Poco más de una semana bastó al ex presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, para lograr amplio consenso para un Ejecutivo mixto de técnicos y políticos, con caras nuevas y otras que integraron la escuadra del precedente premier Giuseppe Conte, quien se vio obligado a renunciar en medio de una dura crisis de gobierno.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, en cuanto garante de la Constitución, decidió el 3 de febrero convocar al economista Draghi para encargarle la nada fácil tarea de zanjar diferencias partidarias y armar un gabinete de “unidad nacional” ya que, según el Jefe del Estado, la triple crisis sanitaria, social y económica que afecta al país impedía disolver el Parlamento y llamar a las urnas.
Draghi, figura del riñón financiero internacional, tras dos rondas de consulta con los partidos políticos, más otra con sindicatos, organizaciones ambientalistas y empresariales, asumió en primera persona -según el artículo 92 de la Constitución- y solo en interacción con Mattarella, el armado del Ejecutivo.
Draghi, figura del riñón financiero internacional, tras dos rondas de consulta con los partidos políticos, más otra con sindicatos, organizaciones ambientalistas y empresariales, asumió el armado del Ejecutivo
Centroizquierda, populistas progresistas, centroderecha, derecha hasta ahora ultrancista, todos en la una misma bolsa, “juntitos juntitos” como un tema musical argentino coreaba hace décadas. Solo un partido derechista, Fratelli d’Italia, encabezado por Giorgia Meloni, dijo “no” al llamado de Draghi y permanecerá en la oposición.
Ocho mujeres y quince hombres al frente de los ministerios, que Draghi repartió entre técnicos y políticos, entre estos últimos algunas figuras de peso, como Luigi Di Maio, del populista Movimiento Cinque Stelle, quien permanece en la cartera de Exteriores. Otro que sigue en su cargo es el ministro de Salud, Roberto Speranza, miembro de un partido de izquierda.
Los ministros “técnicos” son ocho sobre 23, y ocuparán las carteras de Justicia, Interior, Innovación tecnológica, Economía, Ambiente y transición ecológica, Infraestructuras y transportes, Instrucción y Universidad. De los 23 nombrados, 17 ya han ocupado cargos de gobierno a lo largo de los años y sólo seis debutan.
Del anterior gobierno, conocido como “Conte Bis” pues era la segunda designación del mismo abogado para esa función, Draghi confirmó a siete ministros.
Quiénes conforman la Unidad Nacional
Uno de los debutantes, Daniele Franco, figura clave como nuevo ministro de Economía, es un super técnico de 68 años y fidelísimo de Draghi. Desde hace un año era director general de Bankitalia. Con Franco el premier se cubre la espalda en un delicado sector.
Las bolsas y los mercados reaccionaron positivamente desde que Matarella convocó a Draghi. Por ejemplo, la diferencia entre los bonos del Estado italiano y los alemanes (spread) llegó al mínimo del último quinquenio, producto de la confianza que infunde en esos ámbitos la persona y el currículum del nuevo premier.
No falta quién se pregunta cuánto durará la “luna de miel” en este matrimonio de diversos
El sábado, la jura. Un evento restringido a causa del Covid, que no da tregua, sin precedentes en este sentido y también porque el nuevo Ejecutivo goza del beneplácito del anciano ex premier de centroderecha Silvio Berlusconi, del derechista Matteo Salvini que se ha colocado las ropas europeístas, del cómico fundador del Movimiento Cinque Stelle, Beppe Grillo, sólo para citar a los más conocidos más allá de las fronteras italianas.
No falta quién habla del “travestito” Salvini, o quién se pregunta cuánto durará la “luna de miel” en este matrimonio de diversos. Otros, en cambio, cruzan los dedos mientras piensan en los 200 mil millones de euros de los fondos de recuperación que la Unión Europea destina a Italia (recovery fund). Que, por supuesto, no llegarán como regalo del cielo. “In bocca al luppo”, Italia!