Varios proyectiles impactaron ayer por la tarde en dos ataques casi simultáneos en la protegida Zona Verde de Bagdad, donde está localizada la Embajada de Estados Unidos, y en una base aérea iraquí que aloja soldados estadounidenses al norte de la capital. Fuentes policiales señalaron a la agencia Reuters que cinco personas resultaron heridas por un proyectil de mortero en el barrio Jadriya, en la capital.Si bien el gobierno de Irán no se responsabilizó por la ofensiva, resonaron con fuerza los gritos de “Muerte a América” en Irak, donde miles de personas participaron de los funerales del general iraní Qasem Soleimani y del vicepresidente de las milicias Fuerzas de Movilización Popular, Abu Mahdi al Muhandis.
Los dos ataques fueron simultáneos. Dos proyectiles cayeron en Bagdad y dos cohetes Katyusha impactaron en la base aérea de Al Balad, cien kilómetros al norte. Ese lugar albergaba a soldados y aviones de los Estados Unidos, que no fueron alcanzados por los impactos. Drones estadounidenses sobrevolaron en misión de reconocimiento, verificando los daños.
Funerales. El presidente de Irán, Hasan Rohani, transmitió ayer sus condolencias a la familia de Soleimani, en momentos en que llamados a la “venganza” se multiplicaban tanto en Bagdad como en Teherán. Miles de personas, entre ellos altas autoridades del gobierno de Irak, participaron de los funerales. La multitud se agolpó en las calles, rindiendo homenaje al comandante de las fuerzas Al Quds y al jefe de la milicia pro iraní Kataib Hezbollah, Al Muhandis, que murió en el mismo ataque.
En las exequias, caminó junto a la multitud el primer ministro interino iraquí, Adel Abdul Mahdi, quien calificó de “mártires” a los fallecidos y de “violación de la soberanía” el ataque estadounidense. Además, participaron Nuri al Maliki, ex jefe del Gobierno de Irak; Falih al Fayad, presidente de las milicias pro Irán; y Hadi al Amiri, líder de la Organización Badr, uno de los grupos armados chiitas más poderosos.
Helicópteros militares sobrevolaron el convoy, integrado por miles de personas que ondeaban banderas de Irak. A su llegada a la plaza de Al Huriya, los ataúdes fueron llevados en hombros durante dos kilómetros hasta la Universidad de Bagdad, en medio de un ambiente solemne roto solo por los rezos y las consignas contra Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita. La mayor parte de los asistentes eran integrantes de las milicias chiitas, que el 31 de diciembre y el 1 de enero atacaron la Embajada de Estados Unidos en Bagdad.
Guerra. El embajador iraní ante las Naciones Unidas, Majid Takht Ravanchi, aseveró que Estados Unidos había cometido “un acto de guerra” al ejecutar a uno de sus generales más prominentes. “Definitivamente habrá venganza. La respuesta a una acción militar es una acción militar”, disparó el funcionario.
Sin embargo, el régimen iraní informó que Washington pidió una “venganza proporcionada”. Suiza, que representa los intereses de Estados Unidos en Irán en ausencia de relaciones diplomáticas entre los dos países, afirmó el viernes que su representante había “transmitido un mensaje que Estados Unidos le había pedido entregar” a Irán, sin precisar su naturaleza. “Si quieren vengarse, vénguense proporcionalmente”, habría sido el mensaje, según declaró el contralmirante iraní Alí Fadavi, comandante en jefe adjunto de la Revolución.
Estados Unidos considera desde hace varios meses que las facciones armadas pro-Irán en Irak representan una mayor amenaza que los yihadistas de Estado Islámico (EI). Desde finales de octubre, los intereses de Estados Unidos fueron blanco de trece ataques con cohetes. En uno de ellos murió un contratista estadounidense en una base del centro del país. Washington reaccionó bombardeando a las milicias iraquíes aliadas a Teherán, ocasionando 25 muertos. La escalada continuó el pasado martes y miércoles con el asedio a la Embajada de Estados Unidos. Pero el punto cúlmine de la tensión fue el asesinato de Soleimani, que desató la ira de miles de iraquíes, que piden la retirada estadounidense de su país.
China critica a Trump
China exhortó ayer a Estados Unidos a “no abusar de la fuerza”, tras el ataque en Irak que costó la vida, entre otros, al general Qasem Soleimani, arquitecto de la política expansionista iraní en Oriente Medio.
“La peligrosa operación militar estadounidense viola las normas fundamentales de las relaciones internacionales y agravará las tensiones y las turbulencias regionales”, dijo el canciller chino, Wang Yi, a su homólogo iraní, Mohamad Javad Zarif, durante una conversación telefónica.
China es uno de los países que firmó el acuerdo nuclear iraní en 2015, del que Estados Unidos se retiró de forma unilateral en 2018, y uno de los principales importadores de petróleo iraní. “Los medios militares como la presión extrema están abocados al fracaso”, aseguró Wang, citado en el comunicado. En diciembre pasado, Beijing organizó ejercicios navales conjuntos con Rusia e Irán.
La víspera, China había expresado su preocupación ante una escalada entre Irán y Estados Unidos y llamado a la calma a Washington y Teherán.