Todas las campanas de París y de los lugares símbolo de la Primera Guerra Mundial en Francia sonaron a las 11, la misma en que hace cien años fue el fin de las hostilidades al término de la guerra de 1914-1918. En Gran Bretaña, mientras tanto, dos minutos de silencio paralizaron la ciudad de Londres cuando la familia real y el gobierno homenajeaban a los caídos en la contienda.
En París, el centro de las celebraciones fue el Arco del Triunfo. El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó hoy que "el patriotismo es lo contrario exacto del nacionalismo y el egoísmo", en su discurso de poco menos de un cuarto de hora pronunciado frente a 72 jefes de Estado y de gobierno invitados.
"El 11 de noviembre, exactamente hace 100 años -dijo Macron- en París como por doquier en Francia hubo armisticio. Era el final de cuatro largos y terribles años. Durante cuatro años Europa corrió el riesgo de suicidarse". "La lección de la Gran Guerra no puede ser la del rencor de un pueblo contra los otros", agregó Macron en su discurso, bajo la lluvia.
Invocando una mayor cooperación internacional, estigmatizó "el cierre en sí, la violencia y el predominio". "Sumemos nuestras esperanzas en lugar de oponer uno a otros nuestros miedos", dijo a los jefes de Estado, concluyendo luego con "viva la paz, viva la amistad entre los pueblos, viva Francia".
Junto a Emmanuel Macron y la primera dama Brigitte estuvieron, entre otros, la canciller alemana Angela Merkel, el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, el norteamericano Donald Trump, el líder ruso Vladimir Putin, rey Felipe VIy el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el rey Mohammed de Marruecos y su hijo Hassan, los príncipes de Mónaco, el presidente de Turquía
Antes del discurso de Macron se escuchó la emocionante melodía de la cantante de Benín Angelique Kidjo, "Blewu", homenaje a los combatientes de los países africanos. Antes habían tocado temas de Bach y Ravel el violonchelista Yo-Yo Ma y el pianista Renaud Capucon. Algunos estudiantes de los liceos luego leyeron cartas enviadas por los soldados franceses, británicos, alemanes y estadounidenses en el frente, todas en sus lenguas de origen.
Angela Merkel también expresó su preocupación por el creciente nacionalismo mundial. "La Primera Guerra Mundial nos mostró lo destructivo que puede ser el aislacionismo", destacó. "Si esto estuvo mal 100 años atrás, ¿cómo sería ahora?". La canciller dijo que actualmente se vuelve a actuar por intereses propios, lo que en el peor de los casos puede llevar a situaciones de violencia. Diversos analistas vieron en sus palabras una crítica al presidente estadounidense, que no asistió al Foro por la Paz celebrado en La Villete.
Trump, por su parte, visitó por la tarde el cementerio de Suresnes, cerca de París, donde descansan los restos mortales de soldados estadounidenses caídos en las dos guerras mundiales. "Fue una guerra brutal", dijo Trump. "Millones de soldados y aliados estadounidenses y franceses y combatieron con su capacidad y su valor en uno de los conflictos más sangrientos de la humanidad". Unas 1.000 personas protestaron en París contra su presencia y lanzaron al aire un globo enorme que representa a Trump como un bebé gigante en pañales gritando.
En Reino Unido se guardaron dos minutos de silencio antes de la colocación de la corona, que tuvo lugar a las 11 de la mañana después de que sonaran 11 campanadas del campanario del Big Ben en la cercana torre del reloj del Parlamento británico. Al término de los minutos de silencio, se escuchó "The Last Post", interpretado con cornetas militares. Allí el centro de los homenajes fue el Cenotafio, que significa "tumba vacía", un monumento inaugurado en 1920 y dedicado a más de un millón de militares británicos que murieron en guerras modernas, incluidos los casi 900.000 que perdieron la vida en la Primera Guerra.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, depositó una corona de flores en el Cenotafio, convirtiéndose en el primer líder alemán que se une a la ceremonia anual de conmemoración en Reino Unido. El Gobierno británico dijo antes de la ceremonia que el presidente colocaría la corona "en nombre del pueblo alemán en un acto histórico de reconciliación".
El jefe del Estado alemán llegó con el príncipe heredero, el príncipe Carlos, quien colocó la primera corona en nombre de su madre, la reina Isabel II. La monarca de 92 años siguió el acto desde un balcón cercano acompañado por las duquesas de Cornualles, Sussex y Cambridge además de la primera dama alemana. La primera ministra británica, Theresa May, y los líderes de la oposición también depositaron coronas en el Cenotafio en recuerdo de los caídos en la Gran Guerra.
"Cien años después de que las armas se silenciaran en el frente occidental, todos y cada uno de nosotros podemos hacer una pausa para reflexionar sobre los inmensos sacrificios que hicieron tantos", escribió la primera ministra Theresa May en Twitter. En una declaración anterior, May afirmó que la asistencia de Steinmeier "muestra el significado de este evento, 100 años después del final de la Primera Guerra Mundial".
D.S.