La pobreza en Venezuela creció de forma alarmante durante 2017, llegando a ser el 87%. La situación está empujada por una hiperinflación que destruyó los ingresos, según un estudio de las principales universidades del país y varias ONG difundido este miércoles. La pobreza se ubicó en 25,8% mientras la pobreza extrema en 61,2%, frente a 30,3% y 51,5% de un año atrás, respectivamente, señaló la Encuesta Sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi).
"La mayoría de los venezolanos quedan por debajo de una línea de pobreza porque los salarios no pueden alcanzar la velocidad de la inflación", expuso la socióloga María Ponce al presentar el informe. En su más reciente reporte, de 2016, el presidente Nicolás Maduro situó la pobreza en 18,1% y la pobreza extrema en 4,4%, pero la realidad es otra. Su país cerró 2017 con una inflación de 2.600%, según el Parlamento de mayoría opositora, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) la proyecta en 13.000% para 2018.
El sondeo, realizado entre julio y septiembre pasado en 6.188 hogares, reveló que 56,2% cayó recientemente en pobreza, en tanto 30,4% se halla en "pobreza crónica", lo que "implica la pulverización de la clase media en términos económicos", dijo Ponce. "Tras cuatro años ininterrumpidos de crisis, el deterioro ha sido monumental", subrayó la socióloga al indicar que entre 2014 y 2017 la pobreza por ingresos trepó de 48,4% a 87%.
La pérdida de poder adquisitivo implica que 8,2 millones de venezolanos -de una población de 30 millones- ingieran dos o menos comidas al día", indicó Marianella Herrera, de la Universidad Central de Venezuela. El salario mínimo de 797.510 bolívares hoy alcanza para poco más de dos kilos de carne. "Nueve de cada diez venezolanos no pueden pagar su alimentación diaria" y 60% "han perdido 11 kilos (de peso) en el último año por hambre", al verse sometidos a una dieta donde prevalecen yuca, arroz y harinas, agregó Herrera.
Maduro, que aspira a la reelección en los comicios del 22 de abril y atribuye la crisis a una "guerra económica" para derrocarlo, puso en marcha hace casi dos años un plan para distribuir alimentos subsidiados, que, según los informes de su gobierno, beneficia a seis millones de familias. También creó el "carnet de la patria", tarjeta electrónica para acceder a programas sociales que, asegura, suma 16 millones de inscritos. Hoy esas prácticas casi desaparecieron según la Encovi.