China rebajó las estrictas medidas contra el coronavirus en algunos sitios, pero mantiene la rígida estrategia del Covid cero. Fue en respuesta a las inéditas protestas contra el régimen de Xi Jinping por los confinamientos masivos de millones de personas en sus casas.
Se trató de la demostración más amplia en décadas de oposición al gobernante Partido Comunista. Varias personas fueron detenidas luego de que la policía utilizara gas lacrimógeno para dispersar a las multitudes en ciudades como Pekín, la capital, y Shanghái.
El gobierno de Pekín anunció que dejará de color puertas de acceso en los portales de los edificios en los que se detectan contagios.
La demencial política de "Covid cero" en China: vigilancia masiva y detenciones arbitrarias
El incendio de un edificio en el que murieron 10 personas desencadenó la semana pasada la indignación popular porque quienes quedaron atrapados entre las llamas encontraron las puertas bloqueadas a raíz de las medidas aplicadas contra el coronavirus.
Una política que caldeó los ánimos
La política de Covid cero, una de las más drásticas del mundo, pretende aislar a las personas infectadas, pero algunas personas se han visto obligadas a permanecer hasta cuatro meses en sus casas sin posibilidad de salir para comprar comida.
El exceso de celo, con controles reforzados, provocó quejas por el perjuicio para la población. La cifra de casos diarios subió el lunes a 40.347, incluidos 36.525 sin síntomas, en un país de 1.400 millones de habitantes.
Coronavirus en China: las nuevas restricciones también impactan en la economía
En la metrópolis comercial y manufacturera de Guangzhou, en el sur de China, donde se concentran ahora los contagios, algunos vecinos ya no tendrían que someterse a pruebas masivas.
Las protestas se extendieron al menos a ocho grandes ciudades después de que al menos 10 personas murieran el jueves en el incendio de un edificio de oficinas en Urumqi, en la región noroccidental de Xinjiang.
AO JL