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MODO FONTEVECCHIA
Enriquecimiento ilícito

Cientos de políticos que dejan su función viven sin trabajar del dinero de la corrupción

Diego Cabot, el periodista que reveló la Causa Cuadernos, reflexionó sobre el poder, la corrupción y el financiamiento político en la Argentina. "Allá arriba, donde se hacen negocios y más, no hay grieta", señaló.

Casa Rosada
Casa Rosada | GCBA

Diego Cabot, periodista de investigación que destapó la Causa Cuadernos, afirmó que “cientos de políticos que dejan su función viven sin trabajar del dinero de la corrupción”. En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), aseguró que el dinero de las coimas "no solamente financia las campañas políticas, sino que financia el esquema político en general y financia la vida de los políticos mucho más allá de cuando terminan un cargo".

Diego Cabot es un abogado graduado en la Universidad de Buenos Aires. Cursó un máster en Periodismo en la Universidad Torcuato Di Tella, un posgrado en Opinión Pública en Flacso y un programa de Desarrollo Directivo en el IAE. Es un reconocido periodista de investigación, destacado por su rol central en la revelación de la causa de los cuadernos de las coimas.

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En primer lugar, quiero felicitarte. Fue la investigación del siglo. A mí me tocó seguir muy de cerca el caso Lava Jato en Brasil y entrevistar varias veces a Sergio Moro. Y siempre ponía el ejemplo de que había que primero investigar a los empresarios para lograr conseguir las pruebas, para luego condenar con pruebas a los funcionarios. Él había hecho su tesis doctoral en Mani pulite. ¿Cuál es tu balance con los años que pasaron desde que vos hiciste la primicia hasta hoy? ¿Creés que aquella tesis de Moro es correcta?

En realidad, sí. Esta investigación tiene esa particularidad en Argentina, donde era muy difícil, o es muy difícil, ir sobre los poderes constituidos, entre otros, los empresarios. Me parece que esta investigación arroja ahí un poco de luz para ver que efectivamente los sistemas requieren de dos partes. Efectivamente, hay uno que paga y otro que recibe, y que en el medio, digamos, se cocina gran parte de los fondos públicos.

Y no solamente eso, sino que es el esquema predilecto para el financiamiento de los partidos políticos, o de la política, más que de los partidos. Los partidos tienen financiamiento estatal, pero la política como se la conoce tiene una gran fuente de financiamiento en este tipo de engranajes. Con lo cual, estoy absolutamente de acuerdo en que hay que investigar a los empresarios. Yo me mi vida profesional andando o transitando ese lugar, donde la regulación encuentra a la regulación, los contratos, las concesiones, las compraventas y demás. Las provisiones encuentran a los empresarios con los funcionarios.

Y finalmente se dio esta investigación que, por primera vez, lleva a unos y a otros. Me parece que ese es como el gran hallazgo de este caso, que además tiene otra particularidad: gran parte de lo que hoy se conoce está narrado en las confesiones por los propios protagonistas. Me parece que eso también es un elemento que le da muchísima más solidez.

Eso me decía Sergio Moro, que el tema del arrepentido solamente podía justificarse en la medida en que luego lo que decía el arrepentido tuviera pruebas a posteriori que confirmaran que lo dicho se corroboraba con la realidad. Es decir, era un indicio para ir a conseguir pruebas, no era una prueba en sí misma. En este caso de los cuadernos son la confirmación de lo que dicen luego los propios empresarios.

Claro, y no solo eso. En algunos casos, la geolocalización de los teléfonos y los cruces de llamadas son absolutamente congruentes con lo que estaba anotado y con lo que dijeron los empresarios. Después, hay una correlación perfecta entre las fechas de pago de los certificados de obra, por ejemplo, o de algún tipo de factura que te deba el Estado por algún contrato, y la fecha de pago y de encuentro. Incluso hay algún caso de alguien que, teóricamente, pagaba o entregó algunos millones de dólares, creo que cuatro, en unas valijas en Pampa y Figueroa Alcorta, y dos horas antes esa empresa, en el Mercado Único de Cambios, compró dos millones o tres millones de dólares. Hay una correlación. La idea sería que en un proceso penal hay algunas pruebas y otros indicios, hay que rodear todos esos hechos de la mayor cantidad de pruebas y la mayor cantidad de indicios que te indiquen que una conducta efectivamente fue como la que vos estás, en este caso, tipificando. Me parece que eso está en muchos casos. Seguramente habrá otros que no, como en todo proceso. Algunas cosas se prueban y otras es imposible hacerlo porque te falta un engranaje probatorio.

Una de las cosas que el kirchnerismo repite casi como un mantra es que todo esto estaba armado por Mauricio Macri, por la justicia de Macri, por los jueces que nombró Macri en posiciones importantes, ya sea en Casación o en la Corte Suprema. Incluso te diría que tienen más odio hacia Macri que hacia Javier Milei. Teníamos una controversia el otro día con el abogado de Cristina aquí en este programa. La persona que aparece más veces indicada como pagando coimas es, casualmente, el primo de Macri, Ángelo Calcaterra, que además es el que había comprado la empresa de Franco Macri. Me gustaría tu propia reflexión respecto de si los empresarios representan algún sector ideológico o finalmente no es así y simplemente les toca a todos.

