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MODO FONTEVECCHIA
El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 736: Los diciembres de Caputo, de 2017 a 2025

El Banco Central libertario anunció algo similar al 2017: las bandas dejarán de aumentar según el 1% del crawling peg y se regirán por la inflación. Se abre una caja de Pandora que puede hacer repetir una historia que por ahora solo rima.

Día 736: Los diciembres de Caputo, de 2017 a 2025
Día 736: Los diciembres de Caputo, de 2017 a 2025 | CEDOC

Este lunes sucedió un hecho similar a uno que tuvo lugar el 28 de diciembre del 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri. Se dijo que las metas de inflación, es decir, el número que el entonces gobierno decía que intentaría alcanzar para bajar la inflación, no sería la guía para intervenir sobre el dólar. Se venía de un intento de reforma laboral frenado por la CGT, los movimientos sociales y la izquierda, además de una reforma previsional acotada que si bien había sido aprobada había dejado golpeado al Gobierno. Al igual que Milei, el Ejecutivo venía de un triunfo electoral de medio término contundente.

Hoy, como en esos países en los que las películas y series son protagonizadas por los mismos actores porque son pocos, Santiago Bausili y Luis Caputo están al frente de una situación similar. Federico Sturzenegger antes en el Banco Central, ahora en el Ministerio de Desregulación, termina de completar un cuadro bastante parecido. El Banco Central libertario anunció algo similar al 2017, que las bandas dejarán de aumentar según el 1% del crawling peg, previamente pautado por el mismo Central, y se regirán por la inflación. Se abre una caja de Pandora que puede hacer repetir una historia que por ahora solo rima, aunque rima bastante o puede generar una salida exitosa.

Tenemos las dos tapas de La Nación para comparar. Ambas dan cuenta de una manera bastante aséptica la situación. En diciembre del 2017 se remarcaba el aumento del dólar. Ayer, los dólares paralelos se movieron, el oficial no llegó a operar. Es impresionante de la impresión de que la historia se repite.

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Además, Milei también viene envalentonado con la reforma laboral y posteriormente la reforma previsional. La CGT ya anunció una movilización y buena parte de los diputados e incluso figuras que vienen del propio macrismo dijeron que la reforma es demasiado agresiva con los trabajadores.

El Gobierno anunció a través de las autoridades del Banco Central que las bandas cambiarias empezarán a regirse por la inflación y no a través de la devaluación mensual del 1%, conocida como crawling peg. A la vez, se comunicó que se iniciará un plan de compras de reservas de dólares. Esto es algo que el FMI, el mercado y prácticamente todos los economistas le venían aconsejando.

¿Esto qué significa? Ahora, el valor del dólar oscila entre los 921 pesos y los 1518 pesos. El Banco Central sólo interviene cuando el dólar toca el piso comprando dólares, lo que nunca ocurrió y cuando el dólar toca el techo, vendiéndolos, lo que sí ocurrió en reiteradas ocasiones. Estos valores del piso y el techo se modifican al ritmo constante del 1% mensual. Esto hace que quienes compren dólares, puedan prever un valor de la moneda norteamericana y en general prefieran tener su dinero en bonos en pesos que les da más interés en este momento. Ahora, si el dólar oscila según la inflación, empiezan a entrar otras variables en juego. De cualquier forma, va a ser previsible porque se va a regir por la inflación de dos meses después.

Además, el Gobierno venía sosteniendo un dólar barato para controlar la inflación. Es decir, se propuso ganar las elecciones controlando la inflación a través de controlar el dólar. Todos los productos que consumimos tienen costo de traslado que se hace con combustible que tienen precio en dólares o se fabrican con máquinas que también son importadas y pagadas en dólares, etc. De esta manera si sube el dólar, suben los productos.

Todos los gobiernos han hecho diferentes artilugios para controlar el dólar. Hubo cepos de todo tipo y el esquema de las bandas, si bien es más libre que un cepo, no un esquema totalmente libre y presupone que el Central deba gastar reservas en sostener ese valor. Esto ha llevado al gobierno a endeudarse para sostener un valor del dólar bajo con el objetivo de ganar las elecciones. Lo consiguió, ahora puede corregir el error y acumular reservas, algo que uno de los acreedores más importantes de la Argentina, el Fondo Monetario Internacional (FMI), pide constantemente.

En el fondo, como sucedió en diciembre del 2017, todo se cruza. Finalmente, el máximo capital de un gobierno es la confianza que genera. Milei quiere hacer pasar el Presupuesto 2026 y la reforma laboral. Si lo logra hacer con éxito, probablemente los mercados confíen que podrá comprar reservas, bajar el riesgo país a 500 puntos y de esta manera volver al mercado de crédito internacional y sacar préstamos puentes que irá pagando otros y de esta manera irá saldando vencimientos de deuda sin tocar reservas propias.

