Luiz Inácio Lula da Silva se dio ayer su primer baño de multitudes desde que recuperó la libertad, en la sede del sindicato de metalúrgicos de São Bernardo do Campo, donde comenzó su carrera sindical en los años 70 y donde se había atrincherado durante dos días en abril de 2018 cuando la Justicia lo mandó a la cárcel por corrupción.
“Estoy de vuelta. Estoy con más deseos de luchar que cuando salí de aquí”, afirmó Lula desde el mismo lugar donde pronunció su último mensaje antes de ir a prisión.
Frente a miles de seguidores de su Partido de los Trabajadores y representantes de movimientos sociales y dirigentes de fuerzas progresistas, el ex presidente agradeció la solidaridad que recibió y aseguró que aceptó ir a prisión y no al exilio porque quería demostrar “la mentira” en su contra”.
“Podría haber ido a una embajada, a otro país, pero precisaba probar la mentira y que Sergio Moro no era un juez, sino un canalla”, afirmó.
Juez federal de Curitiba, y hoy ministro de Justicia del gobierno de Jair Bolsonaro, Moro fue quien puso en marcha la gigantesca operación contra la corrupción conocida como Lava Jato y fue quien condenó a Lula.
Moro respondió por Twitter: “A los que me piden respuesta a las ofensas, aclaro: no respondo a criminales, presos o sueltos. Algunas personas merecen ser ignoradas”.
El ex presidente recibió una pena a 8 años y 10 meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, por un apartamento que según Moro recibió a cambio de favores de una constructora beneficiada con contratos públicos durante su gobierno.
El viernes, el Supremo Tribunal Federal (STF) prohibió el encarcelamiento después de la segunda instancia, lo que llevó a la liberación de Lula.
Ayer, el líder del PT admitió que tiene aún una decena de procesos, a los que calificó de “una mentira tras otra”, y dijo que sigue con “la conciencia tranquila” y que se siente “libre como un pajarito”.
“Duermo con la conciencia tranquila de los hombres justos y honestos” y “dudo que Moro duerma así, que los fiscales duerman así, que Bolsonaro duerma así”, expresó el ex mandatario.
Recorrida. En un video de Twitter que divulgó ayer, Lula afirmó estar decidido a “ayudar a liberar a Brasil de esta locura que está ocurriendo”.
“Tenemos que cuidar la educación, cuidar el empleo, el salario, la cultura, cuidar el placer y la alegría, porque la juventud no vive sin motivación”, agregó.
Una de las primeras preocupaciones de Lula desde que salió de prisión ha sido demostrar que sus 19 meses en una sala de 15 metros cuadrados no han afectado su vitalidad.
Ya en el mitin en Curitiba, confirmó su intención de casarse con la socióloga Rosângela da Silva, de 52 años, quien estaba a su lado y con quien se besó a pedido de la multitud.
En el video de ayer, declaró: “Tengo 74 años desde el punto de vista biológico, pero 30 años en energía y 20 años en tesón”, escribió, usando una palabra (tesão) que en portugués tiene una fuerte connotación de deseo sexual.
Dirceu. La decisión del Supremo Tribunal Federal que benefició a Lula también permitió la excarcelación de otra de las figuras históricas del PT, Jose Dirceu, que fuera su jefe de gabinete y quedó envuelto en los dos grandes escándalos de corrupción de la historia reciente de Brasil: el Mensalão y el Lava Jato.
Lula y Dirceu estaban presos en Curitiba y el viernes por la noche se reunieron en la casa de un amigo en común en esa ciudad, poco después de haber sido excarcelados.
Dirceu, el gran responsable de la llegada al poder de Lula en 2002, por el giro centrista que supo imponer al PT, reveló en un video divulgado por sus seguidores que ahora todo ha cambiado, porque es necesario reforzar el perfil de izquierda de esa fuerza política.
“Yo estaba en la trinchera de la prisión. Ahora estoy aquí, de nuevo, en la trinchera de la lucha”, afirma Dirceu en el video. “Ahora no es el momento de Lula Libre. Es el momento de que volvamos y retomemos el gobierno de Brasil”.
“Y para eso debemos dejar en claro que somos petistas, de izquierda y socialistas. Somos todo lo contrario de lo que este gobierno está haciendo”, concluyó Dirceu.
En su discurso en el sindicato de San Bernardo do Campo, Lula también reafirmó esa idea.
“La izquierda va a derrotar a la ultraderecha que nosotros tanto queremos derrotar”, afirmó el ex presidente.
Bolsonaro: “No demos munición al canalla que momentáneamente está libre”
EFE
“Lula da Silva está suelto, pero con todos sus crímenes sobre la espalda”, dijo ayer Jair Bolsonaro en su primera reacción a la excarcelación del ex presidente.
Bolsonaro saludó a algunos de sus seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia, a los que aseguró que “la mayoría del pueblo brasileño es honesto, trabajador, y no va a dar espacio para contemporizar con presidiarios”.
Poco antes, el presidente había pedido a sus seguidores por Twitter “no dar munición al canalla que momentáneamente está libre”.
“Amantes de la libertad y del bien, somos mayoría. No podemos cometer errores. Sin norte ni mando, hasta la mejor tropa dispara para todas partes, inclusive contra los amigos. No den munición al canalla, que momentáneamente está libre, pero cargado de culpa”, tuiteó el mandatario ultraderechista.
Apenas salió de la cárcel, el viernes, Lula anunció que recorrerá Brasil y que se empeñará en “demostrar que este país puede ser mucho mejor si tuviera un presidente que no mienta tanto en Twitter como Bolsonaro”.
Luego de la liberación de Lula, las críticas más pesadas llegaron de los hijos de Bolsonaro. Uno de ellos, Eduardo, diputado federal, sostuvo que tras la decisión de la Corte “Brasil no aguanta más la impunidad”.
“Es un día muy triste para quien trabaja, para quien es honesto”, tuiteó el parlamentario y censuró que Lula se haya reunido la noche del viernes con su ex ministro José Dirceu, quien también acababa de recuperar la libertad.
“Además de Lula, Dirceu y otros bandidos, miles de criminales serán soltados en el país, para que usted quede a merced de sus actos malignos”, sostuvo el hijo de Bolsonaro.
El hijo de Bolsonaro anticipó que, como parlamentario, trabajará ahora en favor de alterar la Constitución, de modo de establecer que un condenado en segunda instancia empiece a cumplir su pena de forma inmediata.
“Hay varias propuestas y vamos a trabajar para aprobarlas lo más rápido posible, para ver si conseguimos evitar la salida de bandidos de la prisión”, afirmó.
La libertad de Lula y Dirceu fue posible por la decisión de la Corte brasileña de establecer que las prisiones sean efectivas cuando los condenados ya hubieran agotado todos sus recursos, y no a partir de la segunda instancia de la condena, como sucedía hasta ahora.
Sergio Moro, el “padre del Lava Jato”, el ex juez y ahora ministro de Justicia de Bolsonaro, también adelantó que el gobierno podría impulsar una reforma constitucional para que las penas se cumplan en forma inmediata.