Casi dos décadas después de la denuncia de María Farmer contra Jeffrey Epstein y su pareja de muchos años, Ghislaine Maxwell, por abuso sexual, su testimonio se convirtió en una de las señales más claras sobre el rol de Donald Trump en los archivos de investigación no publicados del polémico caso. La causa resurgió en las últimas semanas ante la presión para divulgar documentos clasificados.
Los interrogantes sobre el contenido de los famosos Epstein files —o archivos de Epstein— fueron uno de los puntos de campaña del actual presidente norteamericano, quien prometió a su base de votantes revelar esa información secreta. Sin embargo, tras el arrepentimiento de su fiscal general y la renuncia del director del FBI a avanzar con la publicación, el vínculo de Trump con Epstein volvió a quedar bajo sospecha.
Donald Trump pidió publicar documentos del caso Epstein tras ser vinculado con el abusador
En el verano de 1996, Farmer, quien entonces tenía 26 años, reportó al Departamento de Policía de Nueva York y al FBI los abusos cometidos por el magnate y su socia contra ella. Pero también advirtió a las autoridades sobre el accionar de otros hombres poderosos, entre ellos el de Trump, según relató en una entrevista con el New York Times la semana pasada.
Si bien la acusadora admite no tener pruebas directas sobre irregularidades cometidas por los hombres cercanos a Epstein, aseguró que repitió su advertencia cuando el FBI la volvió a entrevistar en 2006 y aportó detalles sobre un encuentro que presenció entre Trump y Epstein. Su declaración forma parte del extenso expediente del caso, del que aún se desconocen varios registros.

Según su relato, el episodio ocurrió en 1995, mientras se preparaba para trabajar para Epstein. Una noche, el financista la llamó a sus oficinas en un edificio de lujo en Manhattan. Poco después, llegó el actual mandatario, quien comenzó a observarla con insistencia.
La señal de alerta sobre la relación entre los magnates fue una frase que Epstein le dirigió a Trump al ingresar a la oficina: “No, no. Ella no está aquí para vos”, le dijo. En ese momento, ambos hombres salieron de la habitación, y la mujer aseguró haber escuchado a Trump comentar que pensaba que ella tenía 16 años.
Después de ese encuentro, Farmer no volvió a ver a Trump ni lo vio tener conductas inapropiadas con niñas o mujeres. Sin embargo, cuando denunció los abusos ante las autoridades, insistió: “Miren a Trump”.
Consultada por el New York Times, la Casa Blanca rechazó las afirmaciones de Farmer y recordó que Trump había puesto fin a su relación con Epstein años atrás. “El presidente nunca estuvo en su oficina. Lo cierto es que el presidente lo expulsó de su club por ser un canalla”, respondió Steven Cheung, director de comunicaciones de la Casa Blanca.
El testimonio clave de Maria Farmer sobre el caso Epstein
Farmer trabajó para Epstein entre 1995 y 1996 adquiriendo obras de arte para sus propiedades. Sin embargo, también se encargaba de supervisar la entrada y salida de niñas, mujeres jóvenes y celebridades en la residencia del magnate, ubicada en el Upper East Side de Nueva York.
En 1996, se alojó en una finca de Epstein en Ohio, dentro de un complejo desarrollado por Leslie H. Wexner, director ejecutivo de la empresa propietaria de Victoria’s Secret. Allí, tras pedirle que le diera un masaje de pies a Epstein, él y Maxwell la manosearon violentamente, obligándola a escapar de la habitación.

A pesar de haber denunciado el caso en 1996, Farmer no fue convocada como testigo cuando Maxwell fue juzgada y condenada en 2021 por conspirar con Epstein para explotar y abusar sexualmente de menores. Además, según los registros del FBI, no está claro si los investigadores tomaron en cuenta su advertencia sobre Trump.
Epstein fue acusado formalmente en 2006 y se declaró culpable de dos delitos graves, entre ellos la prostitución de una menor. En 2019, fue nuevamente acusado de traficar con decenas de niñas, algunas de tan solo 14 años, y de mantener relaciones sexuales con ellas. Ese mismo año fue hallado muerto en su celda, en lo que las autoridades calificaron como un suicidio.
Ahora, las declaraciones de Farmer reavivan el debate sobre el contenido oculto de los archivos del caso, que podrían contener material comprometiendo a Trump, aunque no necesariamente lo vinculen de forma directa con los crímenes de Epstein, con quien mantuvo una amistad.
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Aunque el mandatario asegura que rompió toda relación con el delincuente hace décadas, su conducta reciente respecto al caso despertó nuevas dudas. Luego de prometer la desclasificación total de los documentos secretos, la fiscal general Pam Bondi se retractó sorpresivamente este mes.
Además, tras la revelación del Wall Street Journal de que Epstein habría recibido una felicitación de cumpleaños “obscena” por parte de Trump en 2003, el presidente calificó el informe como un engaño y demandó al director del medio, Rupert Murdoch. También pidió al Departamento de Justicia (DOJ) que publique toda la información “creíble” disponible sobre la investigación del abusador sexual.
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