La Paz – Prostitutas bolivianas amenazaron con marchar desnudas en defensa de sus fuentes de trabajo luego de que las autoridades de El Alto –epicentro de una turba de ciudadanos que durante tres días destruyó bares, prostíbulos y cantinas– decidieron cerrar más de mil de esos centros que funcionan ilegalmente.
Las trabajadoras sexuales amenazan con tomar medidas más “drásticas” luego de la protesta que se desató en la ciudad aledaña a La Paz, ante los daños que sufrieron sus burdeles, que fueron apedreados, saqueados y quemados por vecinos en los últimos días.
Las mujeres aseguran que resolverán por estas horas si acuden o no a sus controles médicos semanales y también evalúan volver a trabajar en la calle debido al temor a las agresiones protagonizadas por los afiliados a la Federación de Padres de Familia.
Lily, una de las meretrices, advirtió hoy que ante el inminente cierre de los locales “marcharemos hasta La Paz desnudas”, además de adoptar otras medidas de protesta. “Quemaron nuestras pertenencias, nos dejaron en la calle, robaron nuestro dinero, nos golpearon, eso es tentativa de asesinato, y ahora nos privan de nuestra fuente de ingreso”, reprochó la mujer ante las cámaras.
“Muchas chicas viven en alojamientos precarios y por eso dejan su dinero y ropas en las habitaciones” de los prostíbulos que fueron saqueados por los vecinos durante tres días, denunció Lily. Otra de las trabajadores remarcó que fue golpeada el martes por la
turba, que la desnudó en la calle mientras en medio del llanto lamentaba la pérdida de 300 bolivianos (unos 40 dólares).
Es que la Federación de Padres de Familia reclamó esta semana el cierre de los locales nocturnos de la ciudad por considerar que son “nidos de delincuencia”. De hecho, el concejo municipal de El Alto aprobó hoy un nuevo reglamento de bares, cantinas y casas de lenocinio, en el que se incluyen sanciones a los locales que funcionan de forma ilegal, que será enviado al alcalde, Fanor Nava, para su revisión y aprobación final.
En tres días de violencia, los vecinos de la ciudad de al menos 800 mil habitantes, destruyeron 32 bares y 14 prostíbulos, quemando su mobiliario en hogueras levantadas en las calles, según declaró a la prensa el comandante de la unidad de Seguridad Ciudadana, Ronald Pérez. A las manifestaciones, que se aplacaron totalmente este jueves , también concurrieron alumnos de ocho establecimientos educativos que exigieron el cierre de 300 de esos centros que, según denuncias diversas, toleran a menores de edad.
Los dirigentes vecinales de El Alto acusaron a la alcaldía de no hacer respetar el reglamento que fija las distancias a las que deben ubicarse respecto de escuelas, iglesias y hospitales. Unos 2.500 bares, cantinas y burdeles, de los cuales apenas 357 son legales, funcionan en al menos siete zonas, según el encargado de la oficina de Defensa al Consumidor, Orlando Lafuente, citado por el diario La Razón.
Ante esta situación "desde el día de hoy se ha abierto un marco que ha aprobado el honorable Concejo (municipal de El Alto) y en ese marco jurídico vamos a seguir trabajando con la nueva ordenanza, sobre todo apuntado a los bares y cantinas clandestinos", según el alcalde Fanor Nava.
La tremenda inseguridad ciudadana –con atracos diarios a escolares, ataques a amas de casa y hasta el asesinato de jóvenes ebrios– fueron las principales causas del desborde de la población que intentaron hacer justicia por mano propia, según los enfurecidos vecinos que participaron de la represalia.
Después de los episodios de violencia, la policía envió este jueves efectivos a resguardar varios locales susceptibles de ser atacados, mientras los dirigentes civiles acordaron una tregua en tanto la alcaldía los clausure.
La cruzada en favor del respeto a la moral y las buenas costumbres comenzó a extenderse en Bolivia: vecinos del poblado turístico de Coroico, en el subtrópico de La Paz, anunciaron que evitarán que jóvenes y mochileros extranjeros beban y se droguen en bares y prostíbulos clandestinos del lugar.
Fuente: AFP