Decenas de personas fueron evacuadas de un edificio de Moscú, la capital de Rusia, que sufrió en las últimas horas un ataque con drones. Las autoridades investigan el caso que, por fortuna, no terminó con personas heridas de gravedad.
Al menos así lo confirmó en las últimas horas el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, que por medio del canal de Telegram dijo que solo hay dos personas que sufrieron los efectos del ataque, pero que se encuentran bien, sin ningún tipo de riesgo en su salud.
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No obstante, los daños materiales se vieron en el edificio atacado y también en construcciones aledañas. "Todos los servicios de emergencia de la ciudad fueron activados. Nadie resultó seriamente herido hasta el momento", sostuvo el alcalde de Moscú.
Así y todo, las autoridades decidieron la evacuación de decenas de personas que debieron dejar sus viviendas y volverán, prometió el funcionario, en el corto plazo. Primero deben ponderar que estén a salvo, consignó el portal RFI.
Defensa lo atribuyó a Kiev
Para el Ministerio de Defensa ruso se trató de un "ataque terrorista" por parte de Kiev e identificó ocho drones implicados con baterías de defensa antiaérea y sistemas electrónicos de guerra. Llevaban cargas explosivas "muy pequeñas", que lograron impactar en varias construcciones.
Las autoridades consignaron que el ataque no alcanzó al corazón de Moscú, que desde el ataque con drones que sufrió el Kremlin instaló inhibidores en una amplia zona para establecer un bloqueo de todo tipo de señales que permitan direccionar algún objeto hacia el lugar.
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De acuerdo al reporte, esos inhibidores intensifican su potencia a medida que están más cerca de los edificios estratégicos. Ello al punto tal que la geolocalización no funciona en absoluto en estas zonas desde hace varias semanas. Los taxis, según RFI, tienen enormes dificultades para localizar a sus clientes.
"Trabajo en Troitsk, un centro de investigación científica y militar, así que es aterrador, porque está claro que este lugar es un objetivo obvio. Tengo miedo de ir a trabajar, pero no hay otra solución. Nadie me dará un día libre. Nuestra única esperanza es el sistema antimisiles, no tenemos nada más en lo que confiar”, contó una habitante de Moscú en cercanías del lugar atacado.
"No quiero huir, pero, por otro lado, no quiero quedarme en Moscú. Al menos en el campo, bajo los árboles, quizá sea menos peligroso que en la ciudad. Vemos las últimas noticias y empezamos a decirnos que eso es lo que tenemos que hacer. Y luego nos decimos: 'Ya está, ahora nos toca a nosotros'", dijo la mujer.
AS/fl