Las elecciones presidenciales de Francia están a dos vueltas de la esquina. La primera, el 10 de abril. La segunda, el 24 de ese mes. Hasta el 24 de febrero, cuando Rusia inició la invasión de Ucrania, Emmanuel Macron zigzagueaba en las encuestas.
Su imagen se disparó ahora en un país armado con la bomba atómica. Viejos fantasmas, como la ocupación nazi de París, parecieron revivir a tono con un programa de continuidad. El quinquenio de Macron estuvo marcado por la revuelta de los chalecos amarillos y la polarización por las restricciones y el uso de mascarillas a raíz de la pandemia.
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Entre otras medidas, Macron propone elevar la edad de jubilación de los 62 años actuales a los 65 y la obligación, para los receptores del ingreso mínimo, de 15 a 20 horas de actividad semanal, formándose o trabajando. También promete bajar los impuestos por 15.000 millones de euros hasta 2027.
Que es derecha, que es de izquierda, Macron zanja la discusión con sus invocaciones de Charles de Gaulle, padre de la Francia moderna. El general decía, según Macron: “Francia es de izquierda cuando está a favor del movimiento, el cambio. Y necesita decisiones de derecha: el orden, el trabajo, el mérito”. Macron iza la bandera del liberalismo social a la francesa.
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El drama de Ucrania clausuró la campaña electoral. En Francia no se habla más que de la guerra y su impacto en el bolsillo. No hay debate entre los 12 candidatos, perplejos por los bombardeos y la crisis humanitaria. Las sanciones masivas de la Unión Europea contra Rusia, el envío de armamento a Ucrania y el regreso de una cierta idea de Europa como potencia militar favorecen a Macron, más allá del diálogo fallido, pero diálogo al fin, con Vladimir Putin.
¿Cómo están los candidatos en los sondeos?
Si las elecciones fueran hoy, Macron obtendría el 30 por ciento de los votos, según Ifop. El segundo lugar sería para Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional, con un 17,5 por ciento. La segunda vuelta reeditaría las presidenciales de 2017, cuando ganó Macron. Ganaría de nuevo esta vez.
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La imagen del tercero en discordia, Éric Zemmour, el tertuliano televisivo de extrema derecha que en otoño irrumpió en la campaña como un torbellino y, en algunos momentos, creyó alcanzar la segunda vuelta de las elecciones, quedó desdibujada como consecuencia de la guerra. El sondeo le adjudica un 13 por ciento, al igual que a la candidata de la derecha tradicional, Valerie Pécresse, y el primero en la izquierda, el veterano populista Jean-Luc Mélenchon. El ecologista YannickJadot obtendría un cinco por ciento. La alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, un dos por ciento. Sería el acta de defunción de su partido.