La temporada 5 de "The Crown”, que Netflix estrena este 9 de noviembre, mostrará a la reina Isabel II de pie sobre las ruinas carbonizadas del Castillo de Windsor siendo consolada por el príncipe Felipe, en una escena dramática. Y si bien es poco probable que aquel emotivo abrazo haya tenido lugar en esas circunstancias, el feroz incendio del castillo fue uno de los golpes más duros que atravesó la fallecida monarca, una alegoría de la ruina de la Casa de Windsor.
En su nueva temporada, Netflix recreará el incendio del 20 de noviembre de 1992, cuando 115 habitaciones fueron destruidas en un incendio provocado por una lámpara defectuosa. Protagonizada por Imelda Staunton (Isabel II) y Sir Jonathan Pryce (Felipe), The Crown grabó el episodio en Burghley y la estructura quemada del castillo se recreó en los estudios de cine de Elstree en Hertfordshire.
Fuentes de la producción de la serie dijeron que el desafío de representar el incendio requería simulaciones de humo y fuego y "elementos reales". El capítulo fue filmado durante dos días con alrededor de 60 extras que hacían de bomberos y soldados, trasladando obras de arte y mobiliario a un lugar seguro. Las paredes, ventanas y techo quemados que mostrará la serie fueron creados con efectos especiales generados por computadora.
El incendio se produjo al final de un año dramático para la Familia Real, que la reina apodó como un 'annus horribilis' (año horrible). El incendio comenzó en la Capilla Privada de la Reina Victoria, donde un foco defectuoso encendió una cortina junto al altar. El fuego se propagó con una rapidez alarmante debido a la gran cantidad de madera utilizada en la construcción del castillo y las cortinas de 40 metros que adornaban St George's Hall, el salón más grande del castillo.
El incendio se detectó por primera vez alrededor de las 11:30 de la mañana y en tres horas, 225 bomberos de siete condados luchaban contra las llamas usando 36 bombas, descargando más de 5 millones de litros de agua. Las llamas serpentearon a lo largo del techo de madera, avivadas por la corriente de aire en la sala elevada, y rugieron en las Cámaras de Estado, la Torre del Rey Juan, la Torre del Príncipe de Gales y la Torre de Chester.
Los apartamentos privados fueron aislados del incendio, aunque como medida de precaución la reina Isabel II -que no se encontraba allí cuando se inició el incendio- supervisó la retirada de tesoros del complejo de más de 200 habitaciones. El fuego ardió durante 15 horas y destruyó por completo 115 habitaciones del castillo, incluidas nueve de las majestuosas salas utilizadas para eventos de Estado.
Afortunadamente, el cortafuegos en el otro extremo de St George's Hall permaneció intacto, por lo que la histórica Biblioteca Real, con miles de ejemplares, no sufrió daños. Mientras el castillo ardía, el personal retiraba obras de arte para salvarlos y el patio central se llenó de algunos de los mejores ejemplos de muebles franceses del siglo XVIII, pinturas de Van Dyck, Rubens y Gainsborough, porcelana de Sèvres y otros tesoros de la colección.
La reina no se hospedaba en Windsor en ese momento, pero llegó después de que comenzara el incendio. Sí estaba en el lugar el príncipe Andrés, que dijo que escuchó la alarma de incendios y aproximadamente dos o tres minutos después vio el humo después de salir de la habitación en la que se encontraba. Después se unió al grupo de sirvientes y voluntarios que retiró las obras de arte y afirmó sentir "conmoción y horror". "Su Majestad está absolutamente devastada", dijo sobre su madre.
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El fuego finalmente se extinguió a las 2:30 am del sábado 21 de noviembre y, según un balance posterior, solo se perdieron dos obras de arte: un aparador de palisandro y una pintura muy grande de Sir William Beechey que no se pudo quitar de la pared a tiempo. Afortunadamente, las obras de arte ya se habían retirado de muchas habitaciones antes del trabajo de cableado.
El castillo de 1.000 habitaciones, la residencia habitada más grande del mundo, fue construido en un sitio elegido en 1070 por el rey Guillermo I el Conquistador y sobrevivió a dos guerras mundiales sin daños. Sin embargo, casi sucumbió en el incendio de 1992. La reina dijo esos días que aquel año fue, para ella, "horrible" y para muchos el incendio fue un símbolo de la ruina en la que estaba la Casa de Windsor.
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Qué se sabe sobre la temporada 5 de The Crown
La quinta temporada de The Crown se estrenará en Netflix el miércoles 9 de noviembre y constará de 10 episodios, que se estrenarán todos a la vez y se titulan: Queen Victoria Syndrome, The System, Mou Mou, Annus Horribilis, The Way Ahead, Ipatiev House, No Woman's Land, Gunpowder, COUPLE 31 y Decommissioned.
La quinta temporada se centrará en la historia de la familia real británica desde mediados de 1991, durante el mandato del primer ministro John Major, y finalizará en la primavera de 1997, antes de la muerte de la princesa Diana.
La serie empezará con la ruptura del matrimonio del príncipe Carlos y Diana y la famosa llamada telefónica de "tampongate" entre el actual rey y la que era entonces su amante, Camilla Parker Bowles, además de infame entrevista de Lady Di con Martin Bashir en la BBC, donde contó que vivía un "matrimonio de tres" y que sabía que nunca sería reina.
La serie reflejará además el espectacular incendio del Castillo de Windsor y cerrará con un memorable discurso de la reina en el que dijo que aquel año de 1992 fue para ella un 'annus horriblis' (año horrible).
Aunque la quinta temporada termina con Lady Di ya divorciada y preparándose para sus últimas vacaciones en el Mediterráneo con su novio, el millonario egipcio Dodi Al Fayed, a mediados de 1997, Netflix aclaró que no cubrirá el accidente fatal del que fue víctima en agosto de ese año.
ds