El Fondo transmitió que la negociación avanza, al tiempo que el Gobierno lanzó medidas para reforzar las reservas y la recaudación.
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Miniacuerdo, preacuerdo, acuerdo por Twitter. Los analistas le ponen diferentes nombres a lo que existe hoy entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional, tras el medido anuncio realizado el domingo por ambas partes que promete, sin demasiados detalles, un pronto cierre.
Lo cierto es que el FMI transmitió que la negociación avanza, al tiempo que el Gobierno lanzó medidas para reforzar las reservas y la recaudación, con la decisión de mejorar el dólar agro y así conseguir 2.000 millones de dólares extra, mientras que se encareció el dólar para muchas importaciones.
La Argentina tiene compromisos urgentes y cuantiosos con el Fondo. El 31 de agosto debe cancelar un pago de 2.700 millones de dólares y, el 1° de agosto, otros 830 millones de dólares.
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La clave está en los tiempos. Este acuerdo de palabra difundido durante el fin de semana debe transformarse en el documento formal que el staff técnico del Fondo debe elevar al Directorio del organismo y éste, luego, debe tratar y aprobar.
Los conocedores de esta clase de negociaciones aseguran que es casi imposible que todo ese proceso pueda completarse antes del 31 de agosto y que, antes de ese día, llegue la aprobación del board del FMI y con ello el desembolso del dinero. Aún cuando se sabe que las formalidades puede acelerarse cuando existe decisión política, lo más probable es que ese objetivo no llegue a cumplirse.
De esa forma, la Argentina debería volver a recurrir a los yuanes del swap que tiene el Banco Central con su par de China para poder pagar. Para eso, debería activarse el segundo tramo de 5.000 millones de dólares (en realidad, su equivalente en yuanes) del swap, una promesa que Massa trajo de su último viaje a China.
Mientras tanto, el FMI publicó su pronóstico sobre la economía mundial (informe conocido como WEO, por sus siglas en inglés). Allí, sus pronósticos sobre la Argentina fueron sombríos: el Fondo espera una caída del PBI de 2,5% y una inflación del 120% para este año. Solo tres meses atrás, el mismo reporte estimaba un crecimiento del 0,2% y una inflación del 88%.