Es claro lo que vos decís. Ese fue un argumento muy esgrimido, pero en realidad hay muchos que dicen: “No, porque Macri…”. El único que denunció al primo de Macri fui yo. El kirchnerismo, si tantas pruebas tiene, lo podría haber hecho. Sin embargo, no hay ninguna denuncia. Yo entiendo que ellos hacían negocios así, que los empresarios son los corruptos. Está bien este núcleo, porque ahí no hay que generalizar, pero que este núcleo tenía razón. En eso yo le doy la razón al kirchnerismo. Lo que nunca dijeron ellos es que eran socios. Pero efectivamente había corrupción ahí. El problema es que estaban asociados. Eso es lo que descubrimos nosotros.

Ese argumento yo lo escuché de entrada y además es algo relativamente poco atendible. Durante mucho tiempo conviví con esto en soledad, antes de que se publique, sin que nadie sepa nada, y te vas preparando. Yo ya sabía que irremediablemente esta investigación iba a caer en el medio de la grieta. Lo que sí te digo es que arriba, allá arriba, donde se hacen negocios y más, no hay grieta. Allá hay negocios. La grieta es una diversión de los mortales que estamos mucho más abajo en la pirámide de ingreso de una sociedad. Arriba no hay grieta, arriba hay negocio, hay intereses, hay sociedades, pero no hay grieta.

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En el caso por el que Cristina ya está condenada hay una discusión que tiene el argumento de que no es lógico que se diga que ella debía saber, que tenían que probar que ella supiese, porque si no todo presidente sería responsable por los delitos que cometiera cualquiera de sus funcionarios. En en el caso de los cuadernos, desde tu propia perspectiva, ¿cuál es la responsabilidad de Cristina Kirchner, persona física?

Sin duda que ella estaba al tanto, porque era un esquema que lo armó su marido y ella lo mantuvo y lo continuó. Así que ahí hay un principio de continuidad. Lo armaron ciertos funcionarios que ella podría haber cambiado a todos. No te olvides que en 2011 ella gana, su marido ya había fallecido el año anterior, y podría haber cambiado a todos los funcionarios. Y todos, absolutamente todos, fueron confirmados. Cuando asume de presidenta, saca a Ricardo Jaime, que estaba muy asociado a la corrupción de entonces, con sociedad con su marido, y ella lo saca y se va el secretario de Transporte, que era su cargo. Sin embargo, confirma todo este esquema de Vialidad de los puestos altos, los puestos medios y los puestos que tenían poder de decisión, y a los ministros, al secretario (Roberto) Baratta, a José López, y los mantiene hasta que se va. Con lo cual, ahí hay un principio de consecución.

Después tenés muchos testimonios de muchísimos arrepentidos y no arrepentidos, porque hay algunos que reconocen hechos, pero no son arrepentidos. Por ejemplo, el caso de (Juan Manuel) Abal Medina. Él dijo que no tenía nada que ver, pero es verdad que le llevaban en 2013 bolsos a la Casa Rosada. Dijo que pensaban que eran aportes de campaña y los dividía de forma muy transparente para gastos de campaña, pero nunca niega que le echaban bolsos al despacho de la Jefatura de Gabinete. Hay muchos testimonios que, aunque no son arrepentidos, lo reconocen en indagatoria, y dan cuenta de que ella estaba al tanto. Y no me parece que ella no pueda estar al tanto cuando el acopio de dinero se hacía en su casa.

Las campañas presidenciales tienen un costo declarado y un costo mucho mayor que no es el declarado. Y esto vale para el kirchnerismo como para el resto de los partidos. ¿Lo que pasó con el kirchnerismo es la forma grosera de hacerlo? Aun así, la forma grosera en la que lo llevaban adelante lo distingue de los otros partidos. ¿O creés que no, que era plata que no era solo para la campaña, sino también para quedarse?

No. Yo estoy seguro de que esto era plata para hacerse ricos. De hecho, yo siempre me pregunto, si mañana La Nación me deja sin trabajo, yo te tengo que llamar a vos y a los cinco empresarios dueños de medios de la Argentina, porque no tengo trabajo. Si no tengo, tengo que trabajar. Si yo me quedo sin trabajo, seguramente te llega un mensaje mío: “Jorge, si tenés algún lugar, pensá en mí”, como cualquiera de los mortales cuando termina de trabajar.

Sin embargo, la política en general, pero el kirchnerismo en particular, no trabaja después de que se van. ¿De qué trabajan gran parte de los funcionarios, de los exfuncionarios kirchneristas? ¿De qué trabaja Massa hoy? ¿De qué trabaja cantidad de políticos? Pero cantidades, buscá los que quieras, hay decenas, centenares. Entonces, esta plata financia a la política mucho más allá que a la campaña electoral. La campaña electoral es lo de menos, porque ellos saben muy bien cómo se dibujan los gastos, cómo se dibujan los ingresos, y saben muy bien las penas que hay, que son prácticamente administrativas. Cientos de políticos que dejan su función viven sin trabajar del dinero de la corrupción.

