En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), Claudio Drescher, director estratégico de Jazmín Chebar y presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, advirtió que el sector atraviesa un momento crítico por la caída de la demanda y la apertura de importaciones sin control. Sostuvo que la política comercial actual “solo beneficia a los consumidores”, pero remarcó: “Un gobierno no puede tomarnos únicamente como compradores, sino como habitantes de una sociedad que debe mantenerse equilibrada”.
Claudio Drescher es el director estratégico de Jazmín Chebar. Es el presidente de la Cámara Industrial Argentina de Indumentaria.
Industria textil en crisis: caída del consumo, importaciones récord y pérdida de empleo en Argentina
El presidente del coloquio de IDEA nos hablaba con cierto grado de optimismo. Él espera que se aprueben las reformas laborales e impositivas para que la economía comience a crecer. Usted representa uno de los sectores más golpeados por la política del Gobierno. Es mano de obra intensiva y es muy afectado por las importaciones de lugares donde las personas trabajan seis días por semana, nueve horas por día. Nos gustaría que nos hicieras un panorama de lo que está padeciendo hoy la industria textil y al mismo tiempo ella como representante de la industria en general.
Podríamos decir que no es un gran momento. Existe una enorme preocupación en el sector industrial en general, sobre todo el de mano de obra intensiva y sobre todo en las PyMeS. El sector PyMe está fuertemente golpeado. Se habla de 15.000 empresas menos, y hay 150.000 empleos formales menos de acuerdo a los números que da la UIA (Unión Industrial Argentina). Hay un golpe al sector industrial muy fuerte, porque consideramos que la industria, dentro de los sectores que permiten el desarrollo de un país, significa una parte muy importante del potencial que tiene la Argentina.
No logramos entender por qué no hay una política decidida de respaldo a esto. Se ha disuelto la secretaría PyME. Llamativamente un gobierno desarma un organismo que a nivel internacional es tan importante. Se conocen las grandes empresas en el mundo, pero tanto en Alemania, como en Japón, como en Estados Unidos, el entramado PyME es el que sostiene a estas grandes empresas
Y esencialmente Italia, del cual además tenemos una cultura por ósmosis, dada un porcentaje en nuestra inmigración.
Con lo bueno y con lo malo. Italia exporta 60.000 millones de dólares en productos vinculados con la moda y con lo que es la industria de la moda, sector al que representamos como cámara. Imagínate el potencial que tiene, y Argentina tiene una estructura y una capacidad de diseño y de branding que es superlativa a nivel internacional. Estamos entre los 20 países con mayores condiciones para desarrollar de esto un negocio muy importante para la Argentina, no solamente en la generación de trabajo, sino en la exportación.
Mi empresa, Jazmín Chebar, es una empresa que se pensó, se diseñó y se ilusionó con ser una empresa global. De hecho, hoy exportamos a más de siete países. Hoy a la tarde cerramos un negocio muy importante en México y estamos exportando el diseño argentino fabricado en la Argentina a países como Chile, Paraguay, Uruguay, Perú, Colombia y ahora sostenidamente en México. Esto ha sido una carrera con obstáculos permanentemente porque no se ha facilitado en nada. Por ejemplo, no hay créditos para la exportación. En este momento no hay créditos para nada porque la tasa es ridícula, directamente de un país en desorden económico.
Si se mantuvieran estas tasas no queda nada en dos meses, no queda nada.
Exactamente. Entonces es muy frustrante para una PyME, una de las tantas PyMEs argentinas que están en condiciones de exportar, que haya trabas sistemáticamente con un valor del dólar que es muy cuestionado. Creo que cualquier persona en lo cotidiano cuando paga algo y lo traslada a dólares se da cuenta que no está funcionando bien. No hay que ser economista para entender esto. Entonces el Gobierno no está dando señales para apoyar a las PyMEs, para apoyar a la industria. Y para nosotros, que siempre soñamos con una empresa global y con el orgullo de que un producto argentino esté en vidrieras de todo el mundo, no es fácil para nosotros. Es una traba permanente.