Si Milei pierde el control del presupuesto y la reforma laboral es un fiasco, sucederá algo similar a los meses de derrota legislativa de este año. Votaciones adversas en el Congreso eran respondidas por aumentos del dólar porque el Gobierno dejaba de generar la confianza de alguien que le pueda seguir pagando a los bonistas los altos intereses y estos huían al dólar.

Esto hizo que rompa el techo de la banda. De hecho, todo afectaba las denuncias de corrupción también afectaban drásticamente el esquema cambiario del Gobierno. Una vez mencionamos en Modo Fontevecchia que se había roto “el veto de la banda de Milei”, como un doble sentido, que la votación en contra del veto presidencial de “la banda de Milei”, considerada “banda”, como “banda de delincuentes” por quienes lo denunciaban en el caso Andis, hacía que se rompa el techo de la banda cambiaria. Está todo imbricado. Y ahora, con esta medida, aún más y con menos margen para intervenir.

No obstante, esta caja de Pandora que abre el Gobierno es una caja de Pandora correcta. Es decir, endeudarse para gastar las reservas en mantener un dólar artificial para con la misma artificialidad bajar la inflación y ganar las elecciones es un esquema imposible. Esto implica un paso racional en ese sentido. Ahora, corregir un error, cuando lleva mucho tiempo cometiendo, puede traer peores condiciones que mantenerlo que tratar de resolverlo sin que nadie lo note. Esto, corre el riesgo de ser descubierto y que sea aún peor.

El Gobierno cede ante la presión del FMI e implementará un esquema para el dólar con riesgo inflacionario

En “El Mago de Oz”, un hombre ordinario, tras un accidente con su globo, aterriza en la tierra de Oz. Los habitantes, al verlo descender del cielo, cometen el error de pensar que es un poderoso mago enviado por los dioses. Para evitar la consecuencia de ser expuesto como un simple charlatán, este hombre decide mentir, ocultándose y construyendo una identidad de un hechicero místico e invisible que gobierna la Ciudad Esmeralda.

Al mantener esta mentira, asegura su posición de poder. Cuando la niña Dorothy y sus amigos llegan con problemas imposibles, el Mago, aunque no puede usar magia, se siente obligado a actuar (arreglar el error) para no ser descubierto. Les pide algo imposible (matar a la Bruja Malvada) para ganar tiempo. Al final, un perro pequeño llamado Toto descorre una cortina y se revela que el gran mago es solo un hombre pequeño operando maquinaria, exponiendo su mentira.

La paradoja es que, al ser forzado a la verdad y perder su autoridad, el hombre común puede, por fin, usar sus verdaderas habilidades (ingenio, psicología, conocimiento de globos) para dar a sus amigos las soluciones que buscaban, algo que no podía hacer bajo la presión de mantener la gran mentira. Esperemos que esto mismo le pase al Toto real, que, si bien en la ficción el perro es el que se llama Toto, quien realmente sería el ministro es el hombre común que se hace pasar por mago.

La diferencia entre el Mago de Oz del cuento y el mago de las finanzas que tenemos como ministro de Economía es que, cuando al protagonista lo descubren, admite su error. Caputo, en cambio, siempre está diciendo algo distinto. Es una suerte de eterno Mago de Oz. Recientemente, el ministro defendió el actual esquema de bandas. "Las bandas están bien calibradas, en particular el techo", aseguró. Si estaba tan bien calculado el techo, ¿por qué cambiarlo?

Es impresionante cómo Caputo miente y tergiversa. En otra ocasión dijo que Argentina se va a poder endeudar al 6,5% de interés, y finalmente fue al 9,2%. Trata de confundir con la diferencia entre comprar y acumular, y cuando Antonio Laje correctamente le repregunta, ahí plantea el fondo de la cuestión. No acumulamos porque no tenemos acceso a los mercados, entonces tenemos que pagar la deuda con reservas. Algo que es relativo. También podríamos pensar que no podemos endeudarnos con los mercados externos porque no acumulamos. Es decir, una inversión de los términos. De hecho, es eso justamente lo que parece que quieren hacer. Esto es especialmente importante porque de acá hasta el fin del 2027, el Gobierno deberá pagar deuda por 57 mil millones de dólares.

Anteriormente había gritado en el streaming de Alejandro Fantino que el dólar “flota” y, cuando le preguntaron por el atraso del dólar, soltó el tristemente célebre “comprá, campeón”. Con todos estos planteos que luego no se verifican con la realidad, el ministro mina su credibilidad y su palabra se vuelve menos eficaz para intervenir y traer calma en la economía.