Las campañas se revisan de forma casi administrativa, a ver si está el recibo o no está el recibo de la compra de resmas o de la impresión de tal o cual afiche. Sin embargo, la política en general y los políticos en particular tienen otro sistema de financiamiento. ¿Cómo se financian? ¿Cómo ponés en movimiento, por ejemplo, un aparato monstruoso para hacer un acto en Plaza de Mayo, que era antes moneda corriente y ahora no? ¿Por qué no? Bueno, porque hay menos movilización, menos capacidad de movilización, sí, pero también es verdad que alguien tiene que poner la plata, porque perdieron la caja del Estado.

Estoy seguro de que esa plata no solamente financia las campañas políticas, que es lo de menos, sino que financia el esquema político en general y financia la vida de los políticos mucho más allá de cuando terminan un cargo. Según lo que cobra cualquier funcionario que está en la función pública, cuando termina la función pública debiera volver a trabajar, porque no tiene capacidad de ahorro, mucho menos de salvarse. Y, sin embargo, permanecen en la vida política sin cargos ejecutivos que les den un ingreso, y permanecen décadas.

Entonces, ese fenómeno es muy impresionante y va mucho más allá de una campaña electoral, con la que yo hasta te diría que estoy de acuerdo con que el sector privado también aporte. No me parece mal. En Estados Unidos, en todas las democracias del mundo, el sector privado muchas veces aporta, y si lo hace en blanco, si lo hace declarando. Hasta eso no me parece un escándalo. Lo que sí me parece un escándalo es que los políticos entren en función pública siendo uno más, dejen de trabajar y no trabajen nunca más. Nunca más. Yo te tengo que llamar mañana a la mañana si me quedo sin trabajo, porque a fin de mes no puedo pagar la despensa.

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Me gustaría que compartas los momentos de vicisitudes que tuviste, los momentos de soledad que atravesaste, inclusive los momentos en que tuviste hasta problemas jurídicos por esta propia causa, que hoy vuelve a cobrar centralidad, pero pasaron varios años en los cuales todo lo que tenías y cosechabas eran problemas en lugar de los elogios que largamente te merecés.

Tal cual vos decís, fueron momentos como de mucha soledad. Yo no lo conocía a (Carlos) Stornelli. Cuando sucedió esto, yo acudí a él porque él era el fiscal que tenía presos a gran parte de los personajes que estaban en esta trama, como en la famosa causa de Gas Licuado, que hace poco tuvo las primeras condenas. Y yo fui a él, y él me dijo: “Yo creo que vos tenés claro lo que significa denunciar al poder siendo un don nadie, ¿no? Porque yo andaba con la libretita, ando en bicicleta, ¿entendés?”. Y entonces me dice: “Yo te explico. Vas a pasar un momento de euforia y después es una soledad absoluta que quizás te dure toda la vida, porque si esto no llega a juicio, si esto no avanza, te vas a convertir en una persona molesta y nadie más te va a dar ni trabajo, ni esto, ni lo otro. Van a ser momentos de mucha, pero mucha, pero mucha soledad”. Y así fue.

Me la pasé entrando a lugares a ver gente, empresas, empresarios, fuentes, por la puerta de servicio, para ni siquiera dejar asentado que había ido a ver a tal o cual en el libro de entrada de un edificio. Entonces, fueron momentos muy delicados, de mucha soledad, donde todo el mundo te dice: "¿Viste lo que es? Cualquier cosa que necesites...”. Pero cuando necesitás algo, son pocos. Hay mucha palabra de circunstancia, de cliché, de letra de molde, como dice Cristina. Y después, cuando necesitás algo, no hay nadie. Trabajo en una estructura como La Nación, como es un medio, pero salís a la calle y estás solo. No es que La Nación me acompañe a todos lados.

Entonces, fueron momentos muy difíciles. Intentaron cuestiones jurídicas: pidieron al municipio de Vicente López las cámaras para saber dónde yo me movía, intentaron abrir mi teléfono, intentaron hacerme huellas dactilares en las manos para ver si yo había tocado o no los cuadernos, además de descalificarme. Entre los pocos activos que tenemos los periodistas es que, al menos, alguna parte de la audiencia nos crea, y algún dueño de medio le interese pagarnos para que nosotros generemos contenido. Cuando se metieron con mi credibilidad, con todo, para mí fue violento. Hoy, por ejemplo, me llegó de un amigo que alguien me amenazó en redes sociales, con una foto mía con mis hijos. Y eso me pasó hoy, y es a diario. Te juro que es a diario, y a veces es muy cansador. Bueno, ¿qué te voy a decir a vos? También tuviste lo tuyo.

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