Acorralado por las revelaciones de los mails del pedófilo Jeffrey Epstein, el presidente estadounidense Donald Trump se mostró furioso ayer con los demócratas que difundieron los correos electrónicos en medio de la disputa política y amenazó con provocar un escándalo mayor aún desnudando el entramado que compromete a otras figuras de renombre en Estados Unidos.
En un intento por dar un giro a la situación después de que un nuevo aluvión de mails de Epstein reavivara las preguntas sobre sus propios vínculos con el fallecido financiero, Trump también exigió una investigación sobre el expresidente demócrata Bill Clinton, el banco estadounidense JP Morgan, el economista Larry Summers (exsecretario del Tesoro y expresidente de Harvard) y otros.
Reacción. El mandatario acusó a sus rivales demócratas de “utilizar el engaño de Epstein” para desviar la atención del reciente acuerdo del partido para poner fin al cierre récord del gobierno estadounidense, y afirmó que el escándalo involucraba a “demócratas, no a republicanos”.
“Le pediré a la fiscal general Pam Bondi y al Departamento de Justicia, junto con nuestros grandes patriotas del FBI, que investiguen la participación y la relación de Jeffrey Epstein con Bill Clinton, Larry Summers, Reid Hoffman, JP Morgan, Chase y muchas otras personas e instituciones”, dijo Trump en su red Truth Social.
“Los registros demuestran que estos hombres, y muchos otros, pasaron gran parte de su vida con Epstein y en su isla”, remarcó el jefe de Estado en referencia a las fiestas sexuales que daba Epstein en su mansión.
En la mira. Clinton ha estado bajo escrutinio durante mucho tiempo por sus vínculos con Epstein y por haber volado en su avión privado, aunque nunca ha sido acusado de irregularidades en el escándalo.
Epstein afirmó que Clinton “nunca jamás” había estado en su famosa isla privada en el Caribe, según varios correos electrónicos del último conjunto de documentos, que datan de 2011.
Ni Clinton, ni Summers, ni el fundador de LinkedIn, Hoffman, ni JP Morgan Chase, que en 2023 acordó pagar 290 millones de dólares para resolver una demanda colectiva presentada por víctimas de Epstein, su antiguo cliente, hicieron comentarios de inmediato.
El mensaje de Trump rompió dos días de silencio sobre el escándalo, y los correos electrónicos publicados el miércoles reavivaron las preguntas sobre la larga y estrecha relación del hombre de 79 años con Epstein.
Epstein murió en prisión en 2019 –se suicidó, según dictaminaron las autoridades– antes de poder ser juzgado por cargos federales de abuso sexual. Sin embargo, las dudas sobre su presunta participación como cerebro de una red de prostitución en la que hombres poderosos tenían acceso a menores de edad no hicieron más que aumentar.
Relación con Trump. El actual presidente estadounidense no ha sido acusado de ningún delito, pero el escándalo lo ha perseguido desde su regreso a la Casa Blanca en enero, a pesar de sus intentos por ponerle freno al asunto.
Trump y algunos de sus aliados más cercanos, incluido el jefe del FBI, Kash Patel, habían prometido en el pasado a su base de derecha que buscarían la divulgación de todas las pruebas contra Epstein, incluidos los detalles de sus supuestos clientes.
Pero se produjo una furiosa reacción de los integrantes de MAGA, la agrupación conspiracionista que apoya a Trump, después de que el Departamento de Justicia reafirmara en un memorándum de julio que murió por suicidio y que una “lista de clientes” que la fiscal general Pam Bondi afirmó haber estado revisando, de hecho, no existía.
El escándalo alcanzó su punto álgido nuevamente el miércoles pasado con la publicación de los mails solicitados por el Congreso al patrimonio de Epstein mediante una citación judicial.
Los correos electrónicos intercambiados entre Epstein y sus amigos indicaban que Trump “sabía de las chicas” y había pasado “horas” con Virginia Giuffre, una de las víctimas de Epstein y su principal acusadora.
Prometen más mails. El escándalo parece que tendrá nuevas derivaciones. La Cámara de Representantes votará la próxima semana una resolución para exigirle al Departamento de Justicia que publique todo su material sobre Epstein, después de que una rebelión de un puñado de legisladores MAGA proporcionara los votos suficientes.
Esos materiales podrían incluir pruebas mucho más condenatorias que las que se han visto hasta ahora sobre los vínculos entre Epstein y su círculo, que a lo largo de los años abarcó desde Trump hasta el expríncipe Andrés de Gran Bretaña.
Ayer Trump dejó claro que no quiere que la iniciativa siga adelante. “¡No pierdan el tiempo con Trump!
¡Tengo un país que gobernar!”, dijo en las redes sociales.
*AFP.
Quieren el testimonio del expríncipe Andrés
Miembros demócratas del Congreso estadounidense pidieron esta semana al expríncipe Andrés, recientemente despojado de todos sus títulos por su hermano el rey Carlos III, que testifique ante ellos sobre sus vínculos con el difunto delincuente sexual Jeffrey Epstein.
La carta fue dirigida a quien ahora solo puede ostentar el nombre de Andrés Mountbatten Windsor, por parte de 16 legisladores demócratas de la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes.
“Se ha informado públicamente que su amistad con el señor Epstein comenzó en 1999 y que permaneció cercano a él durante y después de su condena en 2008 por proxenetismo que involucraba a menores”, reza la misiva.
Allí también mencionan las acusaciones de agresiones sexuales formuladas por Virginia Giuffre, una de las víctimas de la red de prostitución de menores instalada por Epstein, contra el hermano del rey Carlos III.
La comisión considera que Andrés “podría poseer información valiosa sobre los crímenes cometidos por el señor Epstein y sus cómplices” y le solicita “ponerse a disposición para una entrevista que será transcrita”.
Los legisladores piden una respuesta “antes del 20 de noviembre de 2025”. Sin embargo, es poco probable que la iniciativa prospere, dado que los demócratas son minoritarios y los extranjeros no pueden ser obligados a acatar este tipo de requerimientos del Congreso estadounidense.
Giuffre, quien se suicidó en abril de 2025, relata en sus memorias que mantuvo tres relaciones sexuales forzadas con Andrés, en particular cuando tenía 17 años, mientras estaba bajo el control de Jeffrey Epstein.