Mientras el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, propone prescindir del uso de la corbata para mitigar la ola de calor y reducir el consumo de electricidad a través de los aires acondicionados, las ciudades de Alemania están apagando las luces de los monumentos públicos e imponiendo duchas frías en las piscinas municipales y los pabellones deportivos.
La razón es la inminente crisis del gas ruso. La compañía estatal Gazprom anunció la suspensión del suministro de gas a Letonia y también redujo el suministro a Alemania. Frente a esta circunstancia, de cara el otoño y el invierno, la Comisión Europea les pidió a sus 27 miembros una reducción del 15% del consumo del 1 de agosto al 31 de marzo de 2023.
Hannover, en el noroeste de Alemania, se convirtió en la primera gran ciudad en anunciar medidas de ahorro de energía, como el corte del agua caliente de las duchas y los baños de los edificios municipales y los centros de ocio.
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Los edificios municipales de la capital del estado de Baja Sajonia, donde se encuentra Hannover, sólo contarán con calefacción del 1 de octubre al 31 de marzo a una temperatura ambiente no superior a los 20 grados, y se prohibirá el uso de aparatos móviles de aire acondicionado y calefactores. Las guarderías, las escuelas, las residencias de ancianos y los hospitales quedarán exentos de las medidas de ahorro.
En Berlín, unos 200 monumentos históricos y edificios municipales quedaron envueltos en la oscuridad. Entre los monumentos que antes se iluminaban por la noche se encuentran la Columna de la Victoria en el parque Tiergarten, la Iglesia Memorial en Breitscheidplatz y el Museo Judío. Alemania utiliza la mayor parte de sus importaciones de gas para calentar los hogares y alimentar su gran industria.
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El plan de emergencia, que empezó a aplicarse en junio, permite a las empresas de servicios públicos cargar los altos precios del gas a los clientes. La mayoría de los hogares alemanes pagan sus facturas de gas en cuotas fijas por adelantado. Aún no han experimentado directamente los aumentos drásticos que pueden cambiar el comportamiento de los consumidores.
Alemania también utiliza el gas para satisfacer alrededor del 15% de sus necesidades de electricidad.
JL PAR