Un exdiplomático del régimen chino denunció que su país diseminó “deliberadamente” el virus del Covid-19 durante un masivo torneo militar dos meses antes de que el resto del mundo conociera las primeras noticias sobre este coronavirus, hasta entonces desconocido.
Wei Jingsheng, ex miembro del Partido Comunista Chino y ahora considerado un disidente, aseguró que los Juegos Militares Mundiales -celebrados en Wuhan entre el 18 y el 27 de octubre de 2019- fueron utilizados como "un evento de superpropagación" del coronavirus por el régimen chino.
Wuhan, en el centro de China, es considerada por Occidente como la “cuna” de la pandemia, ya que allí se informaron a la OMS los primeros casos de Covid-19 en diciembre de 2019. El régimen autoritario de Xi Jinping intentó desesperadamente detener a los denunciantes y silenciar cualquier mención sobre el virus en las primeras etapas del brote.
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Incluso cuando una gran cantidad de cadáveres llenaban las morgues de Wuhan, cualquier referencia hecha en las redes sociales sobre un nuevo virus o “brote” era censurada y el personal médico que intentaba hablar y advertir al mundo era detenido y obligado a firmar confesiones falsas.
Dos meses de esto, Wuhan antes había sido la sede del torneo internacional para cerca de 9.000 atletas militares de todo el mundo. Para Jingsheng, un activista por la democracia, no fue una coincidencia que algunos atletas se enfermaran con una enfermedad que los médicos consideraron misteriosa.
“Pensé que el gobierno chino aprovecharía esta oportunidad para propagar el virus durante los Juegos Militares, ya que había muchos extranjeros allí”, dijo Jingsheng a la cadena británica Sky News.
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Según The Washington Post, los Juegos Mundiales Militares fueron los más grandes de su historia: la delegación estadounidense llegó con 280 atletas y personal que representaba a 17 deportes, desde la lucha libre hasta el golf.
Sin embargo, durante el evento de dos semanas de duración, “muchos de los atletas internacionales notaron que algo andaba mal en la ciudad de Wuhan”. “Algunos lo describieron más tarde como una ‘ciudad fantasma’”, dijo el periódico.
Una “coincidencia alarmante”
El exdiplomático afirmó que había escuchado que el gobierno chino había llevado a cabo un “ejercicio inusual” durante los juegos y dijo que existía “la posibilidad de que el gobierno usara algunas armas extrañas, incluidas armas biológicas, porque sabía que estaban haciendo experimentos de ese tipo”.
Jingsheng afirmó que los atletas franceses, alemanes y estadounidenses que viajaron a Wuhan para competir se encontraban entre los que enfermaron con síntomas similares a los de Covid-19, pero nunca se les hizo un test.
Cuando la pandemia estalló, atletas de varios países, incluidos Francia, Alemania, Italia y Luxemburgo, afirmaron públicamente que habían padecido Covid-19 tras su viaje a Wuhan, en función de sus síntomas y de cómo sus enfermedades se contagiaron a sus seres queridos.
En España, dos deportistas cayeron enfermos durante su estancia en China tras “una semana y pico en el país”, según relató uno de ellos. El primero sufrió “problemas de garganta, como una gripe” y después su compañero de habitación estaba “malo, sudado, muy griposo (...) de moco y de pecho”. Dijo que los síntomas persistieron “durante tres o cuatro días”.
“La proximidad de los Juegos Militares Mundiales al Instituto de Virología de Wuhan y los nuevos detalles de los atletas potencialmente expuestos al Covid-19 mientras participan en el evento presentan una coincidencia alarmante que nuestro gobierno debe investigar para establecer una línea de tiempo precisa del brote”, escribió a principios de septiembre el senador estadounidense Roger Marshall al secretario de Salud y Servicios Humanos Xavier Becerra.
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Eso concuerda con un conjunto de evidencia que sugiere que el coronavirus pudo haber estado circulando durante meses antes de que China lo informara a la OMS. En Italia, científicos dijeron haber detectado evidencia en muestras de sangre tomadas desde septiembre de 2019, mientras que investigadores en España dicen podría haber estado presente allí en enero de 2020, meses antes del primer caso oficial.
Jingsheng, que ya cumplió una condena en prisión por “actividades contrarrevolucionarias” en China y al ser liberado se mudó a EEUU, afirma que llevó sus preocupaciones sobre la situación actual a figuras importantes dentro del gobierno de Donald Trump en noviembre de 2019, pero fue ignorado.
“Sentí que no estaban tan preocupados como yo, así que hice todo lo posible para proporcionar más detalles e información”, dijo. “Es posible que no creyeran que el gobierno de un país haría algo así, así que seguí haciendo esfuerzos por persuadirlos”.
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Jingsheng dijo que sabía perfectamente lo que estaba sucediendo en la provincia de Hubei a través de los miembros del Partido Comunista de Beijing que compartieron sus temores sobre la situación y describieron explícitamente el encubrimiento del régimen.
A medida que los casos de coronavirus continuaron expandiéndose en China, el régimen mantuvo el brote oculto a la OMS hasta el 31 de diciembre, cuando ya no fue posible contener los rumores. Se informó que una neumonía misteriosa había enfermado a 44 personas en Wuhan, pero incluso entonces las autoridades continuaron negando que el desconocido virus pudiera transmitirse de persona a persona.
La OMS calificó el misterioso brote como una ‘Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional’ el 30 de enero de 2020, ya que las infecciones, que eran miles en China, comenzaron a afectar a otras naciones, incluido Estados Unidos. Y en marzo, cuando la epidemia se transformó en pandemia, los chinos mencionaron los Juegos Militares para propagar la hipótesis de que el virus no nació en Wuhan, sino en EEUU, y fue llevado a China por militares desde Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército estadounidense en Fort Detrick (Maryland).