La Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de una joven que argumentó que no podía ser castigada por las autoridades de su escuela por escribir el insulto "Fuck school" en una red social, debido a que se encontraba fuera de la escuela al momento de la publicación.
"Fuck school, fuck softball, fuck cheer, fuck everything", escribió Brandi Levy en su cuenta de Snapchat en 2017, a modo de mostrar su frustración frente al hecho de no haber sido elegida como porrista de un equipo universitario de Pensilvania, Estados Unidos.
Cuando las autoridades de su escuela se enteraron de lo publicado, suspendieron a la joven por "haber violado las reglas de la escuela", a partir de lo cual ella los demandó por considerar el castigo como un ataque a su libertad de expresión, ya que el hecho había sucedido fuera del horario escolar y lejos del campus.
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"Los jóvenes deben tener la capacidad de expresarse sin preocuparse por ser castigados cuando lleguen a la escuela. Nunca podría haber imaginado que un simple chasquido se convertiría en un caso de la Corte Suprema, pero estoy orgullosa de que mi familia y yo defendiéramos los derechos de millones de estudiantes de escuelas públicas", dijo Levy este miércoles 23 de junio tras conocer el fallo, quien hoy tiene 18 años y es estudiante universitaria.
Por su parte, desde las escuelas rigió la preocupación por el eventual fallo a favor de la joven, debido a que consideraron que permitir que se publique cualquier cosa fuera del campus y online podría ir en contra de los valores de las escuelas o promover la intimidación o amenazas.
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El fallo de la Corte Suprema fue a favor de la joven
En medio del debate, varios de los ocho jueces que componen el máximo tribunal de justicial se preguntaron dónde podrían trazar la línea si permitían que las escuelas disciplinaran a los estudiantes por el discurso dirigido a la escuela que ocurre fuera del campus.
El juez Stephen Breyer sirvió de vocero de la Corte y resaltó que "a veces es necesario proteger lo superfluo para preservar lo necesario". En este sentido, pese a que reconoció que las palabras de la joven fueron indignas y cuestionaban la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, "la libertad de expresión es mas importante".
Así, el tribunal dejó en claro que los estudiantes "no renuncian a sus derechos constitucionales a la libertad de expresión ni siquiera 'en la puerta de la escuela'". Sin embargo, a su vez dijo que algunos discursos en los terrenos de la escuela podrían ser castigados.
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"La decisión de hoy puede parecer obvia para aquellos que tienen dificultades para ver por qué las escuelas públicas deberían poder regular todos y cada uno de los discursos de los estudiantes fuera del campus, pero el hecho de que el tribunal esté identificando circunstancias en las que no pueden es en realidad un gran cosa ", dijo a CNN Steve Vladeck, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas, y consideró al fallo como una "rara victoria".
Por su parte, el abogado de la joven, David Cole, dijo que su cliente con ese insulto expresó su frustración y no representó una amenaza o un intento de intimidar a otro estudiante. "El mensaje puede parecer trivial, pero para los jóvenes, la capacidad de expresar sus emociones a sus amigos sin temor a la censura escolar puede ser la libertad más importante de todas", dijo el abogado.
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Por otro lado, la abogada de la escuela demandada, Lisa Blatt, dijo a los jueces que la línea debe trazarse no en función del lugar donde ocurrió el discurso, sino si ocasionó daños "sustanciales" a la escuela. En este sentido, el juez Breyer, por ejemplo, reconoció que Levy usó "palabrotas poco atractivas", pero cuestionó si esto causó lo que reclamaba la abogada Blatt. "No veo mucha evidencia de que lo haya hecho", dijo el juez, y señaló que los adolescentes, cuando hablan entre ellos, a menudo insultan cuando están fuera de la escuela, en especial en Internet, lo cual puede ser "perturbador" debido a su instantaneidad y masividad.
Además, concluyó con que el mensaje fue publicado fuera del horario escolar y desde un lugar alejado, sin ser dirigido a ningún miembro de la comunidad escolar de manera abusiva, y desde un celular personal hacia un grupo privado de amigos de la red social Snapchat, aspectos que anulan la potestad de la escuela en castigarla.
CDI CP