El canciller ruso, Serguéi Lavrov, fue recibido este sábado por el líder norcoreano Kim Jong Un, durante una visita oficial que sirvió de marco para reafirmar la cooperación del régimen Pyongyang en la ofensiva rusa sobre Ucrania.
En los últimos años, ambos países han reforzado su cooperación militar y Corea del Norte suministró armas y tropas para respaldar la invasión rusa.
Lavrov se encargó de aclarar que las autoridades norcoreanas habían “reafirmado su apoyo sin reservas a todos los objetivos” de la operación en Ucrania. El canciller ruso agradeció particularmente a los “heroicos” soldados norcoreanos que ayudaron al ejército ruso a expulsar a las tropas ucranianas de la región fronteriza de Kursk, donde éstas habían incursionado en agosto de 2024 y se hicieron con cientos de km cuadrados.
Moscú dijo que había expulsado a las tropas ucranianas de la zona en abril, y había dado las gracias entonces a las fuerzas norcoreanas, reconociendo así por primera vez su implicación directa en el conflicto.
Consultado sobre la posibilidad de que las tropas norcoreanas se desplieguen en otras partes de la línea del frente, Lavrov respondió que corresponde a Pyongyang decidirlo. “Partimos del principio de que la propia RPDC determina las formas en que aplicamos nuestro acuerdo de asociación estratégica”, dijo utilizando el nombre oficial del país.
Este viaje del diplomático ruso se produce mes y medio después de que el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Serguéi Shoigú, visitara Pyongyang.
Los dos países firmaron un acuerdo de defensa mutua durante una visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Corea del Norte el año pasado.
Refuerzo militar. El viaje de Lavrov llega en un momento crucial para las relaciones entre Rusia y Corea del Norte, ya que Kim Jong Un se dispone a desplegar entre 25 mil y 30 mil soldados más para ayudar a las tropas de Moscú en Ucrania.
De acuerdo a datos de la inteligencia ucraniana, el año pasado Norcorea envió más de 100 mil soldados a combatir en Ucrania.
Las fuerzas norcoreanas se fueron integrando rápidamente a la guerra, pese a las importantes bajas que sufrieron. Se cree que unos 4 mil soldados norcoreanos murieron durante los enfrentamientos.
Su participación se centró en Kursk, la ciudad fronteriza de Rusia. El presidente Vladimir Putin tenía sumo interés en recuperar la región que había caído en manos ucranianas.
Por otro lado, Corea del Norte se convirtió en un proveedor central de armas para Rusia. Imágenes satelitales divulgadas por CNN mostraron recientemente aviones de carga y barcos de transporte con tropas dirigiéndose de Norcorea a Rusia.
Las agencias de inteligencia occidentales señalan que debido a la escasez en la línea del frente, incluso cuando sus propias fábricas trabajan las 24 horas, Rusia se volvió muy dependiente de Corea del Norte para obtener armamento.
Un nuevo informe de once Estados miembros de la ONU indica que Pyongyang envió al menos 100 misiles balísticos y 9 millones de proyectiles de artillería a Rusia en 2024.