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MODO FONTEVECCHIA
Prácticas que se repiten

El autor de "Robo para la corona" compara la corrupción de Menem y Milei

Horacio Verbitsky planteó que la actual crisis es más grave que en los años 90 y remarcó que la sensibilidad social del menemismo no está en el mileísmo.

Horacio Verbitsky
Horacio Verbitsky | Captura de YouTube

“El menemismo, cuando robaba con la leche, repartía leche. En cambio, acá están cortando las entregas de medicamentos. Peor todavía, peor”, señaló el periodista y director de El cohete a la luna, Horacio Verbitsky en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3). Y agregó: “Creo que los personajes son muy distintos, pero las prácticas son muy parecidas, hay una operatoria tendiente a acumular dinero aprovechándose de situaciones de enorme debilidad”.

Horacio Verbitsky es periodista y director de El Cohete a la Luna. Integró la Junta Directiva de la división latinoamericana de la ONG Human Rights Watch y presidió el CELS durante dos décadas. Escribió durante 30 años en Página 12 y participó en muchas redacciones. Además, fue jefe de redacción del diario La Opinión y secretario de redacción del Diario Noticias.

Ayer titulamos nuestra columna frente al caso de Español: Robo para la corona 2, los Menem y Milei. Y bueno, te recordábamos tu libro, que fue probablemente el bestseller político más grande de la historia argentina, y en los años 90 un éxito de venta con enorme cantidad de reediciones. Y me preguntaba: ¿qué estará pensando Horacio de esto? La historia se repite. Queremos escuchar tu reflexión sobre esta tercera década del siglo XXI con aquella última de los 90.

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En primer lugar, te agradezco la referencia de Robo para la corona. Creo que los personajes son muy distintos, pero las prácticas son muy parecidas. Que hay una operatoria tendiente a acumular dinero, aprovechándose de situaciones de enorme debilidad. Porque, si vos te fijás, ¿cuál es el tema por el cual Spagnuolo dice que Karina recibía entre medio millón y 800.000 mensuales? Son los medicamentos para discapacitados.

Y durante el gobierno de Menem tenemos casos como el de la leche contaminada que producía Vicco, como el de los guardapolvos de los que se encargaba Bauzá. Es decir, se recaudaba no a partir de grandes obras, sino a partir de las necesidades más acuciantes de los más débiles. Y ese me parece un punto de contacto muy grande.

Claro, los personajes son distintos. En el gobierno de Menem, por un lado había ministros muy capaces que manejaban la cosa estatal con una calidad que a la actual gestión le falta. Y por otro lado había gente muy avispada, muy rápida, como José Luis Manzano, que hoy día es un multimillonario de las comunicaciones, de la energía, del petróleo. Y aquí no hay nada por el estilo. Las proyecciones de Milei cuando habla de “ratas” son muy significativas.

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Mencionaste a Manzano y multimillonario, que creo que eso de alguna manera se vio con su yate en Saint-Tropez, vos que sos una persona siempre muy bien informada, ¿escuchaste versiones de que en realidad no fue un incendio accidental, sino que fue algo que alguien le hizo como una especie de advertencia porque se estaba metiendo en negocios?

Sí, lo escuché, pero no me consta que sea cierto. Lo que pasa es que él tiene socios. No es solo él: tiene socios que están metidos en grandes negocios. Es suministro de cloro para Aysa, en los negocios de la energía. Él es uno de los accionistas principales de Edenor y me parece que es verosimil. Ahora, a mí no me consta.

No hay un Manzano hoy aquí, pero uno podría decir que siempre la función del recaudador la cumple alguien. No sé si ves la figura de Karina Milei cumpliendo el papel de recaudadora.

El primero que lo contó fue Milei antes de ser presidente. Él dijo que él por todas sus actividades cobraba, y que quien se encargaba de cobrar era Karina. Eso lo dijo él. Y después ves en otros episodios, como el del MemeCoin Libra, que Heiden Davis dice: “Yo le pago a la hermana y él hace lo que yo quiero”. De modo que ahí hay una pauta, hay una línea de conducta.