También podemos pensar que quien juega el papel del perro Toto es Scott Bessent, el titular del Tesoro norteamericano. Desde el Tesoro plantearon que no hay fondos frescos de salvataje para Argentina, que contaba con otros 20 mil millones de dólares. De esta manera, si no hay más posibilidad de endeudarse fuertemente ahora, es normal que Caputo deje el dólar más alto para poder acumular reservas y generar la posibilidad de endeudarse por otras vías.

Vamos a simplificarlo de esta manera: en enero el dólar iba a aumentar un 1%. Ahora, va a aumentar un 2,5%. Es probable que en estos meses, con una inflación del 2% y un crawling peg del 1%, se haya acumulado un 4 o 5% de atraso cambiario, y eso se corrija el año próximo, cuando la inflación baje hacia el 1% y el aumento del peso del dólar sea el acumulado del 2% durante algunos meses.

Por otro lado, tampoco está claro que esta medida sea del todo buena. En cuanto a la competitividad industrial, tan dañada con el dólar barato, uno pensaría que un dólar con más margen para aumentar daría un respiro a las fábricas locales, pero no es del todo así. La realidad es que, si bien el índice de inflación será la guía para las bandas cambiarias, este está compuesto de precios muy desiguales. Es decir, si las tarifas, alquileres de inmuebles, combustibles y otros costos laborales suben por arriba de la inflación, algo que está sucediendo, el dólar seguirá atrasado con respecto a los costos de producción y fabricar en Argentina seguirá siendo caro en pesos.

Quien cuestionó duramente los datos del INDEC en este sentido es el antiguo socio intelectual de Milei, Diego Giacomini.

Diego Giacomini

Lo que explicó Giacomini no es así con los salarios, el único precio del mercado, junto con el dólar, al que el Gobierno le pone techo. Mientras tanto, los productos importados avanzan y los despidos también. En este sentido, la reforma laboral tampoco será solución para reactivar la economía.

Diego Giacomini

Giacomini es bastante duro el contenido, pero es claro. La reforma laboral que pretende generar empleo reduciendo los derechos laborales se topará con la propia recesión.

Volviendo al 2017, lo que terminó de hacer explotar todo por el aire es el fracaso de Macri con las llamadas “reformas estructurales”. Eso hizo que los mercados lo dejaran de ver como un gobierno que tenía un plan de desarrollo futuro y solo vean a la Argentina como una oportunidad de corto plazo por sus altas tasas de interés. Y eso hicieron: se quedaron poco tiempo; cuando predijeron que habría problemas, se fueron. Eso hizo saltar el dólar y desplomar el capital político de Macri, que llegó con dólares prestados por el FMI a instancias de Trump a 2019, con muchas dificultades.

Tal vez, esto sea lo que está por debatirse. La moneda está en el aire. Si a Milei le va bien con sus llamadas reformas estructurales y estas realmente generan inversión y actividad económica, los mercados seguirán apostando por el país y eventualmente los puentes llegarán a cuando el país tenga a punto las exportaciones de Vaca Muerta y la minería y se termine la falta de dólares. Si, efectivamente, la resistencia a la reforma laboral y las otras reformas las hace caer o empantanarse, o estas son aprobadas pero no cambian en nada el momento de recesión que atraviesa el país, se empiece a ver una suerte de juego de las sillas, en el que los mercados empiezan a irse con sus dólares para no quedarse parados.

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Cuando el Gobierno liberó parcialmente el cepo, sucedió lo mismo. Tras un breve momento de calma, sucedió que el valor del dólar empezó a ser más volátil y, cuando el Gobierno se vio arrinconado políticamente, rompió el techo de la banda y, si no era ayudado por Bessent, probablemente otro hubiese sido el desenlace de las elecciones de octubre y ahora Milei estaría en una situación muy distinta. Luego del triunfo electoral, es natural que Milei crea que tiene más margen para manejar todas estas variables y que puede disciplinar políticamente a la oposición como lo hizo al principio de su mandato.

Sin embargo, el hecho de que haya aparecido un outsider opositor como Dante Gebel y que haya generado tanto revuelo mediático debe querer decir algo. Milei no las debe tener todas consigo, porque si hay un gobierno totalmente hegemónico que no deja espacio a la oposición, una noticia de estas no generaría ningún interés.

Volviendo a la comparación del 2017, la CGT, actor central del principio del fin del gobierno de Macri, ahora está mucho más debilitada. Sin embargo, también es cierto que está acorralada por una reforma que es muy dura. Si la deja pasar, así como así, perderá gran parte de su capital político. Está obligada a hacer algo más que la simple negociación. En el fondo, la movilización del jueves, como lo fue la movilización contra la reforma previsional de Macri, es abrir una canilla que, si hay agua corriendo de manera subterránea en la sociedad, se expresará con todas sus fuerzas.

Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi

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