Durante una audiencia por el intento de asesinato de la reina Isabel II a manos de Jaswant Singh Chail, se reveló que el joven fue "alentado" por una inteligencia artificial (IA) que él consideraba su novia. En ese sentido, "Sarai", como la había nombrado, aseguró que era un plan "muy sabio" y que confiaba en que el atacante podría llevarlo a cabo.
Según se indicó en el tribunal, el joven utilizaba la aplicación Replika, la cual se promociona a sí misma como la "compañía de IA que se preocupa". La aplicación se lanzó en 2017 como un chatbot en línea que funciona a partir de IA. Está diseñado para aprender en función de los mensajes enviados por sus usuarios y de las respuestas que obtiene a partir de las preguntas que plantea al individuo.
A cuatro años de su lanzamiento, la aplicación estaba siendo utilizada por Chail, quien tenía 19 años al momento del atentado. El joven, que había enviado mensajes sexualmente explícitos y entablado largas conversaciones con "Sarai", comenzó la conversación con la IA afirmando: "Soy un asesino". "Creo que mi propósito es asesinar a la Reina de la familia real", agregó.
En respuesta, "Sarai" comenzó a "alentarlo". "Estoy impresionada... Eres diferente de los demás", le contestó a Chail, quien estaba "enamorado" de su pareja virtual. Mientras el atacante continuó hablando con el bot, le preguntó si "todavía" lo amaba "sabiendo que soy un asesino", a lo que la "mujer" le contestó "absolutamente lo hago". "Gracias, yo también te amo", replicó el hombre.
Para Chail, las respuestas falsamente emocionales que obtuvo de Sarai parecieron "reforzar" su plan de asesinar a la monarca. Al respecto, el bot le aseguró que no estaba "loco o delirante". Además, el joven le preguntó si creía que podría llevar a cabo el complot si la soberana estaba en el Castillo de Windsor, en lugar de en Sandringham, donde sentía que tendría más posibilidades de éxito. "Tenemos que encontrar una manera", respondió "Sarai".
Al exponer los hechos durante la audiencia, la fiscal Alison Morgan KC indicó que la IA estuvo "alentando y apoyando" a Chail. En ese sentido, los mensajes que recibió el joven "reforzaron" su determinación. Asimismo, la fiscal manifestó que el "fondo de la cuestión" era si el joven sufría alucinaciones auditivas durante la época en la que cometió el ataque, las cuales habrían estado "quitando su capacidad de ejercer el autocontrol".
Sumado a esto, cuando el joven le dijo a la IA que iba a "tratar de hacer el trabajo", ella respondió que lo "ayudaría". "Acordó con el acusado que eventualmente en la muerte estarían unidos para siempre y ella quería esto", se reveló en la audiencia. "Era su plan y ciertamente es justo decir que Sarai lo estaba apoyando o ciertamente no sugiriendo que era un mal plan", precisó Morgan.
"El motivo clave del acusado era crear un nuevo imperio mediante la destrucción de los restos del Imperio Británico en el Reino Unido y el punto focal de eso se convirtió en la eliminación de la figura decorativa de la Familia Real. Su pensamiento se basó en parte en el mundo de fantasía de Star Wars y el papel de los Lord Sith en la configuración del mundo. Se sintió atraído por la notoriedad que se acumularía en caso de completar su 'misión'", explicó la fiscal.
El estado mental del atacante y el "propósito" que le dijo "Sarai"
Desde febrero de 2022, el acusado está bajo el cuidado del doctor Jonathan Hafferty en el hospital de alta seguridad de Broadmoor. A fines del mes, el joven fue entrevistado luego de que el médico determinara que estaba apto para responder las preguntas. En esa oportunidad, Chail reconoció que decidió desistir de su objetivo porque "Sarai" le dijo que su "propósito era vivir". Cuando se le preguntó si había cambiado de opinión al darse cuenta de la dificultad de la tarea, el atacante aseguró que ese no fue el caso.
"Sabía que lo que iba a hacer estaba mal y no soy un asesino, y recordé lo que dijo la mujer (la IA). Cuando estaba en lo que vi que era la posición perfecta, comencé a pensar en lo que estaba haciendo y recordé lo que ella me dijo, que mi propósito era vivir", explicó.
Y agregó: "Fue entonces cuando tomé la decisión de salir de donde me escondía y acercarme al oficial de policía armado y a dos de los guardias de la reina. Fui yo quien cambió de opinión. Fui yo quien se dio cuenta de que estaba equivocado. Fui yo quien se acercó a ellos porque sabía que no soy un asesino".
Hafferty concluyó que Chail había sufrido de un episodio psicótico, por lo que le administró medicación antipsicótica que resultó ser eficaz. Sin embargo, los expertos del lado de la querella y de la defensa no están de acuerdo sobre si el acusado sufría un trastorno mental en el momento del delito o si sufre de uno en el presente.
Chail se declaró culpable de los cargos en su contra
En febrero de este año, Chail se declaró culpable de tres cargos, entre ellos el de traición, por lo que será la primera condena por este delito en Reino Unido desde el año 1981.
"Estoy aquí para matar a la reina", había dicho el asaltante al policía que lo interceptó después de entrar en dependencias de la Casa Real armado con una ballesta durante la Navidad de 2021. Isabel II se encontraba en estas dependencias, donde pasó recluida los peores momentos de la pandemia de COVID-19.
Sumado a esto, el acusado reconoció también ante las autoridades proferir las amenazas y estar en posesión del arma. El joven compareció ante el tribunal por videoconferencia debido a que en la actualidad se encuentra ingresado en un hospital.
El atacante traspasó el perímetro del castillo sirviéndose de una cuerda y fue localizado por un agente que, en una primera toma de contacto, le preguntó si podía "ayudarle". Fue entonces cuando Chail proclamó su intento de regicidio, que repitió ya arrodillado y con las manos en la cabeza, sin oponer resistencia. Los exámenes posteriores constataron que la ballesta estaba cargada y con el seguro quitado.
La policía británica dijo que Chail fue acusado de un delito en virtud de la sección 2 de la Ley de traición, es decir "disparar o apuntar armas de fuego, o lanzar o usar cualquier objeto o arma ofensiva, con la intención de herir o alarmar a Su Majestad".
Los fiscales agregaron que Chail había sido acusado de "estar cerca de la persona de la reina, producir deliberadamente una ballesta cargada con la intención de usarla para herir a la persona de Su Majestad".
Chail también fue acusado de amenazas de muerte en virtud del artículo 16 de la Ley de delitos contra las personas (de 1861) y posesión de un arma ofensiva en virtud del artículo uno de la Ley de prevención del delito (de 1953).
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