En 438 ciudades de Brasil, miles de ciudadanos salieron para protestar en contra del gobierno de Dilma Rousseff y del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Río de Janeiro, San Pablo, Belo Horizonte y Brasilia, entre otras, estuvieron llenas de manifestantes que pedían Justicia por los delitos de los que se acusa al Partido de los Trabajadores, revelados a partir de la llamada operación "Lava Jato".
Un año después de que 1,7 millones de brasileros salieran a las calles por primera vez para protestar contra la actual Presidenta, hoy se repitió la multitudinaria manifestación.
En los últimos días, la Justicia brasileña avanzó con nuevas revelaciones en revelado supuestos casos de corrupción en los que estarían relacionados altos funcionarios e, incluso, el mismo Lula.
La casa del expresidente fue allanada la semana pasada mientras él era llevado a declarar en medio de un gran despliegue mediático. Por eso, desde el PT denunciaron una "escalada golpista" del Poder Judicial.
Una de las pruebas de la connivencia del Gobierno con empresas corruptas, es el lujoso departamento vacacional que le atribuyen a Da Silva, el cual había sido el pago por un multimillonario fraude a la estatal Petrobras.
El viernes pasado, Dilma declaró: “Les pido, como presidenta de la República, que mantengan una de las victorias de la democracia brasileña como es el derecho a la libre manifestación”, luego de sostener que no renunciaría a su cargo.