INTERNACIONAL
Batalla campal

"Traidores y corruptos": varios se "borocotizaron" y el Congreso hondureño terminó a las trompadas

Un grupo de diputados traicionó a la presidenta electa Xiomara Castro, que asume este martes. Con esos votos, nombraron a un opositor para ocupar la titularidad del cuerpo, y ardió Troya.

Las escenas de la violencia en el Congreso hondureño se viralizaron en redes sociales.
Las escenas de la violencia en el Congreso hondureño se viralizaron en redes sociales. | Twitter

Este viernes el Congreso de Honduras se convirtió en una batalla campal luego de que el ministro de Gobernación, Leonel Ayala, abriera la sesión y 20 diputados del partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda) propusieran como presidente provisional a Jorge Cálix, un claro opositor a la flamante presidenta electa Xiomara Castro.

Así Ayala le tomó juramento a Cálix y escaló el conflicto: primero fueron gritos y después se pasó directamente a los golpes y patadas, incluso sobre el mismo estrado de la presidencia del cuerpo. El diputado de Libre, Rasel Tomé, sostuvo que Ayala, perteneciente al oficialista Partido Nacional (PN, derecha), "ilegalmente le cedió la palabra" a los diputados que "traicionaron el mandato que el pueblo dio a Xiomara Castro" en las recientes elecciones. 

Mientras que Ayala dijo a un medio televisivo local que la elección de Cálix "fue acompañada por 83 firmas"; muy por encima de los 65 requerido. Por su parte, la presidente Xiomara Castro resolvió expulsar de Libre a los “20 diputados rebeldes” a quien calificó de "traidores y corruptos".

Con Cálix en la presidencia del Congreso, el Partido Nacional, derrotado en las urnas, "logra maniobrar y quedarse con el control del Congreso Nacional", dijo a la AFP el analista y profesor de la Universidad Nacional Eugenio Sosa.

 

El primer chispazo

 

Lo ocurrido el viernes en el Congreso comenzó a gestarse el jueves a la noche, cuando la presidenta electa, que le ganó en las elecciones del 28 de noviembre al candidato del PN, Nasry Asfura, convocó a los 50 diputados de su partido para pedirles que apoyaran al legislador Luis Redondo como presidente del Legislativo, pero 20 de ellos no asistieron al encuentro.

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"La ausencia de los 20 diputados ya era el augurio de una traición contrarrevolucionaria al partido y al pueblo hondureño que derrocó la narcodictadura (...) al imponer un plan de la élite corrupta que dirige (el actual presidente) Juan Orlando Hernández", había declarado Castro.


Expulsión de disidentes


El Congreso está compuesto por 128 diputados: 50 de Libre (oficialismo), 10 del Partido Salvador de Honduras (aliado a Castro), 44 del PN (oposición), 22 del Partido Liberal (PL, derecha) y dos de dos partidos minoritarios. Uno de los compromisos asumidos por la alianza en el Gobierno era nombrar a Nasralla vicepresidente y cederle la presidencia del Congreso. Nasralla propuso para ese cargo a Redondo.

Este acuerdo fue desoído por los 20 diputados que se rebelaron al desconocer a Redondo y proponer a Cálix. Por esta razón Castro acusó a los disidentes de "traicionar el acuerdo constitucional" y "hacer alianzas con los representantes del crimen organizado, la corrupción y el narcotráfico" del PN. 

"Por aclamación de manera unánime resolvemos y aprobamos, de forma extraordinaria, declarar la expulsión definitiva de los diputados", afirmó Castro luego de una reunión de su partido convocada de urgencia. "A partir de la ahora pierden su condición de militantes activos de nuestro partido", detalló.

 

AFP/RB/HB