Un exjefe de la policía española que está siendo juzgado por espionaje afirmó en una audiencia que el servicio secreto español inyectó hormonas femeninas al rey Juan Carlos de España porque su deseo sexual era visto como “un peligro” para el Estado, un secreto que presuntamente le habría contado la ex amante del monarca.
El excomisario español José Manuel Villarejo, investigado por múltiples escándalos que han salpicado a empresarios y políticos, está siendo juzgado por los delitos de corrupción, extorsión, tráfico de influencias y blanqueo de capitales. Él afirma ser inocente y que en realidad es “un enemigo que hay que aniquilar”.
Según dijo Villarejo en el juicio, los agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) inyectaron a Juan Carlos de Borbón “hormonas femeninas e inhibidores de la testosterona para bajar su libido porque se entendió que era un problema para el Estado que estuviera tan ardiente”. “Le quitaron todo, no podía estar con una mujer ni nada”, agregó el excomisario.
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Consultado sobre si participó en la presunta suministración de dichas hormonas al rey, José Manuel Villarejo dijo que no, ya que conoció esto “a posteriori”, de boca de la empresaria alemana que se relacionó sentimentalmente con Juan Carlos, Corinna Larsen. “Hay unos informes médicos de una clínica” que le “encargaron” recuperar para que no quedara “rastro” alguno, dijo.
Los miembros del parlamento en la Audiencia Nacional respondieron con incredulidad a las afirmaciones de Villarejo, acusado de haber aprovechado sus funciones para grabar a personalidades sin su consentimiento y articular campañas de chantaje o descrédito que favorecieran a sus poderosos clientes, a cambio de importantes sumas de dinero.
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Los tentáculos del caso Villarejo llegaron hasta el rey emérito Juan Carlos I, cuya figura se vio muy fragilizada en otra rama del caso: durante una conversación con el excomisario, filtrada en 2018, Corinna Larsen hizo referencia a presuntas malversaciones que implican al exsoberano.
Las escuchas, que destaparon una tensa red de presuntos casos de corrupción en torno al palacio, obligaron al exmonarca a irse del país en agosto del año pasado y refugiarse en Emiratos Árabes Unidos. “Sufrí muchas presiones”, aseguró el exrey, de 83, en una entrevista con Laurence Debray, hija del intelectual francés Régis Debray. Al ser consultado sobre un posible regreso a su país, dijo: “No lo sé. Algunos están muy contentos de que me fuera”.
ds
