Un Kim Jong-un cada vez más delgado apareció en público nuevamente este 9 de septiembre para presenciar un gran desfile en Pyongyang. Corea del Norte, que cerró sus fronteras al comienzo de la pandemia y se enorgullece de su éxito en la lucha contra el Covid-19, organizó este 9 de septiembre un grandioso desfile por el 73 aniversario de la fundación del régimen y el décimo aniversario del gobierno del gobernante.
Fumador empedernido, Kim, de 37 años, es víctima de la obesidad desde hace muchos años. Los informes de los espías aseguran que cuando llegó al poder ingería grandes cantidades de queso suizo, caviar, langosta y vino. Y el año pasado los servicios de inteligencia surcoreanos dijeron a los parlamentarios que creían que Kim pesaba 90 kg cuando llegó al poder en 2011 y había engordado un promedio de 6 a 7 kg al año desde entonces llegando a los 140 kilos.
El gobernante supremo estuvo fuera de la vista del público durante casi un mes, reapareciendo a fines de junio mucho más delgado que antes, lo que llevó a que la salud de Kim fuera motivo de debate en un canal de TV estatal, donde se citó a un hombre anónimo de Pingyang lamentando: “Ver al respetado secretario general luciendo demacrado rompe el corazón de nuestra gente”.
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"Sufre junto a su pueblo", dice la versión oficial
A principios de julio, medios asiáticos informaron que perdió mucho peso en pocos meses, alegando problemas de salud. “Kim Jong-un perdió recientemente alrededor de 10 a 20 kilogramos de peso y está realizando actividades normales de gobierno”, dijo el legislador surcoreano Kim Byeong-kee basado en informes de inteligencia. Los medios norcoreanos, todos bajo control del régimen, refutaron las especulaciones y dijeron que el líder había perdido peso porque estaba “trabajando por el bien del país”.
Pero las explicaciones del régimen no lograron convencer a los norcoreanos, que parecen ya no creer en la divinidad de la dinastía Kim. El estado físico del dictador ya se destacó tantas veces que las autoridades del país comenzaron a instar a los ciudadanos a no hablar sobre su salud, según informó Radio Free Asia (RFA) citando sus fuentes en el país.
El relato que supuestamente promueven las autoridades afirma que Kim, al que se refiere como la Máxima Dignidad, está sano, y que su pérdida de peso se debe a que él “sufre junto a su pueblo, que lucha contra la inseguridad alimentaria crónica agravada por los efectos de una prolongada pandemia de coronavirus”.
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"Es un 'acto reaccionario' hablar de la salud del líder"
“A medida que las historias de problemas de salud relacionados con la pérdida de peso de la Máxima Dignidad se difundieron entre los residentes, muchas de las unidades de vigilancia de los barrios de Chongjin hicieron declaraciones oficiales a la gente (…), diciendo que es un 'acto reaccionario' hablar de la salud del líder”, dijo una fuente anónima a RFA.
La fuente, identificada como un ciudadano norcoreano de una zona portuaria, también afirmó que las unidades de vigilancia del barrio dijeron que la repentina pérdida de peso de Kim “no se debe a un problema de salud, sino que está sufriendo en soledad por el bien del país y las personas en crisis”.
“Esta es la primera vez que las autoridades han sentido la necesidad de explicar oficialmente a través de las unidades de vigilancia vecinal en todas las regiones que la Máxima Dignidad no tiene problemas de salud”, dijo esa persona. “Pero, por otro lado, algunos de los residentes estuvieron de acuerdo y dijeron que la pérdida de peso de Kim no sería algo malo, ya que la forma en que lucía antes de perder peso parecía ser más peligrosa para su salud”.
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Otra fuente anónima dijo que la vigilancia estatal de Hwanghae del Norte también advirtió a la población que no murmurara sobre la salud de Kim y recordó que, en tiempos del padre o del abuelo del actual líder, hubiera sido inédito que alguien hablara abiertamente sobre la salud del jefe de Estado.
De Kim Jong-il, padre de Kim Jong-un, el relato oficial difundió que su nacimiento fue anunciado por un doble arcoíris y una estrella brillante en el cielo, que aprendió a caminar a las 3 semanas y a hablar a las 8, que logró escribir alrededor de 1.500 libros mientras estuvo en la universidad, y compuso seis óperas en dos años.
Murmurar sobre el Querido Líder podía ser muy peligroso. “En algunos casos en ese entonces, la persona que hablaba sobre los problemas de salud del líder era llevada junto con su familia a una prisión política”, dijo la persona. “Pero en estos días, todos están al tanto de la pérdida de peso de la Máxima Dignidad, por lo que las autoridades están haciendo todo lo posible para mantener cerrada la boca de la gente”, dijo RFA.