El hombre más rico del planeta, Elon Musk, no está pasando su mejor momento. A la pelea en Estados Unidos con Donald Trump, que viene afectando sus empresas, ahora se le suma la embestida judicial en Francia contra su firma X (ex-Twitter).
La policía francesa acaba de iniciar una investigación sobre la red social y sus directivos por supuestamente haber manipulado el algoritmo para permitir la injerencia extranjera, según anunció ayer la fiscal de París, Laure Beccuau.
Elon Musk, propietario de X, ha enfurecido a políticos europeos al comentar sobre política interna, especialmente en el Reino Unido y Alemania, donde apoyó públicamente a partidos de extrema derecha como AfD.
La investigación. En Francia, un diputado y un alto funcionario presentaron denuncias en enero ante la división de lucha contra la ciberdelincuencia de la fiscalía de París, que encargó a la gendarmería una investigación el 9 de julio.
El diputado oficialista Éric Bothorel, quien presentó la primera, advirtió de “cambios recientes en el algoritmo de X” y “una aparente interferencia en su gestión desde que Musk lo adquirió” en 2022.
El parlamentario destacó así una “reducción en la diversidad de voces y opiniones” que iba en contra de garantizar un entorno seguro y respetuoso en las redes sociales.
Y señaló una “falta de claridad en los criterios que llevaron a cambios en el algoritmo y decisiones de moderación”, así como “intervenciones personales de Musk en la gestión de su plataforma”. Todo esto presenta “un peligro real y una amenaza para nuestras democracias”, aseguró.
El semanario de investigación francés Le Canard Enchaîné informó en febrero que un director de ciberseguridad en la administración pública presentó la segunda denuncia.
Este funcionario informó de una “modificación importante” en el algoritmo usado por X, “que hoy ofrece una gran cantidad de contenido político que es odioso, racista, anti-LGBTI u homofóbico y que pretende sesgar el debate democrático en toda Francia”.
La fiscal dijo ayer que la investigación se abrió después de “verificaciones y contribuciones de investigadores franceses” y otros “elementos aportados por diferentes instituciones públicas”.
Laurent Buanec, director de X en Francia, dijo el 22 de enero que su red social tenía “reglas estrictas, claras y públicas para proteger la plataforma del discurso de odio” y combatir la desinformación. Y afirmó que el algoritmo estaba “diseñado de una manera que evita ofrecer contenido de odio”.
