Después de años de trabajo, 24 estatuas de bronce en perfecto estado, exvotos, cinco mil monedas de oro, plata y bronce y otros objetos fueron recuperados del barro de la excavación de las antiguas termas de San Casciano dei Bagni, en la provincia de Siena, ubicada en el centro de Italia, a 233 kilómetros de Roma. Este fue uno de los hallazgos más significativos de la historia antigua.
Jacopo Tabolli, el estruscólogo a cargo de la excavación, declaró: "Un descubrimiento que reescribirá la historia y en el que ya están trabajando más de 60 expertos de todo el mundo". Desde 2019 llevan trabajando en el hallazgo, que ya se convirtió en el mayor depósito de estatuas de bronce de la época etrusca y romana jamás descubierto en Italia y uno de los más significativos de todo el Mediterráneo.
Por su parte, el director general de Museos de Italia, Massimo Osanna, consideró en un comunicado que el flamante descubrimiento "es el hallazgo más importante desde que se rescataron del mar los Bronces de Riace, los bronces más significativos jamás encontrados en la historia del Mediterráneo antiguo”.
Estatuas de bronce
Las esculturas, perfectamente conservadas, fueron recuperadas del barro de las antiguas termas y representaban las deidades a las que les rendían culto en el lugar sagrado. Junto a ellas se encontraron algunas partes de cuerpo en bronce que se ofrecían a los dioses para la intervención curativa de la divinidad a través de las aguas termales.
Entre las estatuas descubiertas se encuentran as efigies de Hygieia y Apolo, así como un bronce que recuerda al famoso Arringatore (El orador), una estatua estrusca encontrada hace años en la zona de Perugia y que representaba la figura del orador Aulo Metelo, un senador durante la República romana, cuya data de realización es de finales del siglo II o principios del I a. C.
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Dado que el estado de conservación es sorprendentemente bueno, los investigadores indican que también se pueden leer las inscripciones en latín y etrusco que fueron grabadas antes de su creación.
Según pudieron averiguar, las inscripciones dicen los nombres de poderosas familias etruscas de la zona geográfica de la Etruria interior, desde los Velimna de Perugia hasta los Marcni, reconocidos en la provincia del hallazgo. Más allá de los apellidos, las inscripciones en latín hacen referencia a las "aquae calidae", las aguas termales de Bagno Grande, donde se colocaron las estatuas.
Tabolli explicó que las estatuas hayan sido hechas probablemente por artesanos locales y datan de entre el siglo II aC y el siglo I dC, un período de significativas transformaciones en la antigua Toscana, justo cuando se daba la transición entre etruscos y romanos.
El estruscólogo señaló: "El santuario, con sus estatuas, aparece como un laboratorio de investigación sobre la diversidad cultural en la antigüedad, un testimonio único de la movilidad etrusca y romana". A su vez, afirmó que el descubrimiento "es una oportunidad única para reescribir la historia del 'arte antiguo y con ella la historia del paso entre etruscos y romanos en la Toscana".
El santuario fue cerrado pero no destruido durante la época cristiana. Se sabe que estuvo activo con sus estanques, terrazas inclinadas, fuentes, altares, desde al menos el siglo III a. C. hasta el siglo V d. C.
Aquellos estanques estaban sellados con pesadas columnas de piedra, lo que permitió que al remover esa cubierta los arqueólogos dieran con el tesoro intacto.
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Para Tabolli, el santuario "parece ser un lugar único". "Una especie de burbuja de paz, si pensamos, que incluso en las épocas históricas en las que los más terribles conflictos existían fuera, dentro de estos tanques y en estos altares los dos mundos, el etrusco y el latino, parecían coexistir sin problemas".
JP/fl