Las protestas en Perú contra la presidenta Dina Boluarte, sucesora del destituido Pedro Castillo, se reactivaron este miércoles 4 de enero, tras una breve interrupción motivada por las fiestas de fin de año, con bloqueos de autopistas y manifestaciones en varias regiones. Los focos de mayor tensión se dieron en regiones donde el destituido ex mandatario tiene amplio respaldo popular.
Durante las movilizaciones se exigió la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso y la convocatoria inmediata a elecciones.
"Existen diez puntos de bloqueo, especialmente en Puno", (sureste), informó en el transcurso de la jornada el jefe del gabinete de ministros, Alberto Otárola, tras la instalación en Lima de un centro de monitoreo y control de crisis.
Más tarde, la Defensoría del Pueblo reportó movilizaciones, paralizaciones y bloqueos en 30 de las 195 provincias del país.
En Puno, los pobladores quemaron una cabina de peajes.
En Arequipa la policía desbloqueó una ruta utilizando gases lacrimógenos para dispersar a decenas de personas. A continuación se produjo un enfrentamiento entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en las inmediaciones del aeropuerto de la ciudad, precisó la Defensoría.
Los manifestantes también cerraron rutas con piedras y neumáticos incinerados en las regiones de Junín (centro), Cusco y Apurímac (sureste).
En Puerto Maldonado, región amazónica de Madre de Dios (sureste), los manifestantes bloquearon un tramo de la vía Interoceánica, que une Perú y Brasil.
“Los aeropuertos están funcionando normalmente”, precisó Otárola.
Sin tren al Machu Picchu
Como medida de prevención, el tren entre Cusco y la ciudadela inca de Machu Picchu se suspendió indefinidamente desde el miércoles para garantizar la seguridad de los turistas, según comunicó la empresa que administra el servicio.
Unos 2.000 turistas y ciudadanos nacionales fueron evacuados voluntariamente desde Machu Picchu a Cusco para evitar eventuales problemas, detalló la policía. Sin embargo, los que prefirieron quedarse pueden ingresar a la ciudadela, de acuerdo con el Ministerio de Cultura.
"Hemos implementado procedimientos para la evacuación inmediata, de ser necesario, hacia zonas seguras para la protección de turistas", expresó el Ministerio en Twitter.
En el contexto de múltiples protestas que comenzaron al término de la primera semana de diciembre de 2022, miles de visitantes quedaron varados en Machu Picchu y en Cusco, ante la interrupción de la vía férrea y el cierre del aeropuerto, tras una tentativa de toma por parte de los manifestantes.
Desde la caída de Castillo se desataron violentas protestas en el centro y sur del país, donde el exgobernante tiene más adeptos. Policías y militares frenaron las manifestaciones con un saldo de 22 fallecidos y más de 600 heridos, varios de ellos baleados.
El gobierno se comprometió a llevar a cabo una investigación para determinar las responsabilidades, en medio de una oleada de críticas por el presunto uso excesivo de la fuerza.
La presidenta pidió "paz, calma y unidad"
Si bien las manifestaciones habían menguado por un lapso de dos semanas, los principales gremios y organizaciones indígenas y campesinas retomaron las protestas este miércoles.
Los edificios públicos y aeropuertos en las regiones donde se anunciaron movilizaciones amanecieron vigilados por policías y militares, y estos últimos autorizados a intervenir tras la declaratoria de un estado de emergencia a mediados de diciembre.
"Queremos que se cierre el Congreso y que haya pronta solución (...) No queremos más muertes, queremos tranquilidad", señaló a la agencia de noticias AFP Rita Suaña, pobladora de la isla los Uros en Puno, fronteriza con Bolivia.
Desde Lima, Boluarte pidió el cese de la violencia, advirtiendo que genera "retraso, dolor, pérdidas económicas". "Llamo a la paz, a la calma, a la unidad para impulsar el desarrollo de la patria", afirmó.
En un intento por aplacar las demandas, en diciembre el Parlamento adelantó los comicios de 2026 a abril de 2024.
Sin embargo, Milan Knezvich, presidente del Frente de Lucha de la ciudad de Abancay, en Apurímac, aseguró que las protestas continuarán.
"Nadie va a querer dialogar con ella. Mientras la señora Dina Boluarte no renuncie esto va a seguir", reveló el dirigente a Radio Exitosa.
En el Centro de Lima, decenas de ciudadanos llegaron hasta la Plaza 2 de Mayo, lugar donde habitualmente se reúnen los gremios de trabajadores para iniciar movilizaciones.
Del lado contrario, el martes, integrantes de colectivos sociales, políticos y religiosos también marcharon en varias regiones del Perú contra la anunciada reactivación de las protestas.
La denominada "Marcha por La Paz, Violencia Nunca Más", promovida principalmente por movimientos afines a la Presidenta, congregó a cientos de ciudadanos.
CA/MCP