INTERNACIONAL
marchas en todo el país

Miles en las calles contra la extrema derecha alemana

El fin de semana, y bajo el lema “Defiende la democracia”, más de cien mil personas desfilarán por las calles de varias ciudades de Alemania para expresar su rechazo al crecimiento de la extrema derecha, que ya es la segunda fuerza política. El disparador de las protestas fue la divulgación de una reunión secreta de varios dirigentes en la que se habló de la necesidad de acordar políticas de “remigración”, es decir, expulsar del país, por la fuerza de ser necesario, a miles de emigrantes. “Me recuerda la terrible Conferencia de Wannsee”, donde los nazis programaron la masacre de judíos, dijo la ministra del Interior, Nancy Faeser.

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Afd. Es el partido de la extrema derecha que avanza en cada una de las elecciones regionales. | afp

Más de 100 mil personas se manifestaron ayer en Alemania para denunciar la participación del partido de ultraderecha AfD en una reciente reunión con neonazis y empresarios que discutieron un proyecto de expulsiones masivas de inmigrantes y “ciudadanos no asimilados”.

Desde el viernes y hasta hoy se convocaron manifestaciones en más de cien localidades en contra del partido Alternativa para Alemania (AfD), segundo en las encuestas a nivel nacional. 

En Frankfurt, cerca de 35 mil personas se congregaron ayer bajo el lema “Defiende la democracia-Frankfurt contra AfD”, según estimaciones de los organizadores. Varios miles de manifestantes se congregaron también en Erfurt, en el estado federado de Turingia. En las protestas de Friburgo y Coblenza hubo unos 5 mil participantes en cada una, según la policía. Un número similar de personas se manifestaron en la ciudad de Hanóver, más al norte, con carteles en los que se podía leer “fuera nazis”. 

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También hubo protestas en Braunschweig, Kassel, y en localidades más pequeñas, como ha ido ocurriendo diariamente desde hace una semana.En total, los organizadores estiman que la participación a nivel nacional fue de 100 mil personas.

Otra manifestación contra la extrema derecha y el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en Hamburgo tuvo que ser disuelta el viernes por la noche debido a la gran afluencia de participantes, que ocasionaba problemas de seguridad. Hubo personas que se desmayaron entre la multitud y los bomberos no pudieron pasar. Las autoridades policiales hablaron de 50 mil participantes, los organizadores, de 80 mil.

Además de algunos políticos, la Iglesia y la federación nacional de fútbol han llamado a expresar su repulso a AfD, que entró en el Bundestag, la Cámara baja del Parlamento, en 2017. 

Las protestas callejeras fueron convocadas en especial por representantes de sindicatos, asociaciones civiles y los partidos Los Verdes y Socialdemócrata (SPD). El líder de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), Friedrich Merz, calificó por su parte de alentadoras las manifestaciones en todo el país. “La mayoría ‘silenciosa’ alza la voz y demuestra que quiere vivir en un país abierto al mundo y libre”, declaró desde Berlín.

El primer ministro del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wuest, también de la CDU, declaró por su parte que las manifestaciones multitudinarias demuestran que existe una “amplia alianza” en el centro de la sociedad. Wuest volvió a reclamar esa “alianza de centro” en la política entre todos los partidos y en todos los niveles de gobierno y calificó a la AfD de “peligroso partido nazi”.

Conferencia. Las protestas se desencadenaron a raíz de una información publicada la semana pasada por el medio de comunicación Correctiv sobre una reunión desconocida hasta entonces de extremistas de derecha en una villa de Potsdam el 25 de noviembre. A la reunión asistieron varios políticos de la AfD, así como miembros de la CDU y de la muy conservadora agrupación Unión de Valores (Werteunion) a título individual.

El exlíder del Movimiento Identitario de extrema derecha, el austríaco Martin Sellner, expuso allí sobre la cuestión de la “remigración”, según sus propias declaraciones. Sellner respalda la teoría de la consipiración del “gran reemplazo”, que afirma que existe un complot de inmigrantes no blancos para sustituir a la población blanca “nativa” de Europa. Cuando los extremistas de derecha utilizan este término, suelen referirse a que un gran número de personas de origen extranjero deben abandonar el país, incluso bajo coacción.

El canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, comparó los planes de “remigración” de los extremistas con la ideología racial de los nazis. “Si hay algo que nunca más debe tener cabida en Alemania, es la ideología racista y populista de los nacionalsocialistas. No otra cosa expresan los repulsivos planes de los extremistas”, afirmó Scholz en un video dado a conocer el viernes.

La ministra del Interior, Nancy Faeser, expresó que la reunión de extremistas en Potsdam le recordaba a la Conferencia de Wannsee de altos cargos nazis, en la que se planificó el 20 de enero de 1942 el exterminio de hasta once millones de judíos europeos.

“Me trae involuntariamente recuerdos de la terrible Conferencia de Wannsee”, declaró Faeser al grupo de medios Funke. La ministra no quiso equiparar ambos eventos. “Pero lo que se esconde tras términos que suenan inofensivos como ‘remigración’ es la idea de expulsar y deportar en masa a personas por su origen étnico o sus opiniones políticas”, dijo.

Faeser se mostró escéptica sobre la posibilidad de iniciar un proceso de prohibición de la AfD: “Nuestra Constitución prevé, con razón, este instrumento poderosísimo de la democracia orientada a la defensa como último recurso”. Sin embargo, agregó, no es ese un medio para el debate político: “Si la gente se pasa a un partido así, tenemos que hacer campaña para que vuelvan a los partidos democráticos”.

El comisionado contra el Antisemitismo del gobierno alemán, Felix Klein, expresó en tanto su preocupación ante los altos índices de intención de voto de la AfD. “Desgraciadamente, estamos asistiendo a una erosión de los valores democráticos, lo que me parece muy preocupante. El odio a los judíos prospera precisamente en este caldo de cultivo”, declaró al diario Neue Osnabrücker Zeitung.

Klein hizo un llamamiento a los electores para que no votaran en contra de sus propios intereses: “Nuestra economía depende en gran medida del libre mercado, de que Alemania sea vista como un país cosmopolita”.