No hay una forma más palpable de ver el efecto de la inflación sobre la moneda nacional que la constante pérdida de valor del billete de 1.000 pesos, el de máxima denominación.
El billete anaranjado con la figura del hornero cumple cinco años de circulación y en ese plazo perdió el 90% de su poder adquisitivo en comparación con el dólar.
Cuando apareció en la calle, el billete valía 51,80 dólares; hoy, puede comprar menos de 6 dólares al precio oficial y apenas 3 a la cotización blue.
El efecto de la inflación: los billetes de 1000 pesos son los que más circulan en la calle
Según una estimación de la economista María Castiglioni, en noviembre de 2017 el flamante billete de 1.000 pesos permitía comprar lo que hoy requeriría 9.372 pesos, casi 10 veces más. Al mismo tiempo, en ese entonces un billete de $1.000 cubría casi la mitad de la canasta básica alimentaria, hoy cubre menos del 5 por ciento.
El Gobierno se rehúsa a poner en la calle un billete de denominación mayor, de 5.000 o 10.000 pesos. De hecho, en mayo pasado se anunció una nueva familia de billetes, que trae nuevamente la imagen de los próceres y reemplaza a los animales autóctonos. Pero el billete más alto sigue siendo el de 1.000, como si la inflación no hubiese ocurrido.
Miguel Pesce cree que la desaparición paulatina de los billetes es "irreversible"
La necesidad de billetes es tan alta que la Casa de Moneda no da abasto para producirlos y el Banco Central debe importarlos desde Brasil.
FM JL
