MODO FONTEVECCHIA
CAMBIOS DE PARADIGMAS

Álvaro García Linera: "El Estado, las creencias, todo ha empezado a decaer"

El ex vicepresidente de Bolivia detalló su análisis acerca del paradigma que estamos viviendo y si esta coyuntura puede despertar situaciones como las que se vivieron con la vicepresidenta. "Sabemos lo que está mal, pero no tenemos certidumbre de lo que viene y por eso surgen estos movimientos de extremos", afirmó.

Álvaro García Linera
Álvaro García Linera | Télam

El referente boliviano del espacio marxista, Álvaro García Linera, expresó que "los ciclos ordenan la corriente política a través de consenso básicos y en este momento se están rompiendo, generando malestar en los sectores sociales". Además sostuvo que en los momentos donde lo antiguo comienza a corroerse "es muy peligroso" porque surgen propuestas de todo tipo "y ninguna tiene el poder de imponerse sobre la otra", afirmó en dialogo con  Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9)

Ayer en el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) hiciste una exposición acerca de lo que podríamos llamar el Malestar de la Cultura, en donde el mundo deja de crecer y nos ubica en medio de paradigmas conservadores y progresistas, y no sabemos cuál es el próximo ciclo de crecimiento. ¿Podrías hacer un resumen de esto?

Manejé una serie de hipótesis para entender el presente a nivel mundial, que sería una sobreacumulación de limites de todas las servidumbres vividas en las últimas décadas. Esto significa que tiene que haber un punto de inflexión. Cómo nos organizábamos años atrás en la economía: el Estado, las creencias, todo ha comenzado a decaer.

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Aún no se vislumbra el horizonte predictivo de la sociedad. El tiempo está suspendido, y por esto hay un presente angustiante que no tiene fin. Y además usé el concepto de Nikolái Dmítrievich sobre los ciclos: como las economía moderna se mueve por ciclos de entre 40 ó 60 años, donde se consolida un modo de acomodar la economía y de legitimar las relaciones económicas.

Este ciclo nacional y popular de comienzos del siglo XXI ha comenzado a transitar un declive inevitable desde el 2010, desde la gran recesión. Estamos en un momento donde sabemos lo que está mal, pero no tenemos certidumbre de lo que viene. Y esto genera tristeza o enojo colectivo.

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La segunda hipótesis que manejé es que en este época, a nivel mundial, tiene que resolverse el sistema de reorganizar la economía que permita crecimiento sostenible los próximos 30 años, y un nuevo sistema de creencias que permita cohesión social hacía autoridades y lideres económicos. Pero mientras no se vislumbren esos nuevos ciclos vamos a tener hegemonías temporales, donde propuestas mas conservadoras, más radicales pugnan sin que ninguna se pueda consolidar. 

Las ideas extremistas como respuesta

Una persona que pertenece a una ultra derecha extrema, atacó a Cristina Fernández. En este interregno ¿encontrás algún punto de conexión entre este el fin del ciclo del neoliberalismo y el estancamiento de la economía, y ese surgimiento de ideas extremas a nivel mundial?  

Cuando los grandes relatos comienzan a mostrar cansancio se producen varios fenómenos: las tasas de crecimiento caen a la mitad; el ímpetu del comercio se retrae. Además empieza a haber malestar en los sectores sociales que ya no encuentran en las promesas certidumbres a las cuales apostar, y dificultades. De esta manera, en lo político, se rompen los grandes consensos. Los ciclos ordenan la corriente política a través de estos consenso básicos.

Pero cuando estos se debilitan surge una divergencia de élite. Algunos dirán que hay que apostar a un hibrido entre libre mercado y proteccionismo. Las élites afirmarán que hay que retroceder a políticas soberanistas y localistas. Esta ruptura de las elites genera un espíritu de época nublado. Y es en el medio de ello que surgen propuestas extremas, inevitablemente.

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En los años 30 fue el fascismo. Pero previo a esto, durante 10 y hasta 15 años, el fascismo fue un intento de solución. Fue una respuesta a la crisis del liberalismo decimonónico. En los momentos donde lo antiguo comienza a corroerse son momentos muy peligrosos porque surgen propuestas de todo tipo y ninguna tiene el poder de imponerse sobre la otra.

Y de hecho, este interregno va a ser el escenario donde se están probando opciones y donde al final se va a dirimir cuál es la nueva alternativa. Porque ninguna sociedad aguanta dos décadas de inestabilidad permanente, en algún momento se tienen que aferrar a algo que les de certidumbre. De esa pugna entre esos microrrelatos extremos y centristas saldrá la nueva organización económica que se impondrá para los siguientes 40 años. 

AO PAR