Tenés una marca que está cargada de valor. Yo recuerdo que se discutía qué porcentaje del componente de un producto es publicidad, cuánto es la marca y cuánto es el valor del producto mismo. Y siempre recuerdo que se ponía el ejemplo de que en McDonald's era 12%, en Disney 15% y en Armani 80%. Vos tenés un producto de valor agregado muy grande, que me parece que te permite competir con mayor fortaleza frente a la importación china. Lo que escucho de los textiles, podríamos decir de productos más masivos, es que les es absolutamente imposible.
Es imposible. No es el caso de Jazmín, pero en publicidad nosotros invertimos el 3% y el resto es producto, es calidad. Son productos generados con una identidad muy fuerte que no copia nada en el mundo, con lo cual por eso realmente las clientas de otros países lo toman. En relación al famoso tema chino, si tomamos cualquier rubro es imposible competir con los chinos. No es un problema de la industria de la moda. No vamos a competir en autos, no vamos a competir en locomotoras, no vamos a competir en inteligencia artificial. Es un tema en el que Donald Trump ha actuado quizás brutalmente, pero dijo que si no pone aranceles, no puede competir, y si no compite pierde empleo, y si pierde empleo, los Estados Unidos empieza a decaer. Es una versión absolutamente contrastante con lo que se hace acá. Hay una amistad entre ambos presidentes, que puede ser buena para el país, pero aplican dos políticas totalmente distintas.
Acá hay una importación abierta donde gastamos dólares que no tenemos y que después lo tenemos que pedir prestados urgentes. En 20 meses hemos pedido dos salvatajes. Imagínense una PyME si se queda sin recursos. ¿A dónde va a buscar dos salvatajes para ponerse en orden? Entonces, creo que ahí hay una política de abrir mercado sin poner las restricciones o los aranceles que protejan a la industria y al mismo tiempo beneficien a los consumidores. Cuando yo hablo con el Gobierno, muchos de ellos tienen excelentes intenciones de sacar el país adelante y hablan de los consumidores. El consumidor se beneficia si llega un producto más económico. Es cierto. El tema es que somos ciudadanos aparte de consumidores. Entonces, puede ser que nos beneficiemos con un producto chino de baja calidad, como el caso Shein, y compremos muy barato, pero como somos ciudadanos y somos parte de la sociedad. Si hay desempleo, hay marginalidad, y no nos beneficiamos. Un gobierno no nos puede tomar solamente como compradores, sino también como habitantes de una sociedad que tiene que estar equilibrada.
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Probablemente esa es la discusión en la época de Clinton. Se planteaba de que China ayudaba a mejorar la calidad de vida de los norteamericanos porque eran consumidores. Trump lo que demuestra es que llevado eso al extremo, el problema es que se quedan sin consumidores porque no tienen trabajo. ¿Cómo evaluás entonces la economía argentina y cuáles son tus perspectivas de aquí en adelante? ¿Qué te imaginás que va a pasar después de las elecciones? ¿Cómo planificás 2026? Eso le preguntábamos al presidente del coloquio de IDEA.
No sé qué contestó el presidente. Yo solo puedo decirte que hace 48 horas tuvimos una reunión de equipo y teníamos que definir nuestro proyección de ventas para el año 2027. Porque en la industria de moda comprás las materias primas con mucha anticipación porque hay que diseñarlas y se desarrollan las estampas. Como como presidente de la compañía tengo que decir cuánto vamos a vender y a qué precio vamos a vender en el año 2027. Evidentemente es absolutamente imposible. Es una quimera tener algún elemento real y objetivo que nos permita tomar esas determinaciones.
Es imposible proyectar una industria. Hablamos de la falta de competitividad de la industria argentina, pero nos pasamos más tiempo viendo cómo sobrevivir que cómo desarrollarnos. Ese es el tema. Entonces, es muy difícil que a vos te digan en un periodo que hay que fabricar todo en Argentina, que se cierre el mercado y que lo protejan, algo que nosotros como empresa y como cámara desestimamos totalmente. Desestimamos totalmente el sistema de protección de economía cerrada. Nosotros estamos de acuerdo con una política comercial abierta, inteligente. Esto significa que tiene que haber aranceles de importación al sudeste asiático y a China y que tiene que haber un dólar de equilibrio. En esas condiciones tenés que competir.
