El presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, se despidió de sus seguidores este viernes, en su último día hábil como jefe de estado. Entre lágrimas, el mandatario apuntó contra el futuro gobierno, repudió los actos de violencia registrados en los últimos días y no confirmó si acudirá a la asunción de su sucesor, Lula da Silva, en medio de los rumores sobre un viaje a Estados Unidos.
Acompañado por una intérprete, algo que se hizo costumbre desde que asumió en 2019, Bolsonaro ofició su último discurso como mandatario sin modificar su postura en relación a Lula, cuya victoria no reconoció públicamente a pesar de que sí autorizó formalmente la transición entre gobiernos.
Se trató de la primera vez que habló en público desde el balotaje del 30 de octubre. Tras la reñida derrota, Bolsonaro mantuvo un fuerte hermetismo y se recluyó en la residencia oficial en silencio durante dos días, mientras sus simpatizantes paralizaban las rutas de todo el país exigiendo la intervención de las Fuerzas Armadas.
"Se perdió una batalla, pero no la guerra"
"El mundo no se acabará el primero de enero. Tenemos un gran futuro por delante", afirmó el presidente saliente en lo que fue su primera transmisión en vivo, su usual canal de comunicación con sus seguidores, desde que perdió las elecciones frente al líder del Partido de los Trabajadores por poco más de un punto en el balotaje del pasado 30 de octubre. "Se pierden batallas, pero no perderemos guerras", agregó entre sollozos.
En su alocución de cincuenta minutos, Bolsonaro agradeció el apoyo de sus seguidores congregados frente la residencia oficial, el Palacio Alvorada, pero solo a los que "se manifiestan de manera pacífica" en contra de la salida de su líder. Muchos de ellos denuncian fraude e insisten con la intervención de las Fuerzas Armadas.
Bolsonaro y su derrota: “Duele en el alma”
Bolsonaro admitió que "no lidera" esas protestas, a pesar de que su negativa a reconocer el resultado electoral contribuyó a la situación. En ese sentido, pidió a sus seguidores continuar con la oposición al futuro gobierno y a "no tirar la toalla", pero insistió en que fuera de manera pacífica y "dentro del marco que establece la constitución nacional".
Por otro lado, Bolsonaro aprovechó para desligarse del intento de atentado con un explosivo en los alrededores del aeropuerto de Brasilia, protagonizados por simpatizantes suyos la semana pasada para "sembrar caos" previo a la asunción de Lula da Silva. "Nada justifica esa tentativa de acto terrorista", dijo.
"Si alguien comete un error, enseguida le dicen bolsonarista", manifestó Bolsonaro, con un guiño a los medios de comunicación. "Nada justifica este intento ocurrido en Brasilia de hacer terrorismo en la región del aeropuerto. Gracias a Dios el elemento fue detenido, pero lo califican como bolsonarista, así lo trata la prensa", insistió.
"Jamás esperaba llegar hasta ahí", decía mientras tanto Bolsonaro, entre lágrimas. "Como mínimo, atrasamos cuatro años el hundimiento de Brasil en esta ideología nefasta que es la izquierda (...). Di lo mejor de mí", cerró el líder del Partido Liberal.
Con respecto a la escalada de actos de violencia, que incluye el atentado y otros eventos registrados en Brasilia por parte de seguidores de Bolsonaro, se espera un operativo policial inédito para la jura del presidente electo que será el próximo domingo a las 16.20 en el Congreso, situado en la capital administrativa del país.
Tasa clave para el 2023: analistas brasileros prevén mayor inflación
El viaje de Bolsonaro a Estados Unidos
En las últimos días creció la incertidumbre respecto a la presencia del presidente electo en la asunción de su sucesor, un momento que forma parte de la tradición política brasileña. Bolsonaro, en tanto, mantuvo el hermetismo al respecto, más considerando que todavía no reconoció formalmente su derrota ni mucho menos felicitó a Lula da Silva, una histórica costumbre que también rompió.
El presidente saliente y su familia tenían previsto viajar a Miami, Estados Unidos, al abandonar el Planalto. Dieron cuenta de esto las resoluciones publicadas en el diario oficial de Brasil (el Boletín Oficial en su versión argentina) esta semana respecto a la seguridad que viajaría al país norteamericano para custodiar a la familia presidencial. Sin embargo, en su último discurso, Bolsonaro no aclaró cuándo embarcará, ni si participará de la ceremonia de investidura de Lula da Silva en Brasilia.
A esto se suma que la secretaría general de la Presidencia autorizó el traslado al exterior de una comitiva de funcionarios para dar "seguridad y apoyo personal al futuro expresidente de la República, Jair Messias Bolsonaro" en un viaje internacional en "Miami, Estados Unidos, a realizarse del 1º al 30 de enero de 2023", según consta en el diario oficial de este viernes.
En su discurso del viernes, Bolsonaro no mencionó el viaje. Se limitó a hablarles directamente a los centenares de seguidores que continúan movilizados frente a sedes militares en Brasilia y otras ciudades, pidiendo una intervención de las Fuerzas Armadas para impedir el regreso de Lula al poder.
"Algunos deben estar criticándome, diciendo que podría haber hecho esto o aquello (...) No puedo hacer algo que no sea bien hecho, sin que los efectos colaterales sean demasiado dañinos", justificó el mandatario.
CDI / MCP