El presidente de China, Xi Jinping, recibió este lunes al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una visita en la que las partes acordaron "estabilizar" sus relaciones, aunque Estados Unidos sigue siendo "lúcido" sobre los profundos desacuerdos bilaterales.
En un gesto simbólico, el jefe de Estado chino recibió al enviado del presidente Joe Biden en el Gran Salón del Pueblo, el monumental edificio que sirve para dar la bienvenida a los dignatarios extranjeros en la emblemática Plaza de Tiananmen. Se trata de la primera visita en casi cinco años de un secretario de Estado de EEUU a China.
El presidente chino celebró los "avances" entre Pekín y Washington. "Espero que el secretario Blinken, a través de esta visita, aporte un resultado positivo a la estabilización de las relaciones entre China y Estados Unidos", dijo Xi a su interlocutor.
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"Las dos partes lograron avances y encontraron terrenos de entendimiento en varios puntos específicos", que no se precisaron, destacó Xi, quien calificó dichos avances de "muy buena cosa", según un video difundido por la televisión pública CCTV.
"La interacción entre países debería basarse siempre en el respeto mutuo y la sinceridad", dijo Xi, después de que precisamente en estos últimos meses la desconfianza haya sido la tónica dominante en la relación bilateral, por ejemplo a cuenta de la supuesta presencia de globos espía chinos en la zona de Estados Unidos.
Xi dijo que aspira a "estabilizar" las relaciones entre su país y EEUU, una voluntad que también demostró Blinken durante su viaje.
"En cada reunión, subrayé que el compromiso directo y la comunicación sostenida en niveles superiores es la mejor manera de manejar responsablemente las diferencias y garantizar que la competencia no se convierta en conflicto", dijo Blinken a la prensa después de dos días de discusiones en la capital china.
"He escuchado lo mismo de mis homólogos chinos. Estamos de acuerdo en la necesidad de estabilizar nuestras relaciones", agregó.
Al mismo tiempo, Blinken aseguró que Estados Unidos es "lúcido sobre los desafíos" que representa China, después de que la creciente rivalidad fuera identificada por la administración del presidente Joe Biden como una amenaza potencial.
"No nos hacemos ilusiones sobre los desafíos de gestionar esta relación. Hay muchos temas en los que estamos profundamente, incluso con vehemencia, en desacuerdo", dijo Blinken.
Durante su visita, Blinken repitió que Estados Unidos no apoya la independencia de Taiwán y mantuvo su postura de mantener el "statu quo", aunque aseguró tener "profundas preocupaciones sobre algunas de las acciones provocativas que China ha tomado en los últimos años, desde 2016".
Ucrania y Taiwán, temas de fricción
Varios temas enturbiaron en los últimos años la relación bilateral, entre ellos el apoyo de Washington a la isla autónoma de Taiwán, que Pekín considera suya, la rivalidad en el campo tecnológico, las reivindicaciones territoriales de la potencia asiática en el mar de China Meridional o el trato a los uigures, una minoría musulmana del noroeste de China.
El secretario de Estado dijo haber planteado varios asuntos de fricción, y manifestó la inquietud de Washington acerca de Taiwán, así como sobre la región de Xinjiang, donde se concentra la minoría uigur, el Tíbet o Hong Kong.
"El contacto directo y una comunicación continua al más alto nivel constituyen el mejor medio de gestionar las diferencias de forma responsable y de velar para que la competencia no degenere en conflicto", reiteró Blinken ante los periodista.
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Blinken se reunió también con el máximo responsable de la diplomacia china, Wang Yi, para quien las relaciones bilaterales se encuentran en un "momento crítico". Ambas potencias deben "elegir entre el diálogo y la confrontación, la cooperación o el conflicto", aseguró el estadounidense, mientras Wang reafirmó también la posición de su país respecto a Taiwán.
En los últimos meses, los contactos entre Washington y las autoridades taiwanesas, procedentes de un partido independentista, irritaron fuertemente a Pekín, que respondió con ejercicios militares de gran envergadura alrededor de la isla de gobierno democrático.
El poder comunista chino considera a Taiwán como una isla rebelde, que no ha logrado aún reunificar con el resto de su territorio desde el final de la guerra civil china en 1949. "El mantenimiento de la unidad nacional sigue en el núcleo de los intereses fundamentales de China", y "en este asunto, China no tiene margen para transigir o ceder", enfatizó Wang.
Blinken repitió que Estados Unidos no apoya la independencia de Taiwán y mantiene su postura de preservar el "statu quo", aunque aseguró tener "profundas preocupaciones sobre algunas de las acciones provocadoras que China ha tomado en los últimos años, desde 2016".
El secretario de Estado afirmó por otra parte que China reiteró su promesa de no enviar armas a Rusia para apoyar su guerra en Ucrania. "China nos aseguró a nosotros y a otros países que no está entregando y no entregará ayuda letal a Rusia para utilizarla en Ucrania", dijo.
"No hemos visto ninguna evidencia que contradiga esto. Lo que nos sigue preocupando, por otro lado, es la posibilidad de que las empresas chinas suministren tecnología a Rusia que esta última pueda utilizar para continuar su agresión en Ucrania", agregó. "Hemos pedido al gobierno chino que esté muy atento a esto", puntualizó.
En los últimos meses, Washington expresó públicamente su preocupación por un posible suministro de armas de China a Rusia para ayudarla en la guerra en Ucrania. China afirma ser neutral en el conflicto y pide respeto por la soberanía de los Estados, incluida Ucrania, pero nunca condenó públicamente la operación militar lanzada por Rusia.
Blinken aclaró que las promesas de Pekín se habían cumplido "en las últimas semanas" y no solo con motivo de su visita.
ds