Mientras los familiares de las víctimas de la balacera en la escuela primaria de Texas asistían ayer al primero de los 21 funerales, otro tiroteo sacudió a los Estados Unidos. El saldo hasta el momento fue una mujer muerta, aparentemente la abuela de un estudiante, y dos heridos, uno en el hombro y el otro en la pierna. Esta vez, el hecho ocurrió en la Universidad Xavier del Estado de Luisiana, en la ciudad de Nueva Orleans. El atacante fue detenido.
La balacera ocurrió durante una ceremonia de graduación de la escuela secundaria. Hubo un incidente confuso en el área de estacionamiento. Un testigo dijo que había escuchado no menos de 20 disparos y que había una pistola tirada en el piso. Una camioneta tenía un vidrio roto. La gente corrió y buscó protección.
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El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, demócrata, señaló que el tiroteo se produjo dos semanas después de que cuatro personas resultaran heridas en un tiroteo frente a otra graduación de secundaria en la Universidad del Sureste. La nueva tragedia ocurrió exactamente una semana después de la tragedia de Uvalde, donde un sujeto de 18 años mató a 19 niños y dos docentes.
La tragedia de Texas conmociona a la sociedad. En respuesta, una comisión del Congreso procura impedir el acceso fácil a las armas, previsto en la Segunda Enmienda de la Constitución. El presidente Joe Biden aboga por ello, pero los republicanos apuntan a la condición de salud mental los autores de los crímenes y apuestan a reforzar la seguridad de los docentes en los centros de enseñanza.
JL PAR
