El miércoles 6 de enero pasó a la historia como una de las páginas más oscuras de la historia de los Estados Unidos, cuando seguidores del presidente en ejercicio, Donald Trump, irrumpieron en el Congreso para impedir la certificación de la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios de noviembre.
Un proceso que normalmente marca el final del ciclo electoral se convirtió en un día de caos y muerte ya que fallecieron cinco personas, un policía y cuatro ciudadanos que habían violado la seguridad del edificio legislativo arengados por su propio líder republicano, entre ellas la ex militar Ashlye Babbitt que recibió un disparo en el cuello, salido de una pistola Glock accionada por uno de los policías destacados en el Capitolio.
A días de la ceremonia de investidura de Joe Biden como 46 presidente de los Estados Unidos, el FBI (Federal Bureau Investigation) advirtíó que se están planificando protestas armadas en las 50 capitales de los estados del país que buscarían entorpecer, con consecuencias difíciles de estimar, la toma de posesión de quien fuera vicepresidente de Barack Obama.
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"El FBI está apoyando a nuestros socios encargados de hacer cumplir las leyes estatales, locales y federales para mantener la seguridad pública en las comunidades a las que servimos (...) Nuestro enfoque no está en los manifestantes pacíficos, sino en aquellos que amenazan su seguridad y la seguridad de otros ciudadanos con violencia y destrucción de propiedad", dijo el FBI en un comunicado.
Por su parte, en otro comunicado el Departamento de Seguridad Nacional, firmado por su secretario interino, Chad Wolf, estableció que "a la luz de los eventos de la semana pasada y el panorama de seguridad en evolución que condujo a la inauguración y por recomendación del director del Servicio Secreto, James Murray, he dado instrucciones al Servicio Secreto de los EE.UU. para que comience las operaciones del Evento Nacional Especial de Seguridad para la Inauguración de 2021 con vigencia miércoles 13 de enero en lugar del 19 de enero"
Wolf agregó que los socios federales, estatales y locales del área de Seguridad Nacional continuarán coordinando sus planes y posicionando los recursos para la ceremonia de asunción.
Grupo de Respuesta a Incidentes Críticos
El FBI cuenta desde 1994 con el CIRG (Critical Incident Response Group) o Grupo de Respuesta a Incidentes Críticos, que el día 20 de enero tendrá un papel fundamental en las tareas aplicadas a la seguridad.
El CIRG centraliza recursos tácticos, de negociación, de análisis de comportamiento y de gestión de crisis para facilitar la respuesta rápida de la oficina federal a cualquier tipo de incidentes.
El personal del CIRG está disponible las 24 horas los siete días de la semana y, entre otras misiones, asume: negociaciones de crisis, análisis y evaluaciones de comportamientos, vigilancia terrestre y aérea (mediante aeronaves no tripuladas o drones), operaciones tácticas y técnicas, soporte de aviación, etcétera.
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Quienes asumirían, dentro del CIRG, todo el peso de las tareas de coordinación de la asunción presidencial sería la Unidad de Manejo de Crisis (CMU). Todo monitoreado desde el Centro de Operaciones e Información Estratégica, o SIOC, que no es más que el centro de comunicaciones y comando global del FBI.
La Sección Táctica de CIRG, por su parte, asegura que el FBI tenga un equipo de operaciones especiales a nivel nacional a tiempo completo y equipos SWAT regionales (tiene 56 en total) capaces de desplegarse inmediatamente. Dentro de esta estructura una función determinante la cumple el Hostage Rescue Team (HRT).
El HRT o Equipo de Rescate de Rehenes nació en 1983 y es el equipo táctico antiterrorista de tiempo completo que responde directamente al Director del FBI. Su sede está en la Academia del Buró en Quantico, Virginia, y su lema es "servare vitas" (salvar vidas). Su jurisdicción es federal y también puede asumir misiones de seguridad de instalaciones y personalidades del gobierno de los Estados Unidos, en el lugar del mundo que se los requiera.
Durante los episodios del asalto al Capitolio del 6 de enero, cumplieron un cometido destacado para recuperar el dominio de la situación los integrantes de dos grupos de respuesta especial (RT - Response Team), que genéricamente suelen identificarse como equipos SWAT (Special Weapons And Tactics): el Containment & Emergency Response Team (CERT) o Equipo de Respuesta a Emergencias y Contención, y el ATF’s Special Response Teams (SRTs), el primero perteneciente a la Policía del Capitolio. Los cinco SRT del ATF o Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, están ubicados estratégicamente en todo el país en las ciudades de Washington DC, Dallas, Los Ángeles, Detroit y Jacksonville.
Para los actos de investidura, en medio de temores de más violencia por parte de los partidarios del presidente saliente Donald Trump, el Pentágono anunció que autorizó el despliegue de 15.000 efectivos de la Guardia Nacional.
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Ya hay 6.200 integrantes de la Guardia operativos en Washington y se prevé un total de 10.000 para el próximo fin de semana, mientras que otros 5.000 podrían sumarse el día de la jura, dijo el general Daniel Hokanson, jefe de la Oficina de la Guardia Nacional del Departamento de Defensa.
De esta manera se espera que la National Guard sea un elemento disuasorio. Inicialmente se los equipará con escudos, protección corporal (armaduras) y armamento disuasivo, todo para, llegado el caso, contener posibles desmanes. Se estaba evaluando autorizarlos a portar armas de fuego pero hasta ahora no se tomó ninguna determinación al respecto. Por el momento, su misión es apoyar a la policía local en comunicaciones, logística y seguridad.
Autorizar a la Guardia Nacional a desplegarse armada y a realizar arrestos sería un "último recurso" si la situación de seguridad se saliera de control, dijo el jefe Hokanson.
El Pentágono y la Guardia Nacional -fuerza de reserva militar- fueron criticados por una respuesta lenta el miércoles, cuando la sede del Congreso de Estados Unidos, el Capitolio, fue invadido por miles de seguidores de Trump que desbordaron a un cuerpo de seguridad del recinto sin personal suficiente ni preparación adecuada ante estas contingencias. El caos desatado dejó cinco muertos.
Pero según funcionarios del Pentágono, la Guardia Nacional fue convocada tarde y sin disponer en lo inmediato de un equipo antidisturbios.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, previendo la posibilidad de tensión en torno a la investidura de Biden, pidió a la población en general que se abstenga de visitar la capital. "Pedimos a los estadounidenses que no vengan a Washington DC para la toma de posesión presidencial el 20 de enero y que, en cambio, participen virtualmente", expresó.
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Yogananda Pittman, la primera mujer en asumir el cargo de jefe (interino) de la Policía del Capitolio, dijo que no habrá acceso público a los terrenos del Congreso durante la inauguración.
La participación de público al evento ya se redujo drásticamente debido a la furiosa pandemia de coronavirus y el comité inaugural dijo que el National Mall de Washington estaría cubierto con 191,500 banderas de diferentes tamaños, para representar a las multitudes ausentes.
"No tengo miedo de prestar juramento afuera" (del edificio del Capitolio), dijo Biden. "Es de vital importancia que haya un enfoque realmente serio en detener a las personas que participaron en la sedición y amenazaron la vida, desfiguraron la propiedad pública, causaron un gran daño, que se les haga responsables".
Trump ya anunció que no va a asistir a la ceremonia, a lo que Biden reaccionó diciendo que era "algo bueno". Según los informes, quien sí estará presente será el vicepresidente Mike Pence.
HV / DS