INTERNACIONAL
TRAS EL ATAQUE A CHARLIE HEBDO

La guerra interna del islam que no ve Occidente

Los atentados de París desnudaron una antigua disputa entre grupos sunnitas y chiitas. Por qué Estado Islámico, Hezbollah, Al Qaeda y Hamas son enemigos íntimos.

Yihadistas. Estado Islámico se escindió de Al Qaeda y cuestionó su estrategia. Propone crear un gran califato y persigue a las minorías.
| Cedoc Perfil

Los ataques a Charlie Hebdo, que dejaron la semana pasada 17 muertos, sacudieron a Occidente. Los crímenes, reivindicados por AQPA, una franquicia de Al Qaeda, no sólo horrorizaron a las democracias occidentales, sino que también fueron condenados en Medio Oriente y el norte de Africa. Entre esas voces, las más estridentes fueron las del presidente de Egipto, Abdel Fatah al-Sisi, de la agrupación islámica Hamas, y de Hezbollah, el brazo armado chiita en el Líbano. Ese enfrentamiento dialéctico desnudó una violenta y antigua fractura en el mundo musulmán entre sunnitas y chiitas, que diariamente se enfrentan a muerte en nombre de Alá y el profeta Mahoma.

Aunque esa disputa no influyó directamente en los atentados en París, se reavivó en los últimos días. Matanzas, persecuciones o simples comunicados de prensa son los instrumentos elegidos por Al Qaeda, Estado Islámico, Hamas –las tres sunnitas– y Hezbollah para lidiar con sus diferencias políticas, ideológicas y religiosas.

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Condena. Hamas y Hezbollah repudiaron rápidamente el ataque al semanario satírico francés, disparando un dardo venenoso contra Al Qaeda y sus acólitos sunnitas. “Los grupos terroristas takfiri insultaron al islam más que incluso aquellos que atacaron al mensajero de Dios a través de libros representando al Profeta o películas del Profeta o caricaturas del Profeta”, aseveró Hassan Nasrallah, líder de la milicia libanesa, que, al igual que Hamas, proclama la destrucción del Estado de Israel.

Esa declaración no sólo tuvo una motivación religiosa, sino también política. “Los chiitas tienen todo el interés de condenar el atentado de Charlie Hebdo, aunque se opongan a su satirización del Profeta”, explicó a PERFIL Khatchik Der Ghougassian, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés. “El fenómeno de la ‘Yihad global’ siempre tuvo un sello sunnita. Es una estrategia de violencia ofensiva que incluye a los chiitas entre sus blancos y aspira a quitarles el capital que se habían hecho como verdaderos yihadistas con la Revolución Islámica primero y, luego, con el éxito de Hezbollah en su lucha contra la ocupación israelí del sur del Líbano”, agregó el académico.

Dentro del sunnismo también hay diferencias. Estado Islámico (EI) se separó de Al Qaeda, tras acusarla de demorarse en crear un gran Califato, y ahora le disputa el liderazgo de la Yihad global.

Antecedentes. El cisma del islam surgió tras la muerte de Mahoma. Los sunnitas, el 80% de los 1.600 millones de musulmanes de todo el mundo, consideran que la sucesión del Profeta le corresponde a un árabe miembro de la tribu de Quraish, de la que procedía Mahoma. En cambio, los chiitas consideran que Alí, primo y yerno del Profeta, es su legítimo heredero. Al interior de cada país y en el ámbito internacional se reedita ese conflicto. Así, las relaciones entre Irán –de mayoría chiita– y Arabia Saudita –gobernada por una realeza sunnita y wahabita– están marcadas por tensiones y una profunda desconfianza.

Otro de los campos de combate entre ramas del islam es la guerra civil en Siria, que ya dejó más de 200 mil muertos. Allí el presidente Bashar Al Assad, de la rama alauita, no sólo se enfrenta a la oposición moderada, sino que también a Estado Islámico, un grupo sunnita radical comandado por Abu Bakr Al Baghdadi, que busca crear un gran califato en la región y llama “infieles” a chiitas, yazadíes, alauitas y cristianos.

Mientras Europa evalúa endurecer sus leyes para perseguir al terrorismo, al interior del islam se libra una guerra fratricida, de la que Occidente aún no toma nota.

Iglesias quemadas
Por segunda jornada consecutiva, protestas violentas de grupos de musulmanes sacudieron ayer a Níger. Siete iglesias fueron quemadas, un día después que murieran cuatro personas en las marchas de repudio a las caricaturas de Mahoma del último número de Charlie Hebdo.  Centenares de jóvenes se reunieron cerca de la Gran Mezquita de Niamey y gritaron “Abajo Francia” y “¡Alá akbar!” (¡Dios es grande!), pese a que las autoridades habían prohibido las manifestaciones.

En tanto, dos franceses presuntamente vinculados con Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) fueron detenidos ayer en Yemen. El operativo llegó un día después que Alemania, Francia y Bélgica apresaran a supuestos yihadistas.  AQPA reivindicó el miércoles el atentado contra el semanario satírico francés, que causó 12 muertos el pasado 7 de enero en París.