El 8 de julio de 2022 Japón fue sacudido ante el asesinato del ex premier Shinzo Abe mientras se celebraba un mitin político. Sin embargo, este caso no es el primer antecedente de un magnicidio en el país nipón.
El 12 de octubre de 1960, el presidente del Partido Socialista japonés, Inejiro Asanuma (61), murió tras ser apuñalado por un adolescente que formaba parte del público durante un debate político. Alrededor de mil personas asistieron, incluidas figuras como el primer ministro de aquel entonces, Hayato Ikeda. El suceso quedó inmortalizado ya que estaba siendo transmitido en vivo por la Nippon Hōsō Kyōkai (NHK), la televisión pública japonesa.
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Entre el público del Hibiya Public Hall, el sitio donde ocurrió el evento, se encontraban alrededor de cien miembros del Aikokutō, un partido político japonés de extrema derecha. Estos partícipes buscaban boicotear el discurso de Asanuma porque rechazaban sus posturas y su cercanía con la China comunista. Otoya Yamaguchi, un estudiante ultraderechista de 17 años y quien sería el responsable del asesinato del presidente socialista, era uno de los seguidores de este partido.
El asesino de Asanuma: un joven de 17 años que lo apuñaló varias veces y luego se suicidó
Durante el discurso de Asanuma, Yamaguchi se subió de manera súbita al escenario y apuñaló al político varias veces con un wakizaki (un sable corto tradicional japonés de entre 30 y 60 centímetros) antes de poder ser reducido. Al llegar al hospital, el líder socialista fue declarado muerto. Testigos mencionaron que el estudiante estaba sonriendo mientras era detenido. Según las autoridades, el joven no dio ningún motivo en específico para justificar el hecho.
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Después del asesinato, 15000 manifestantes de izquierda realizaron una marcha hacia la sede de la policía en Tokio exigiendo la renuncia del jefe de esa fuerza, Kameyoshi Teramoto. Los protestantes acusaban a dicha autoridad de no haberle brindado la seguridad apropiada al presidente socialista. Alrededor de 2000 policías reprimieron a los presentes en un altercado que resultó en 60 estudiantes y 22 policías heridos.
El 2 de noviembre, tres semanas después de la muerte de Asanuma, Yamaguchi se suicidó en su celda de detención juvenil ahorcándose con una soga confeccionada con las sábanas de su cama. Antes de quitarse la vida, escribió con pasta de dientes en la pared: “Siete vidas por mi país. Larga vida a Su Majestad Imperial, el Emperador”. Según la revista Tokyo Weekender, esta frase hace alusión a las últimas palabras de Kusunoki Masashige, un estratega militar considerado como una “figura legendaria” para los japoneses.
MB / ED