Unos 2.000 manifestantes se hicieron presente en Puerto Príncipe y otras ciudades de Haití en donde se bloquearon rutas, cerraron negocios y marcharon por las calles para exigir la dimisión del primer ministro, Ariel Henry. Las protestas estallaron días después de que decenas de manifestantes organizaran una sentada frente a la residencia oficial de Henry y exigieran su renuncia.
Por otro lado, la violencia y los secuestros aumentaron en Puerto Príncipe y sus alrededores durante los últimos meses. Las pandillas rivales, que se han vuelto más poderosas desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse el año pasado, mataron a cientos de civiles en su lucha por territorio.
Una escuela de Haití es el refugio de jóvenes y niños que huyen de las bandas criminales
Y la pobreza no cesa en el país centroamericano, de los más precarios del mundo: la inflación alcanza el 29% anual y los precios de productos básicos como el arroz se han cuadruplicado o más. Además, el combustible sigue siendo escaso. Si está disponible, cuesta 15 dólares por galón (US$3,95 por litro).
Los manifestantes quemaron neumáticos para bloquear algunas rutas mientras que la policía reprimió los focos de protesta y disparó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Un país que no tiene paz.
BL PAR