Estados Unidos acerca del envío de bombas de racimo a Ucrania para reforzar la contraofensiva en el este del país. La decisión generó controversias y reavivó el debate sobre el uso de este tipo de armamento condenado por organizaciones de derechos humanos por el gran daño que puede infligir sobre la población civil y que además está prohibido por un tratado internacional ratificado por más de cien países.
Fue el presidente norteamericano Joe Biden el encargado de anunciar la polémica asistencia militar a su par Volodímir Zelenski en su campaña para hacer retroceder a las tropas rusas, en un momento bisagra ante la escasez de municiones. "Fue una decisión muy difícil para mí. Y, por cierto, lo hablé con nuestros aliados, lo hablé con nuestros amigos en el Capitolio", puntualizó el jefe de estado.
A pesar del intento de justificación, la medida generó un aluvión de críticas de oenegés de derechos humanos y de la ONU. También llegó hasta las altas esferas del poder de varios países, entre ellos Reino Unido, un histórico aliado del país norteamericano que, a diferencia de éste, prohíbe el uso de la producción y uso de bombas de racimo que explotan en el aire dispersando una gran cantidad de submuniciones sobre una zona extensa.
Que son las bombas de racimo
La bomba de dispersión o fragmentación, conocida también como cluster, es un arma que puede ser lanzada desde aviones, artillería y misiles. Este armamento tiene un gran poder destructivo en una zona extendida ya que contiene un dispositivo que se abre en el aire y libera cientos de pequeñas bombas que se dispersan en un radio de hasta 400 metros, según información del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) citada por Télam.
Las bombas de racimo están diseñadas para detonar al tocar el suelo por lo que puede infligir un gran daño en la población civil de manera indiscriminada y también pueden perforar vehículos blindados, entre otros daños.
Por qué están prohibidas
El uso de la bomba de racimo es considerada una violación al derecho internacional humanitario por su poder de destrucción indiscriminado. El costado oscuro de este tipo de armamento es que al ser lanzado algunos no detonan y quedan enterradas, con una tasa de fallo de entre 5 y 30 por ciento. Asimismo, un gran número de víctimas colaterales suelen ser niños que las encuentran en el suelo y las confunden con pelotas de tenis.
Su marco regulatorio está enmarcado en la Convención de Oslo, adoptada en 2008, donde se prohíbe el uso, producción y transferencia de este tipo de armamento "bajo cualquier circunstancia". Se trata del único tratado internacional vinculante que prohíbe el uso, la producción, la transferencia y el almacenamiento de armas. f
Si bien más de cien países se adhirieron al acuerdo, varios de ellos no lo hicieron, entre ellos Estados Unidos, Ucrania y Rusia. Por el contrario, sí fue suscripto por algunos miembros de la OTAN como Reino Unido, Francia, Alemania y España.
Repercusiones del envío de bombas de racimo a Ucrania
Luego del anuncio de Biden, uno de los primeros en reaccionar fue el primer ministro británico Rishi Sunak, histórico aliado de Washington y uno de los países europeos poderosos que forman parte de la Convención de Oslo.
"El Reino Unido es signatario de una convención que prohíbe la producción y el uso de bombas de fragmentación y desalienta su uso", declaró Sunak este sábado 8 de julio a la prensa británica, al margen de un acto electoral. "Seguiremos poniendo de nuestra parte para apoyar a Ucrania contra la invasión", añadió, recordando que su país aportó armas a Kiev, incluyendo tanques pesados y misiles de largo alcance.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres ratificó su apoyo al tratado de Oslo y dijo que "quiere que los países cumplan con sus términos", afirmó su portavoz, Farhan Haq.
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Este anuncio de la Casa Blanca forma parte de un nuevo paquete de ayuda militar de 800 millones de dólares a Ucrania, que eleva a más de 41.000 millones el total desde el inicio de la guerra. Además de las municiones de racimo, Estados Unidos suministrará vehículos blindados, munición de artillería, armas antitanque y otros equipos.
Dónde se usaron
Las bombas se estrenaron en pleno escenario de la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, fueron utilizadas por varios países africanos, Francia, Israel, Países Bajos, Reino Unido, Rusia y Estados Unidos, entre, al menos, una quincena de países, provocando la muerte de al menos once mil personas. Por su lado, Estados Unidos arrojó aproximadamente 260 millones de municiones en racimo en Laos entre 1964 y 1973.
Desde el inicio de la invasión de Ucrania, las tropas rusas y ucranianas utilizaron bombas de racimo en áreas pobladas de Ucrania desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, de acuerdo con el medio británico The Guardian y la ONG Human Rights Watch.