Vas viendo el caso Libra, lo de Davis, hasta cosas mínimas como Payarol diciendo que le quiso cobrar para una cena, y que quien se lo pidió fue Karina, que se cobraban las candidaturas, lo de las personas que venían a aquella exposición de tecnología, que dicen que les querían cobrar para llegar al presidente. La suma de todas estas no terminan derivando en algo que va a terminar siendo una comisión investigadora, y no sé si no termina en un juicio político.

Bueno, yo creo que debería. Creo que hay motivos de sobra. Ahora, el juicio político es juicio y es político. Y políticamente no veo que haya condiciones para eso, porque si bien en los últimos tiempos ha habido una transversalidad que se ha opuesto y ha rechazado, ayer mismo, los vetos del presidente Milei, llegar al tema de la destitución del presidente sería muy difícil. Entre otras cosas, porque en caso de la destitución del presidente asumiría Victoria Villarruel, que es parte de este tema.

Porque las filtraciones de los audios de Spagnuolo no está claro de dónde provienen. Hay una hipótesis: que provienen de Santiago Caputo. Y la otra es que del lado de la vicepresidenta. Acordate que la vicepresidenta fue llamada “traidora” después de un encuentro con Macri en Cumelén.

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De hecho, ayer entrevistamos al diputado D’Alessandro, que decía que él ya había escuchado esto hacía seis meses por otro colega en el Congreso. Aquel famoso y citado reportaje de Fantino con este Spagnuolo. Que aparezca justo en el momento en que se va a votar el veto, justo el mismo día. Evidentemente uno tiene que suponer que es algo hecho por alguien, no es una primicia periodística de la persona de Carnaval creo que es, sino que le dieron a esa persona para dar eso en ese momento. La pregunta es: ¿quién lo dio? Pero sin ninguna duda fue dado en ese momento, y no salió en el momento. Estaba guardado, como esas carpetas están guardadas para ser usadas en el momento en que producen más daño, ¿no?

Eso es evidente, es indudable. Y los propios periodistas que hicieron un trabajo muy estimable, Ivy Cángaro y Mauro Federico, ellos mismos dijeron: “No, esto no es una investigación periodística, esto es una filtración”. Tuvieron la honestidad de plantearlo de esa manera, porque es obvio.

¿No te deja una sensación, con toda tu carrera, al ver esto, de una repetición farsesca de la historia? ¿Qué te pasaba por la cabeza desde el punto de vista, ya no del caso puntual, sino de la Argentina en su repetición? Aquella frase de que solo los seres humanos somos los animales que chocamos una y otra vez dos veces con la misma piedra. ¿Qué te generó algo así estos días?

Sí. Ahora me parece que en este caso es más grave, porque al mismo tiempo se está destruyendo el trabajo y la producción del país. Y en el caso del menemismo, cuando robaban con la leche, estaban repartiendo leche. En cambio acá están cortando las entregas de medicamentos. Me parece que esto es peor. El propio presidente se ha burlado de un chico con autismo, que ha habido un juicio por eso, y el propio Spagnuolo también se burló y dijo: “Yo no tengo la culpa de que su hijo tenga una discapacidad. Este no es responsabilidad del Estado”.

El menemismo no decía esas cosas. Es decir, era mucho más sensible a las necesidades populares. Sabía que para poder llevar a cabo su proyecto necesitaba tener tranquilidad en las masas y se ocupaba de eso. Me acuerdo de una colega periodista que había bautizado esa política y decía que Menem “regaba con lentejas”. Bueno, estos tiran con gas pimienta. Menem hizo muchas declaraciones muy duras, “Ramal que para, ramal que cierra”, privatizó muy mal empresas muy importantes, pero no fue un gobierno que se caracterizara por la represión, ni cruel en el sentido del goce en el daño.

Qué mal que estaremos, nosotros dos rescatando cuestiones positivas de aquellos 90, del menemismo. De alguna manera es un síntoma de lo mal que estamos.

Ahora sí, claro, por supuesto.