En apenas cuatro años, Donald Trump trastocó la política de los Estados Unidos hacia Medio Oriente y la intención de Joe Biden de deshacer ese legado se ve tan complicada como la de reactivar el pacto con Irán.
A través de los acuerdos de normalización de varios países árabes con Israel, hasta su campaña de presión máxima sobre Teherán, Trump cambió la cara de Medio Oriente, una región donde Washington tiene desplegados miles de soldados. Estas son algunas de sus políticas que Biden tratará de modificar.
◆ Ventas de armas
Trump autorizó el año pasado ventas por más de 23 mil millones de dólares en aviones de combate F-35 y drones a los Emiratos Árabes Unidos, para recompensar su reconocimiento diplomático de Israel. También respaldó las ventas de armas a Arabia Saudita, a pesar de las objeciones de los legisladores por las violaciones a los derechos humanos del reino. Biden ha dicho que está congelando “temporalmente” los acuerdos para que sus funcionarios puedan revisar las operaciones. Frenar esas ventas impactaría en los acuerdos de normalización de varios países árabes con Israel que impulsó Trump.
◆ Relación con Israel
Los acuerdos para normalizar sus relaciones con Israel que cuatro países árabes firmaron el año pasado Marruecos, Sudán, Bahrein y Emiratos Arabes Unidos se alcanzaron a cambio de concesiones hechas por Washington o ventas de armamentos.
El acuerdo con Marruecos, logrado en diciembre, llegó tras el respaldo de Estados Unidos a sus reclamos sobre el Sahara Occidental, una región que reivindica su independencia y que desde los años 70 es objeto de una disputa territorial con el gobierno marroquí. Por su parte, Sudán firmó el acuerdo menos de un mes después de que Estados Unidos lo retirara de su lista negra de patrocinadores estatales del terrorismo.
El vínculo con Israel, el mayor aliado de Estados Unidos en Medio Oriente, es clave en la política de Washington hacia la región. Especialistas advierten que Biden no debería poner en peligro estos acuerdos, sino al contrario, debería impulsar otros. “Aunque el instinto de hacer cambios dramáticos es comprensible, y a veces correcto, ciertos elementos de la política de Trump brindan buenas oportunidades para promover acuerdos entre árabes e israelíes, afirman los analistas Dennis Ross y Juan Zárate, del The Washington Institute, que estudia las relaciones de Estados Unidos con Medio Oriente.
◆ El Golfo
Tres años atrás, cuatro de las monarquías del Golfo Arabia Saudita, Omán, Bahrein y Kuwait congelaron relaciones y bloquearon todo vínculo con Qatar, al que acusaron de financiar a grupos extremistas en la guerra siria y mantener buenas relaciones con Irán. En sus esfuerzos por aislar a Teherán, Trump presionó para superar esas diferencias y a comienzos de enero los cinco países se reunieron para restablecer relaciones. Pero el acuerdo acelerado no tiene profundidad. Las rivalidades internas del Golfo podrían seguir avivando los conflictos y tensiones políticas en Medio Oriente y África, advirtió Elham Fakhro, del Grupo Internacional de Crisis.
◆ Yemen
Trump colocó a los rebeldes hutíes yemeníes respaldados por Irán como organización terrorista justo un día antes de la toma de posesión de Biden, una medida que suscitó temores de que pudiera poner en peligro las operaciones de ayuda y arriesgar millones de vidas. Biden congeló la decisión por un mes. El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en su audiencia de confirmación que una de sus principales prioridades es abordar la guerra en Yemen, donde Arabia Saudita, aliada de Estados Unidos, ha estado bombardeando a los hutíes desde 2015.
◆ Prohibición de viajes
Una de las primeras medidas de Trump fue prohibir el acceso a Estados Unidos a todos los viajeros de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, encendiendo la indignación internacional y desencadenando batallas judiciales internas. En su primer día, Biden levantó la medida, permitiendo a muchas familias de Oriente Medio visitar a sus parientes por primera vez en cuatro años.