El presidente turco Recep Tayyip Erdogan denunció "una traición" de soldados golpistas a los que acusó de estar vinculados a su enemigo jurado Fethullah Gülen, un imán exiliado desde hace años en Estados Unidos.
En el aeropuerto Atatürk de Estambul, Erdogan fue recibido por una muchedumbre y afirmó que el hotel en el que se encontraba de vacaciones, en Marmaris, una ciudad costera del sudoeste de Turquía, fue bombardeado después de su partida.
En tanto, el primer ministro turco Binali Yildirim, quien dijo que hay más de 120 detenidos, confirmó que el intento de golpe de Estado militar del viernes por la noche en Turquía se encuentra "ampliamente bajo control".
"Es una iniciativa idiota abocada al fracaso y se encuentra ampliamente bajo control", declaró por teléfono a la cadena de información NTV. El avión de Erdogan, en tanto, ya aterrizó en Estambul.
Los servicios de inteligencia turcos hablaron de una "vuelta a la normalidad", aunque a la misma hora se informaba que el parlamento turco en Ankara fue bombardeado desde el aire.
El primer ministro había anunciado el intento de golpe de Estado y lanzó una advertencia: "Quienes formen parte de estos actos ilegales van a pagar el más alto precio".
Por su parte, el presidente Erdogan había llamado a los ciudadanos a salir a la calle a "proteger la democracia". La respuesta del pueblo turco en apoyo al mandatario fue rotunda y se enfrentaron con los militares.