El camino hacia las elecciones presidenciales de Chile de mañana estuvo marcado por una sorprendente volatilidad en los sondeos, especialmente en la derecha, y por la consolidación de dos figuras en los primeros lugares, la oficialista Jeannette Jara y el derechista José Antonio Kast.
Sin embargo, el fenómeno más llamativo es el ascenso y la pugna por el tercer y cuarto lugar, protagonizado por el libertario Johannes Kaiser y la centroderechista Evelyn Matthei.
Desde principios de 2025, la tendencia general de las encuestas (de consultoras como Cadem, Panel Ciudadano-UDD, y Criteria) ha mostrado la cristalización de dos favoritos para pasar a la segunda vuelta, aunque con movimientos internos.
Jara, la ministra del Trabajo y candidata oficialista, del Partido Comunista, mantuvo un liderazgo constante con un rango de apoyo que a menudo supera el 25% y que, según algunas mediciones recientes, llegó al 30-31%. Su apoyo se explica por su perfil de buena gestora dentro del gobierno y su capacidad para movilizar al electorado de izquierda y centro-izquierda.
José Antonio Kast (Partido Republicano-Derecha Radical) se mantuvo como el principal contendor de la derecha, pero su tendencia ha sido de declive gradual.
Si bien al inicio se proyectaba como el favorito indiscutido de la oposición, su apoyo ha caído desde máximos cercanos al 30% a cifras que, en las últimas encuestas publicadas, lo sitúan en torno al 21%-24%. Su caída es directamente atribuible al ascenso de un competidor en su mismo nicho ideológico: Kaiser.
Ascenso. Pero la principal modificación en el panorama no ha sido en la punta, sino en la erosión de Kast y la lucha por el tercer puesto, lo que complica el escenario de segunda vuelta para la oposición. La derecha tradicional ha sido desafiada por la irrupción de una figura libertaria.
El diputado Johannes Kaiser, de Partido Nacional Libertario y admirador de Javier Milei, protagonizó un sostenido y acelerado ascenso en los sondeos, pasando de ser un candidato residual a disputar un lugar significativo, situándose incluso en tercer lugar, superando a Matthei en las últimas mediciones.
Kaiser representa la emergencia de un discurso libertario y ultraconservador en Chile, enfocado en la desregulación radical, la baja de impuestos y la defensa de la seguridad con un enfoque de mano dura. Su popularidad se nutre del electorado más joven, masculino y desencantado con la política tradicional, atrayendo votantes que anteriormente se inclinaban por Kast o Franco Parisi.
Su alza evidencia la fragmentación de la derecha y la primacía de los temas de seguridad e inmigración en su agenda. En las encuestas finales, Kaiser rondaba el 15% de intención de voto.
Su principal impacto es ser un “factor de resta” para José Antonio Kast, dificultando la consolidación de un voto unido de derecha y forzando a Kast a girar aún más hacia la extrema derecha para retener a su base.
Evelyn Matthei, alcaldesa de Providencia y candidata de la derecha tradicional, experimentó una tendencia descendente, cediendo su histórico segundo lugar e, incluso, el tercero.
Con un perfil de gestión y experiencia (exministra y exsenadora), intenta posicionarse como la candidata del “equilibrio” y la “derecha moderada y responsable”. Su apoyo ha oscilado entre el 13% y el 16%. Su principal desafío ha sido detener la fuga de votantes hacia las opciones más rupturistas de Kast y Kaiser, y a la vez, retener al votante de centro.
La recta final de la campaña ha estado definida por esta tensa disputa por el tercer lugar, que determinará qué candidato de la oposición tiene mayor músculo para desafiar a Jara en la inevitable segunda vuelta.