Lo que nos dificulta es que si nosotros invertimos en producción porque va a haber un inconveniente con las importaciones, compramos máquinas. Pero viene un gobierno que nos dice: "No fabriques nada. Vos tenés que importar y ver y producir en el lugar más barato". Entonces, toda la inversión que hiciste en maquinaria no te sirve y hoy estamos al 50% o 60% de capacidad instalada.
Menos que en la pandemia.
Menos que la pandemia. Si tomamos este rubro está en el 40% y la cantidad de despidos que ha habido es enorme. Lo que estamos esperando nosotros del Gobierno y de la política económica es que haya una política integral que desarrolle aquellos aspectos de la economía argentina que sirvan para que realmente esta sociedad avance. No es solamente industria, es el campo, es la minería, es la industria del conocimiento. Es más compleja la Argentina que Chile, por ejemplo, que con el cobre y con alimentos tiene una balanza comercial altamente positiva y exporta más que Argentina con 19 millones de habitantes. Es insólito esto.
Acá no hay una política a largo plazo. Y lo que vemos las PyMES que sufrimos esto todo el tiempo permanentemente. Lo de la tasa de interés no es de un país normal. Muchos me dicen que la macro está ordenada, pero no hay ninguna macro ordenada. Si no sabés si el 27 de octubre se va a devaluar, si no sabés si va a haber bandas y si no sabés qué política se va a desarrollar, es muy imposible desarrollar política a largo plazo.
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Vos mencionabas a Chile, un ejemplo de cierta inspiración para el Gobierno respecto del modelo económico que tuvo. Es un país que tiene muy poca industria y que exporta elementos primarios, minerales y algunos alimentos. La Argentina tiene un acuerdo con el Mercosur hace 25 años en el que genera ventajas competitivas para el Mercosur y ni todos los países que mencionás no son del Mercosur. ¿Por qué no exportar a Brasil?
Brasil es un país muy complejo. He tenido el placer de hacer negocios con Brasil y en la industria de la moda tiene una particularidad en el manejo de los colores y de la estructura. Es como un continente Brasil, con una cultura muy fuerte y maravillosa. El tipo de desarrollo y de estética jazminiana, por llamarlo de alguna manera, es mucho más de ciudad cosmopolita del mundo.
Jazmín Chebar está instalado en Chile hace 13 años. En esos 13 años estuvieron Michelle Bachelet, Sebastián Piñera y Gabriel Boric, y no tuvimos ningún cambio. Yo no tuve que hacer ningún ajuste en mi política para desarrollar esa empresa en Chile.
Y los argentinos que van de fin de semana largo a comprar a Chile, ¿compran en Chile Jazmín Chebar al mismo precio que en Argentina o más barato?
Un poco más barato.
¿Y por qué se vende más barato en Chile que acá?
Porque no tiene la carga impositiva que tiene Argentina. Fabricado en Argentina estamos hablando. Para llevarlo a Chile tengo un gasto del 9% porque obviamente hay que llevarlo, pero vos tenés diferencias en el IVA, 19 a 21%. Y acá tenés Ingresos Brutos, Impuesto al Cheque, 1.8% de arancel de tarjeta y para vender en seis cuotas, que es la única forma de vender en la Argentina, tenés hoy el 15% de financiación. Allá es el 3%. Está entre el 15 y el 20% más barato el mismo producto. Argentinas compran Jazmín Chebar en Chile viendo la diferencia de precio.
The Economist tenía el índice Big Mac para decir si un país estaba con la moneda atrasada o no y colocaba el precio del Big Mac dentro en distintos países. Ahí podríamos decir que en el caso vos tenés una especie de túnel de viento perfecto que la misma prenda fabricada en la Argentina se puede vender a un 15, 20% menos en Chile que en la Argentina.
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