La reciente cumbre del G8 en Italia prometía darle un respiro a Silvio Berlusconi de todos los escándalos que lo acechan por las denuncias sobre sus fiestas privadas. Pero, una vez que se fueron los presidentes extranjeros, los problemas volvieron, esta vez de la mano de nuevas declaraciones de las prostitutas que habrían participado de los encuentros de Il Cavaliere.
La primera fue Patrizia D'Addario, una prostituta de lujo que semanas atrás aseguró haber cobrado 2.000 euros por asistir a las fiestas de Berlusconi. Ahora contó al diario opositor La Repubblica que el presidente italiano sabía que las mujeres que asistían a su casa eran prostitutas de lujo, y que participaba de orgías con ellas.
"Las orgías no me han gustado nunca y había intuido que, de quedarme, me habría encontrado en esta desagradable situación después de la cena", afirmó D'Addario, quien sostuvo que eran "al menos cinco", las prostitutas que estaban en la mansión pasado 15 de octubre, cuando se celebró una de las fiestas.
"Dos de ellas eran muy vistosas, son lesbianas, eran las únicas que vestían pantalones y trabajan siempre juntas", relató, según el Periódico de Catalunya. Como no quiso dormir en la "cama grande" (un regalo del líder ruso Vladimir Putin a Berlusconi) D'Addario, de 42 años, se encerró en el baño, sacó algunas fotos y se retiró, cobrando sólo la mitad de sus honorarios.
Ahora se suma el testimonio de María Teresa De Nicolò, de 37 años, quien asegura que el ritual se repetía. "Vestidito negro y poco maquillaje y antes de ir a la cama, si lo pedía el patrón (Berlusconi), había que estar totalmente dispuesta a mostrar admiración por los éxitos de Silvio, divertirse con sus chistes y cantos y agradecerle los regalitos de 'tienda de segunda categoría'", relató a La Repubblica.
D'Addario es una de las principales testigos de la causa que investiga la fiscalía de la localidad italiana de Bari por presunto delito de inducción a la prostitución. En ella están involucrados Berlusconi y el empresario local Gianpaolo Tarantini, quien sería el encargado de conseguir las mujeres para Il Cavaliere.
Por otra parte, el primer ministro italiano tuvo que pedir disculpas a Carla Bruni, esposa del presidente francés Nicolás Sarkozy, ya un diario de su propiedad, Il Giornale, acusó a la cantante de "grosera" y "snob" por haber evitado los encuentros de primeras damas que tuvieron lugar durante la cumbre del G8.
"La señora Sarkozy desertó, sin vergüenza, de todos los encuentros", escribió Il Giornale, y agregó "Alguien debería decirle a la 'premiére dame' que el esnobismo a la potencia X, entre nosotros se llama grosería".
"Me ha molestado mucho y me sentí triste al ser informado sobre los artículos publicados en los diarios italianos, entre ellos Il Giornale, con juicios ofensivos contra la señora Carla Bruni, esposa del presidente de la República Francesa", indicó Silvio Berlusconi en una declaración, y reiteró su "amistad" con la pareja francesa.