La escalada de ataques con armas parece no cesar en los Estados Unidos. Tras una seguidilla de episodios violentos en un supermercado, una escuela y un hospital, solo por mencionar algunos casos, ahora una iglesia fue el escenario de un nuevo tiroteo que provocó la muerte de dos personas y dejó a una con heridas.
El episodio ocurrió este jueves en la Iglesia Episcopal de Saint Stephen, una institución religiosa ubicada en el barrio de Vestabia Hills, en Alabama. De acuerdo a la información del Departamento de Policía local, el tiroteo fue ejecutado por un "tirador solitario" que ingresó mientras se celebraba una "cena compartida" en el lugar.
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Un sospechoso fue detenido por el ataque y ahora se espera el avance de una investigación judicial para establecer si efectivamente fue quien llevó a cabo el ataque y una vez que eso se confirme determinar qué responsabilidad le endilgarán.
Tras el ataque, agentes del FBI, del Servicio de Marshals y de la Oficina de Alcohol, Armas de Fuego, Tabaco y Explosivos llegaron a los alrededores de la escena del crimen. Más allá de la detención, los investigadores exhortaron a que cualquier persona que tenga información adicional se comunique con las autoridades para ayudar a esclarecer el hecho.
La reacción de la comunidad
Como ocurre con cada uno de los tiroteos que afectan a distintas comunidades de los Estados Unidos a partir de la flexibilidad de las regulaciones vinculadas a las armas, el clima de conmoción se intensifica.
"Estamos orando por sanación y seguridad para todos aquellos que han sido impactados y afectados, y también sabemos que esto es algo traumático que le ha sucedido a nuestra comunidad, no solo a nuestra iglesia, sino a esta comunidad", dijo a WVTM Kelley Hudlow, misionera del clero de la Diócesis de Alabama tras el ataque.
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Junto con sus pares de la Iglesia atacada, la mujer participó de un momento de oración en un estacionamiento cercano donde varias personas se mostraron angustiadas por el hecho, informó CNN.
Mientras tanto, el ataque recibió el repudio de la gobernadora de Alabama. "Me alegra saber que el atacante está bajo custodia. Esto nunca debería suceder: en una iglesia, en una tienda, en la ciudad o en cualquier lugar", sostuvo Kay Ivey, quien aseguró que "continuamos monitoreando de cerca la situación".
Contexto delicado
El nuevo ataque fatal llegó en un momento delicado para los Estados Unidos, después de una seguidilla de tiroteos sangrientos que suman cada vez más víctimas fatales.
El reciente incremento de la violencia se ve reflejado en ataques como el ocurrido el 24 de mayo pasado en Uvalde, Texas, donde nueve estudiantes menores de edad y dos maestras murieron a causa de los disparos de un tirador en una escuela.
Según datos de Gun Violence Archive reflejados por la agencia AFP, desde que arrancó el año murieron más de 20 mil personas a causa de violencia con armas de fuego. La cifra, aclaran, también incluye las muertes por suicidio post ataque.
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