INTERNACIONAL
tragedia humanitaria

Los intentos de migrantes por llegar a Europa aumentaron un 290%

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El Mediterráneo vive una “tragedia” sin testigos eclipsada por el coronavirus, cada vez con más migrantes cruzando a una Europa que cierra sus puertos y sin barcos humanitarios para rescatarlos, denuncian organizaciones internacionales y ONG. 

Cuando Europa se convirtió en el epicentro mundial de la pandemia, solo dos barcos de rescate continuaban con sus operaciones, incluso después de que Italia y Malta cerraran sus puertos debido al coronavirus a principios de abril: el Alan Kurdi, de la ONG alemana Sea-Eye, y el Aita Mari, fletado por una ONG vasca.

En las últimas semanas ha habido un puñado de desembarcos de migrantes, como hace unos días, cuando 79 personas atracaron en Italia, donde el tema migratorio es delicado. En la vecina Malta, el primer ministro Robert Abela es investigado tras la muerte de unos migrantes en el mar. El ejército y las autoridades están acusados de no haberlos socorrido.

Pero desde la semana pasada todas las operaciones de rescate se han detenido. La guardia costera italiana inmovilizó al Alan Kurdi y al Aita Mari por problemas “técnicos”. Las ONG denuncian una maniobra injustificada para “interrumpir sus misiones de socorro”.

“Si no hay rescate en el mar y los países se hacen los remolones para socorrer y desembarcar a las personas, acabaremos con situaciones humanitarias bastante graves”, lamentó Vincent Cochetel, enviado especial para el Mediterráneo central de la Agencia de la ONU para los Refugiados, que estima que el número de muertos en la zona desde enero asciende a 179.

Una situación especialmente delicada porque las salidas de la costa libia aumentaron un 290%, o sea 6.629 intentos entre enero y finales de abril, en comparación con el mismo período del año pasado, y un 156% desde Túnez, detalló Cochetel.

“Que haya o no barcos en el mar no influye para nada en las salidas; este período de coronavirus nos lo ha demostrado ampliamente, pese a que hemos oído en las capitales europeas que era la presencia de ONGs lo que tenía un efecto magnético”, prosiguió. 

“El 75% de los migrantes en Libia ha perdido sus puestos de trabajo desde las medidas de confinamiento, lo cual puede provocar desesperación”, concluyó.