electas han asumido sus cargos, los partidos hacen sus evaluaciones. Entre la primera y la segunda vuelta el centroizquierda se impuso en más de la mitad de las 20 ciudades en que se votó entre capitales de región y de provincia (ganó en 13 ciudades, entre ellas Turín, Milán, Bolonia, Roma Capital, Nápoles, Varese, Cosenza y Latina).
El centroderecha ganó en cuatro capitales, entre las cuales Trieste. El Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que en elecciones anteriores fue el “boom” antipartidos tradicionales pregonado por su “inventor” el actor cómico Beppe Grillo, perdió consensos en todo el país.
Giuseppe Conte, ahora presidente del M5S, declaró que “Hay poco para hablar y mucho por hacer. A partir de nuestra inmediata reorganización”. Este jueves Conte trazó un camino de alianzas que incluye al Partido Democrático (PD) y descarta a Italia Viva (IV) de Matteo Renzi y a Carlo Calenda (de Acción). Enrico Letta, secretario del PD, definió los resultados obtenidos como una “victoria triunfal” e impulsa una amplia coalición progresista con M5S pero también con IV y Calenda.
En la derecha las fisuras parecen abismos entre Forza Italia (el partido de Silvio Berlusconi) que apoya a fondo al gobierno del premier Mario Draghi, el líder de la Lega Matteo Salvini que está en la amplia coalición gobernante, y Giorgia Meloni, a la cabeza de Fratelli D’Italia (FI) que no está al interior de dicha alianza. Para todos, “modelo para armar”.