INTERNACIONAL
Estados Unidos

Donald Trump lanzó una orden contra la regulación estatal de la IA: “Las empresas deben tener la libertad de innovar”

El presidente estadounidense firmó un decreto para establecer una única regulación federal sobre la inteligencia artificial. Apunta a suplantar normas estatales "engorrosas", con el objetivo de proteger y favorecer a las empresas tecnológicas.

Donald-Trump
La Casa Blanca publicó un documento oficial de 33 páginas sobre la Estrategia de Seguridad Nacional | AFP

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves 12 de diciembre una orden ejecutiva destinada a establecer un marco regulatorio federal para la inteligencia artificial (IA), buscando evitar que los estados individuales creen sus propias normas, lo que podría generar un entorno “engorroso” para las empresas tecnológicas.

Esta medida tiene como objetivo “garantizar que exista un estándar nacional mínimamente gravoso, no 50 estándares estatales discordantes”. Para Trump, la falta de una normativa uniforme pone en peligro el avance de la tecnología en el país, especialmente en su competencia con China.

El decreto también pretende reducir el riesgo de que las leyes estatales incluyan "sesgos ideológicos", lo cual dificultaría el progreso de la IA, según argumenta el texto oficial de la orden. En este sentido, la administración de Trump solicitó al Congreso que colabore para crear un único estándar nacional que no limite el desarrollo de las empresas tecnológicas.

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Además, la medida plantea la posibilidad de imponer sanciones económicas a aquellos estados que no se ajusten a la nueva normativa, incluyendo la pérdida de acceso a financiamiento destinado a proyectos de banda ancha, una iniciativa clave para expandir el acceso a internet de alta velocidad en todo el país.

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La orden ejecutiva marca una victoria para gigantes tecnológicos como Google y OpenAI, que ya expresaron su oposición a la regulación estatal de la IA. Sin embargo, la medida también levantó preocupaciones sobre la falta de control y la posible evasión de responsabilidades por parte de las empresas que desarrollan y aplican esta poderosa tecnología.

La iniciativa de Trump para un marco regulatorio federal

El decreto firmado por Donald Trump argumenta que la regulación estatal en materia de IA crea un "mosaico" de normativas, lo que representa un desafío para las empresas tecnológicas, especialmente para las emergentes, que deben navegar por una serie de regulaciones contradictorias. En lugar de permitir que cada estado imponga sus propias normas, Trump busca establecer un único marco regulatorio que sea flexible y que permita a las empresas tecnológicas innovar sin estar sujetas a una burocracia excesiva.

"Para obtener el éxito, las empresas estadounidenses de IA deben tener la libertad de innovar sin una regulación engorrosa", menciona la orden ejecutiva firmada por Trump. En su declaración, el mandatario subraya que la fragmentación de las leyes estatales no solo complica la innovación, sino que también genera incertidumbre legal y económica para las empresas que operan en múltiples estados. Por este motivo, Trump defiende la creación de un solo sistema normativo a nivel federal que facilite la expansión de la inteligencia artificial en EE.UU., un sector que se considera clave para mantener la competitividad del país.

Trump
Para Trump, "las empresas estadounidenses de IA deben tener la libertad de innovar sin una regulación engorrosa".

Asimismo, asegura que esta medida también busca evitar que las normativas estatales exijan a las empresas incorporar “sesgos ideológicos" en sus modelos de IA, lo que podría comprometer la objetividad y eficiencia de las tecnologías. Al evitar que los estados impongan sus propios criterios regulatorios, la administración de Trump espera que las empresas tecnológicas puedan operar bajo un marco claro y uniforme que favorezca el desarrollo continuo de la IA.

Para garantizar el cumplimiento de la nueva normativa, el presidente ordenó la creación de un grupo de trabajo que estará a cargo de la fiscal general Pam Bondi, “cuya única responsabilidad será impugnar las leyes estatales” que interfieran con el decreto presidencial. Este grupo será el encargado de supervisar la implementación del marco regulatorio y de evitar que los estados adopten normativas que puedan “obstaculizar” la expansión de la inteligencia artificial en el país.

La reacción de la industria tecnológica y los posibles riesgos

El decreto de Trump fue respaldado por varias figuras influyentes en la industria tecnológica, incluyendo a Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, y Jensen Huang, CEO de Nvidia, quienes advirtieron que una regulación estatal fragmentada podría paralizar el progreso de la IA. En sus declaraciones, Altman destacó que la innovación en IA no debe verse frenada por las regulaciones locales y que un enfoque estatal generaría cargas adicionales para las empresas que, en lugar de centrarse en avanzar tecnológicamente, se verían obligadas a cumplir con una compleja maraña de normas.

Por otro lado, Sundar Pichai, CEO de Google, también expresó su preocupación sobre cómo las regulaciones dispares entre los estados dificultan la competencia global, especialmente frente a rivales como China. Según Pichai, la falta de un sistema normativo uniforme en EE. UU. pone a las empresas tecnológicas estadounidenses en desventaja, ya que deben lidiar con diferentes requisitos regulatorios en cada estado, mientras que China ofrece a sus empresas un único cauce para obtener autorizaciones.

Donald Trump está apostando en contra del futuro

Sin embargo, la medida también generó preocupación entre los críticos de la desregulación. Algunos legisladores y grupos de defensa de los consumidores alertan sobre los riesgos que puede conllevar la falta de supervisión en un sector tan potente y creciente como el de la inteligencia artificial.

Para estos grupos, el impulso hacia una regulación más laxa podría dar lugar a prácticas empresariales irresponsables y a la falta de rendición de cuentas, en particular cuando las herramientas de IA tienen un impacto directo en la vida de las personas, como en decisiones laborales, de salud o crédito.

RV/ff